Mayo Festivo

Jueves de Feria en Córdoba: El penúltimo baile

Una pareja, montada a caballo junto a la portada, en el Día del Caballo de la Feria de Córdoba.

Una pareja, montada a caballo junto a la portada, en el Día del Caballo de la Feria de Córdoba. / Miguel Ángel Salas

El jueves viene siendo a la Feria lo mismo que la tercera a las sevillanas. El taconeo suena como una ráfaga desesperada sobre la tarima de la caseta. Quiere partir el suelo con los pies, desgarrarse el alma, aguantarle la mirada como en un cruce de espadas y sentir, sentir en la composición de la faena antes de que suene la cuarta. 

No es el último día feria, pero como si lo fuera. La sensación de finitud se asoma de repente a la cabeza, aún quedan días, pero cuesta pensar en volver después del rastro que deja el dinero y el cansancio. Hay que disfrutar del momento, carpe diem, con la voz de Robin Williams en bucle como si fueras miembro del Club de los Poetas Muertos. Así se encara el jueves de Feria en Córdoba.

Sobre el recinto de El Arenal se pone en juego todo el arsenal para que se dibuje un día de feria pata negra, añejo. Aparecieron los coros rocieros en pasacalles -hasta 26 agrupaciones- animando el cotarro desde la Torre de la Calahorra, cruzando el Puente del Arenal y deteniéndose delante de la portada para bailar sevillanas y ganarse las fotos y vídeos de los turistas.

Dos mujeres bailan sevillanas al son de unos de los muchos coros rocieros que tomaron ayer El Arenal. Dos mujeres bailan sevillanas al son de unos de los muchos coros rocieros que tomaron ayer El Arenal.

Dos mujeres bailan sevillanas al son de unos de los muchos coros rocieros que tomaron ayer El Arenal. / Miguel Ángel Salas

El jueves también es clásico por la multitud de caballos en El Arenal. A las 16:00 se retomó la tradicional Exhibición y Concurso de Caballistas y Enganches, entre la caseta de Doma de Campo y Enganche y la de la Asociación de Criadores de Caballos, que se había suspendido previamente por amenaza de la lluvia. Un año más, jinetes y amazonas crearon estampas de auténtica belleza sobre la Feria de Córdoba, haciéndose también acreedores de muchas instantáneas.

El personal de Sadeco redoblaba esfuerzos durante la tarde para limpiar las calles del ferial de los excrementos de caballos. La Feria es como una gran producción en la que el trabajo de mucha gente pasa desapercibido a ojos de otra mucha, y que es esencial para que el engranaje funcione.

Parte importante de ese equipo de producción lo forman camareros como Ángel, que asegura estar "reventado de tantos días", pero ahí sigue poniendo bebidas para gusto del consumidor. No hay que olvidarse de los relaciones públicas que van repartiendo descuentos, tampoco de los porteros, los feriantes de los cacharritos, cuerpos y fuerzas de seguridad, y, por supuesto, los fotógrafos profesionales, auténticos valedores de que todo lo que se cuenta ha ocurrido.

Rotos y descosidos en la Feria

Hay incluso una casetilla de color azul, junto a la portada, en la que se hacen arreglos de costura para los vestidos de gitana. Es una novedad de esta Feria de Córdoba 2023. La iniciativa ha salido de la Comunidad de Adoratrices, un centro de atención para mujeres inmigrantes, mujeres maltratadas o embarazadas en situación de exclusión social.

Dos mujeres, en la caseta de ‘Costura con corazón’ montada en la Feria a beneficio de la Comunidad de Adoratrices. Dos mujeres, en la caseta de ‘Costura con corazón’ montada en la Feria a beneficio de la Comunidad de Adoratrices.

Dos mujeres, en la caseta de ‘Costura con corazón’ montada en la Feria a beneficio de la Comunidad de Adoratrices. / Miguel Ángel Salas

Por esta caseta no ha dejado de pasar gente durante la semana que llega preguntando "¿es aquí dónde arreglan trajes de gitana?", indica Cristina Ocaña, una de las trabajadoras de la asociación que, junto a dos voluntarias, está en la caseta atendiendo. No llevan un recuento total de las mujeres y hombres que han acudido en busca de un arreglo durante toda la feria, pero solo bastan tres minutos para comprobar que el goteo de gente es continuo: por ejemplo, una niña que se acababa de pisar el volante del vestido y se le había descosido.

El arreglo es instantáneo y el servicio gratuito, aunque está la voluntad de cada uno de dejar un donativo, incluso por solidaridad con el altruismo de estas mujeres. "También arreglamos zapatos", apunta Cristina con un bote de cola de contacto en la mano. El horario de atención es de 16:00 a 20:00.

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