Mayo Festivo

Este es el ranking de los diez patios de Córdoba más premiados que se pueden visitar en mayo

Patio de San Juan de Palomares, 11 Patio de San Juan de Palomares, 11

Patio de San Juan de Palomares, 11 / Juan Ayala

Escrito por

· F. J. Cantador

Redactor

SAN JUAN DE PALOMARES, 11 (SAN LORENZO)

San Juan de Palomares, 11 ha cosechado cuatro menciones de honor -la máxima distinción del concurso- y 12 primeros premios. Este recinto tiene todos los elementos del clásico patio tradicional cordobés: el suelo de chinos, las tejas de los voladizos, la tradicional escalera, un lavadero con pila árabe y un viejo pozo con brocal de piedra. Sus paredes suelen estar adornadas, sobre todo, por geranios, gitanillas, lirios, claveles, espinas del señor... un verdadero jardín botánico diseñado por la Asociación Claveles y Gitanillas. Cuando se celebró la segunda edición del certamen de patios cordobeses en 1933, el patio de San Juan de Palomares 11 ya fue uno de los participantes, certamen en el que ha acaparado a lo largo de su historia numerosos premios, y no tiene más porque en muchas ediciones ha participado fuera de concurso. En su origen fue una casa de vecinos que ha sido reformada hasta presentar su actual aspecto, y cuyas habitaciones están estructuradas en torno al patio.

MARROQUÍES, 6 (SANTA MARINA)

Patio de Marroquíes, 6 Patio de Marroquíes, 6

Patio de Marroquíes, 6 / Juan Ayala

EL patio de Marroquíes, 6 ha cosechado una mención de honor y nueve primeros premios. Marroquíes, 6 –el palacio popular de las flores, mucho más que un patio– es como un minibarrio dentro del clásico barrio de los toreros, Santa Marina, que se distribuye en siete callejones laberínticos con una amplia variedad floral en los que están repartidas las viviendas familiares y talleres artesanales, vías que diseñó ya hace más de un siglo Enrique García Sanz como casa de vecinos en la que llegaron a convivir 23 familias y que se comunican entre sí dejando al descubierto dependencias en las que se hacía vida en común, como cocinas o cuartos de lavar de pilas, auténticas piezas dignas de ser premiadas o expuestas en un museo. Los numerosos galardones recibidos en el concurso los han invertido los vecinos en introducir mejoras que han convertido al recinto en aún más tradicional, uno de los más costumbristas y únicos de los visitables en Córdoba. Marroquíes, 6 es un trozo de la Córdoba más clásica de principios del siglo XX que ha sabido mantenerse vivo en la ciudad gracias a que su embrujo cautiva a quien contempla sus estrechas callejuelas perdidas entre un mar de flores. Destacan sus dos espectaculares buganvillas.

PASTORA, 2 (SAN LORENZO)

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El patio de Pastora, 2, actual ganador en la modalidad de Arquitectura Moderna, ha conquistado seis primeros premios. El patio de Pastora, 2 “es el fruto del estudio de la historia de los patios de Córdoba”, tal y como insiste su propietario, Rafael Barón, quien ha convertido el recinto en todo un centro de interpretación de los Patios. “Para el diseño del patio hemos realizado una labor de investigación de cómo eran, qué tenían y cuáles eran los elementos típicos de los patios cordobeses a lo largo de la historia; luego, hemos adaptado esos elementos al espacio que teníamos”, insiste Rafael. En este recinto, diseñado según el patrón arquitectónico más tradicional con materiales de acarreo, están reflejadas las culturas árabe –con elementos como un naranjo-, judía –con, por ejemplo, el olivo-, y romana –con elementos como el laurel-, además de la cultura visigoda. Uno de los elementos más singulares del mismo es la capilla en la que se le da culto a la Virgen de la Salud y en la que también hay un Cristo atado a la columna –ambas tallas son del escultor Paco Romero–. Todos los años es uno de los patios a batir en el concurso. Edición tras edición, Rafael siempre sorprende con su elección floral, una de las más completas y sin igual del certamen.

