Patrimonio

Los patios de San Lorenzo devuelven la magia de los inicios a un festival peculiar en Córdoba

  • La ruta comprende nueve recintos más uno institucional

  • Las nuevas generaciones entran "con humildad y respeto" a este festival Patrimonio Mundial

Dos visitantes contemplan uno de los patios de la ruta de San Lorenzo

Dos visitantes contemplan uno de los patios de la ruta de San Lorenzo / Lolo Agredano

Superada la primera semana del Festival de Patios de Córdoba en su edición más peculiar, los recintos continúan abiertos y recibiendo visitas, sobre todo de vecinos de la localidad que han aprovechado para llevar la tradición a sus inicios y conocer patios que tienen a la vuelta de la esquina y no suelen visitar en mayo. 

Los técnicos del Jardín Botánico y de la Universidad de Córdoba salen del patio de la calle Pastora, 2 la mañana de este miércoles, tras descubrir la flor que brota de la Odontonema tu deforme, cuyo nombre común es coral de jardín o clavo de fuego, una flor de temporada que no habían podido fotografiar nunca. Así, los patios se abren también a la investigación de otras especies de otoño que, con los patios cerrados, no habían podido estudiar.  

Una imagen de Nuestra Señora de la Salud así como un Cristo atado a la columna, ambos del escultor Paco Romero, se encuentran en una capilla dentro del recinto y es considerada una sorpresa para la gente que entra al patio. Su dueño, Rafael Barón, explica que el anterior propietario derribó la casa y ellos compraron el solar y la construyeron. "La capilla es una tradición de muchos patios señoriales y nosotros teníamos esta imagen y quisimos ofrecerla", explica. Este año la verán distinta, vestida de azul y rojo para el mes del Rosario, otras "sorpresas" que descubrir en los patios de otoño. 

Dos visitantes contemplan la capilla del patio de la calle Pastora, 2 Dos visitantes contemplan la capilla del patio de la calle Pastora, 2

Dos visitantes contemplan la capilla del patio de la calle Pastora, 2 / Lolo Agredano

El patio hace un guiño a la unión de las tres culturas en Córdoba con un árbol de naranjo por los árabes, un olivo por los judíos y un laurel por los romanos. 

El relevo generacional de los Patios es de las cosas que más preocupa. Sin embargo, desde hace varios años se ha visto como cierran algunos recintos, pero otros se recuperan o abren sus puertas por primera vez. Tal es el caso del patio de la calle Guzmanas, 7 que regentan Óscar Rubio y Elena Vilches y que comenzó a participar apenas en la edición anterior.

"Debutamos el año pasado, compramos la casa hace siete años, la hemos restaurado y una vez que el patio fue cogiendo forma, a nuestra manera, nuestros amigos y familiares nos empujaron a participar", explica Rubio. El patio nunca se había abierto, a pesar de ser una casa del siglo XV, y Rubio destaca la humildad con la que han entrado a un festival que es Patrimonio y que significa mucho para el cordobés. "Sabemos perfectamente donde estamos y hemos entrado con todo el respeto del mundo, estamos muy contentos", afirma. 

Óscar Rubio ponte a punto una de las flores de su patio Óscar Rubio ponte a punto una de las flores de su patio

Óscar Rubio ponte a punto una de las flores de su patio / Lolo Agredano

Para Rubio, abrir los patios en octubre significa "poner nuestro granito de arena para dar un empujón a la ciudad, creemos que es importante recuperar eventos, sobre todo culturales", asegura. Y reivindica las medidas sanitarias que se han tomado para no poner en riesgo la salud de los cordobeses. "No queremos que los tiempos vuelvan a hace 30 años, queremos mirar hacia el futuro", expresa mientras recibe nuevos visitantes en su recinto, que ha sido "bien acogido" en este segundo año.

El fin de semana se ha sentido más la bulla, la alegría, gente por las calles mientras que durante la semana los cordobeses hacen suyos los patios y se escucha el correr del agua, el cantar de las aves y un silencio que lo envuelve todo. Lo rescatable de esta jornada es, precisamente, la "tranquilidad" que todos los cuidadores han agradecido en este festival y que les ha permitido mostrar muchos más detalles, ya no solo de las plantas, sino también de la arquitectura típica andaluza de las casas. 

En el patio de la calle Mariano Amaya, 4, uno de los últimos de la ruta de San Lorenzo, su cuidadora Marina Muñoz reafirma lo que muchos visitantes y cordobeses han podido ver en este peculiar festival: Esto es lo que son los patios, con sus plantas de temporada, sus cuidados, algunas plantas con flores y otras no, momento para podar algunas, abonarlas y aprovechar que el tiempo aún es bueno en la ciudad. "Yo tengo el patio todo el año así como lo veis ahora, tengo la azotea, el patio, el portal y la calle que tiene un pozo, todo eso lo cuido yo sola y todo el año", expresa Muñoz. 

Tres mujeres conversan en el patio de Marina Muñoz, en la calle Mariano Amaya, 4 Tres mujeres conversan en el patio de Marina Muñoz, en la calle Mariano Amaya, 4

Tres mujeres conversan en el patio de Marina Muñoz, en la calle Mariano Amaya, 4 / Lolo Agredano

La dueña de este patio tiene plantas desde hace más de 40 años y se ha dedicado, también, a colocar los nombres de cada una de ellas para que los visitantes puedan ubicar cada especie y conocer cuáles de ellas dan flores en otoño.

Así, la ruta de San Lorenzo, compuesta por nueve recintos y uno institucional, ha devuelto la magia de aquellos primeros años de festival en Córdoba, cuando no se había masificado de la manera en que se ha hecho y la tradición era recibir a los vecinos, conversar, mostrar los detalles y el porqué una tradición como esta es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: la calidez de su gente.

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