Mayo Festivo

Martín de Roa, 7: Un Patio de Córdoba de lo más 'cool'

Martín de Roa, 7: Un Patio de Córdoba de lo más 'cool'

El patio de Martín de Roa, 7 es como esa anónima modelo que luce preciosa en multitud de carteles publicitarios y spots televisivos. Juan Collado y una de sus dos hijas, Rosa María Collado, han guardado periódicos, revistas, tarjetas, pósters y otros tipos de documentos, recopilados durante varias décadas, que –como si compusieran un perfecto book- acreditan que su patio enamora a los flashes tanto como antaño seducía una estática Chiquita Piconera a Julio Romero de Torres.

En muchas de esas instantáneas aparece –convirtiéndolas en cautivadoras pin-ups- el emblema del recinto, el compuesto por un lavadero y un pozo árabe, que tiene 500 años más que la propia casa, elementos que están cubiertos por un singular tejadillo, formando parte de un jardín acostumbrado a posar como si desfilara con la figura esbelta, destacando en cualquier pasarela, nacional o internacional. Un cargo importante de Renfe les contó a Rosa María y a su padre que este patio figuraba en los carteles publicitarios que se habían repartido por todas las estaciones de España. Además, Martín de Roa, 7 ha sido elegido para promocionar eventos de todo tipo, como uno automovilístico que se celebró en los 80 en la ciudad. Sus cuidadores defienden que lo consideran "algo muy representativo de Córdoba”.

Un patio, el de Martín de Roa 7 que, como destaca Juan, en tiempos de crisis, también "luce esplendoroso", lucen esplendorosas "todas sus flores, ya que es un patio que se cuida a diario, en él, insisto, lucen esplendorosas su buganvilla, la flor de la gamba, el limonero, la mano de Buda, el trébol, el poleo, la camelias, las begonias, la gardenia, el rosal, el geranio, la gitanilla...en fin, todas".

Juan, quien desde que se jubiló se dedica en cuerpo y alma al patio, hace ese comentario antes de subirse a una escalera para revisar algunas plantas de un recinto que tuvo que someterse a una importante rehabilitación a principios del presente siglo que ha respetado la mágica estructura de sus tejados a distinto nivel, conservando las zonas comunes en este edificio en el que hay cinco viviendas y donde un viejo barreño que era de la abuela de Rosa María cuelga como un cachivache más de las paredes.

A todos los que ya no están, el patio de Martín de Roa, 7 los echa de menos, aunque no tanto como a Dolores de la Haba, una de las personas galardonadas con la Gitanilla de Oro por su abnegada labor en ese recinto y en pos de la fiesta que cada mayo vive Córdoba -aunque no en el de 2020-. Una labor que quienes fueron sus vecinos continúan con un toque vegetal muy personal que contribuye a vestir a este remodelado recinto de perfectas y clásicas medidas arquitectónicas 30-60-90, con una gran variedad de plantas. Todo ese glamour con el que año tras años han vestido el patio ha propiciado que en la pasarela del concurso municipal haya conseguido, entre otros, varios primeros premios, además de segundos y terceros. De hecho, el pasado año obtuvo el primer premio en la categoría de Arquitectura Antigua.

Al torero Enrique Ponce y a su mujer, Paloma Cuevas, les gustó tanto el patio que decidieron hacerse un reportaje fotográfico, según ha contado en más de una ocasión Rosa María, quien también ha insistido en que el escritor y poeta Antonio Gala ha sido desde siempre un asiduo visitante. También le gustó mucho al periodista Carlos Herrera, al bailaor Joaquín Cortés y a la infanta Doña Pilar, por citar sólo algunos nombres de conocidos que han pasado por el recinto. Todos ellos han destacando las virtudes de este recinto con estructura de patio cordobés clásico de toda la vida y porte de preciosa modelo de lo más cool que sigue enamorando a los flashes.

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