MARTÍN DE ROA, 9 (ALCÁZAR VIEJO)

Martín de Roa, 9 Martín de Roa, 9

Martín de Roa, 9 / Juan Ayala

Martín de Roa, 9 ha cosechado cinco primeros premios. Una infinitamente finita pared acuna orgullosa a centenares y centenares de tiestos rojos donde gitanillas y geranios respiran risueños como si la existencia en Martín de Roa, 9 discurriera encarnada en granaínas, fandangos, alegrías, saetas o serranas de la inmortal cantaora cordobesa María La Talegona. Se trata de uno de los más emblemáticos patios cordobeses, que siempre irá asociado a Juan Rodríguez El Langosta, a quien no le importaba invertir todo el dinero que tenía en preparar el recinto para el concurso. Con suelo de enchinado típico cordobés, forma parte de una casa de vecinos con elementos arquitectónicos que atesoran siglos de historia y que datan incluso de la época musulmana. Se caracteriza por la irregularidad de sus tapias y sus elevadísimos muros –los más altos del concurso– adornados, como si cayeran de ellos a modo de cascada, por multitud de macetas de claveles, geranios, gitanillas rojas y pericones, en recuerdo a El Langosta. Con tres siglos de antigüedad, está extraordinariamente transformado por obras que derribaban y levantaban dependencias para su uso como casa de vecinos.

PARRAS, 6 (SAN AGUSTÍN)

Parras, 6 Parras, 6

Parras, 6 / Juan Ayala

Parras, 6 ha cosechado una mención de honor y tres primeros premios. En el patio de Parras, 6, uno de los más laureados, reconocidos y longevos del concurso, se respira poesía, la que destila su abundante y muy peculiar flora de tonos verdosos gracias a los cuidados diarios de Rosario Cantillo, que pone todo su amor en ello. Es más, Parras, 6 parece, por lo que atesora entre sus galerías con artesonado de madera, una casa-museo montada por Chari –como familiarmente se le conoce–. Chari tiene constancia de que arquitectónicamente el inmueble data de “aproximadamente 1530”, dice, y de que antes que casa de vecinos fue parte de un cuartel, un hospital y un convento. Sus visitantes son testigos de que el patio de esta casa, en la que nació el universal poeta Pablo García Baena atesora, gracias a a su gran cuidado, mucha tradición entre sus pilares, arcos de ladrillo visto y a esas galerías de madera que lo diferencian. Guarda unas plantas que lo tiñen de un verde muy especial, y es muy característico su singular pozo metálico y su recuperado suelo de cantos de río. Son de destacar en el recinto un gran limonero y una hermosa esparraguera fina de más de cinco metros premiada por el Jardín Botánico.

Rutas de los Patios de Córdoba 2023 Rutas de los Patios de Córdoba 2023

Rutas de los Patios de Córdoba 2023 / DPTO de Infografía

MARTÍN DE ROA, 7 (ALCÁZAR VIEJO)

Martín de Roa, 7 Martín de Roa, 7

Martín de Roa, 7 / Juan Ayala

Martín de Roa, 7 ha cosechado una mención de honor y tres primeros premios, como Parras, 6, pero menos segundos premios que éste. Es, junto a su patio hermano Martín de Roa, 9 –por eso de que comparten zaguán, además de pertenecer ambos a casas de vecinos– uno de los más tradicionales del concurso, con reminiscencias del siglo XVII. La característica arquitectónica que lo diferencia del resto de los patios que se pueden visitar en el certamen es que presenta uno de los mejores conjuntos de pozo –de época medieval– y lavaderos al aire libre, de variedad floral, de elementos constitutivos y de tejados a distinto nivel, aunque sus vecinos insisten en que el secreto de su belleza consiste en tener de todo un poco en lo que a flora y vegetación se refiere. Juan Collado destaca que aprendió todo de Dolores de la Haba, que “fue algo así como la fundadora del patio, la que empezó a montarlo” hace medio siglo. Juan ha pasado el testigo a su hija Rosa, que es pura energía, “una energía que se necesita para regar y cuidar las aproximadamente 750 macetas” que hay en el recinto “una vez cada cuatro días en primavera y a diario en verano”. Rosa destaca entre las plantas la buganvilla, que se plantó el 30 de abril de 2014, cuando nació Rosa María, su hija, “la próxima generación de cuidadores del patio”, presume.

