Nueva vía para gestionar el estiércol con menor impacto ambiental

Investigadores andaluces desarrollan un tratamiento de purines de cerdo que reduce la emisión de gases de efecto invernadero

La investigadora del CSIC Beatriz Gómez-Muñoz, autora del estudio científico. / M.G.
Ramiro Navarro

03 de septiembre 2025 - 12:24

Un equipo de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC) en Granada, en colaboración con el Centro Tecnológico EnergyLab y la Universidad de Copenhague, ha desarrollado un innovador tratamiento para el purín de cerdo que reduce drásticamente la liberación de amoníaco y metano, dos de los principales gases de efecto invernadero procedentes de la ganadería intensiva.

El hallazgo, publicado en la revista Journal of Environmental Chemical Engineering, consiste en añadir al estiércol porcino un líquido rico en nutrientes conocido como brown juice, generado en la industria de producción de proteínas vegetales a partir de cultivos como la soja, el guisante o la alfalfa. Este subproducto activa un proceso natural de fermentación que mantiene la acidez del purín por debajo de 5,5 durante seis semanas, lo que frena la emisión de contaminantes y mejora su aprovechamiento como fertilizante orgánico.

“Por un lado, las empresas productoras de proteínas logran dar valor a un residuo como el brown juice. Y por otro, los ganaderos pueden almacenar el purín con menor riesgo para el medio ambiente, obteniendo además un fertilizante más rico en nutrientes y menos contaminante”, explica Beatriz Gómez-Muñoz, investigadora del CSIC y autora del estudio, en declaraciones a la Fundación Descubre.

Una alternativa más sostenible a los químicos agresivos

El purín porcino es una mezcla de heces y orina que, sin tratamiento, libera grandes cantidades de gases contaminantes con efectos nocivos para el clima, el aire, el agua y la salud humana. Tradicionalmente se ha utilizado ácido sulfúrico para acidificarlo, pero este método implica riesgos ambientales, costes elevados y peligros en su manejo.

El nuevo sistema combina una ligera acidificación química con el uso de brown juice, logrando un equilibrio que reduce significativamente las emisiones, estabiliza el pH del estiércol y minimiza la necesidad de productos químicos agresivos.

Además, la fermentación natural generada por bacterias lácticas presentes en el purín convierte el amoníaco en amonio, un nutriente esencial para los cultivos. Así se obtiene un abono natural de mayor calidad y se evita la contaminación del aire.

Próximos pasos

El equipo de investigación trabaja ahora en definir la cantidad óptima de brown juice y ácido necesaria para distintos tipos de purín y condiciones climáticas, y prevé realizar ensayos a escala piloto en granjas comerciales.

Este avance se enmarca en la apuesta por una agricultura y ganadería sostenibles, donde los residuos de un sector se convierten en recurso para otro, contribuyendo a cerrar el círculo de la economía circular.

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