SAN BASILIO, 44 (ALCÁZAR VIEJO)

San Basilio, 44 San Basilio, 44

San Basilio, 44 / Juan Ayala

San Basilio, 44 ha cosechado dos menciones de honor y dos primeros premios. Este histórico recinto pertenece a una casa que data de los siglos XV-XVI y que pertenece a la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, colectivo que la ha convertido en todo un museo después de recuperarla en la pasada década de los 70 y darle así vida. En ella llegaron a residir hasta 13 familias que compartían un patio en el que es seña de identidad su singular escalera centrada y encalada de acceso a la planta superior y en la que se han fotografiado los Reyes de España Felipe VI y Doña Letizia. El recinto conserva su suelo original de guijo de río y destaca también su antiguo pozo y sus lavaderos comunitarios, además de una diversidad floral envidiable cuidada con un mimo sobresaliente por Teo Rueda. El patio consta de dos plantas: la inferior recoge habitaciones dedicadas a la realización de talleres. Es uno de los recintos más visitados de Córdoba, ya que está abierto todo el año, aunque, además, buena parte de culpa de ello lo tiene también que es uno de los favoritos por el público de la Fiesta de los Patios de Córdoba. Recientemente ha recuperado arriates que lo acercan más a la casa de vecinos que fue y que ya concursó por primera vez en 1955.

TINTE, 9 (SANTIAGO)

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Tinte, 9 / Juan Ayala

Tinte, 9 es el actual ganador del concurso en Arquitectura Antigua, ha cosechado una mención de honor y dos primeros premios. Este patio pertenece a una casa de 1680 y que cuida con mucho mimo Ana Muñoz Fimia. En él destaca el arco ubicado al lado de la puerta de entrada tapado por plantas trepadoras, así como un vetusto limonero de más de un siglo de antigüedad que también da naranjas. Una de sus peculiaridades es su medio escondido pozo de tradición árabe y su suelo de losa de barro cocido. Todo ello en un escenario en el que predomina el geranio y la gitanilla y en el que resalta el color azul de las macetas heredado de aquellos tiempos en los que, “cerca de la Mezquita”, Ani –como la llaman desde muy pequeña– ayudaba a su abuela a pintar tiestos y latas con el “azulillo de entonces”. No obstante, cualquier recipiente siempre ha sido perfecto para ella a la hora de plantar flores. Lo ha hecho incluso hasta en vasos de plástico de yogur y en dedales.

MAESE LUIS, 22 (SAN FRANCISCO)

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Patio de Maese Luis, 22 / Juan Ayala

Maese Luis, 22 ha cosechado una mención de honor, lo hizo en el último concurso, en 2022, y dos primeros premios. La vida de Luisa García es un constante modelar, una vida que respira un arte que no sólo plasma en su trabajo, sino también en la recuperación de la arquitectura clásica –patio incluido– de su hogar, el número 22 de la calle Maese Luis, una vivienda en la que Luisa tiene su taller de cerámica y cuya primera escritura de venta data de 1803 –no obstante, la antigüedad de la casa puede datar, al menos, de 1700–. La decoración floral del patio es para ella todo un ejercicio de ingeniería. Antes de hacerla vegetal, plasma su diseño sobre un papel jugando con tonalidades y especies, para posteriormente cambiar esa ornamentalidad año a año. En el recinto destacan, sobre todo, dos grandes y premiados limoneros en espaldera, sin olvidar las innumerables gitanillas moradas que suelen poblar el torreón que corona un patio que es uno de los que es de obligatoria visita, con permiso de los demás del concurso. Su pavimento es de losa hidráulica y también perteneciente al siglo XIX. Otro de los detalles del recinto es el pozo medieval que Luisa ha recuperado.

POSTRERA, 28 (ALCÁZAR VIEJO)

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Patio de Postrera, 28 / Juan Ayala

Postrera, 28 ha cosechado dos primeros premios y más segundos premios que sus predecesores en esta lista. Postrera, 28 es uno de los patios más antiguos de los que se pueden visitar en el concurso, y también uno de los que más conserva la esencia de lo que es un clásico patio cordobés. La casa a la que pertenece data del XVI y mantiene, en gran medida, su aspecto original, con, por ejemplo, las vigas de madera del techo. En el recinto, en el que llegaron a vivir tres familias, se pueden encontrar, junto a numerosos cachivaches antiguos, un tradicional y bello pozo con elementos romanos y árabes y una pila lavadero. El abuelo de Rafael compró el inmueble hace medio siglo y él, tras tomar el relevo de sus tíos, va poco a poco recuperando elementos antiguos y perdidos a lo largo del siglo XX o tapados por las necesidades de los residentes, como el pavimento de bolos de río que, con mucho esfuerzo, se va liberando del cemento. Muchas de sus plantas de los últimos años han sido añejas, cuidadas con especial cariño, primero por la tía Adoración, y heredadas por su sobrino. Hay muchísima presencia de especies tradicionales, entre los que destacan los geranios y las gitanillas, además de cuatro buganvillas y una dama de noche “escandalosa”.

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