Mayo se anticipa en la explanada del Palacio de la Merced, sede de la Diputación de Córdoba, con la Cata del Vino Montilla-Moriles, que este año celebra su 37 edición. Una cita ineludible para los amantes de los caldos de la tierra y también para quien quiere pasar un buen rato alejado del trabajo y disfrutar de unas horas entre amigos, familiares o para despedirse de la soltería.

Tras un viernes lluvioso, en la jornada de este sábado el tiempo ha dado tregua -a pesar de las malas previsiones meteorológicas- y han sido centenares de personas las que se han dado cita en el solar en el que desde hace varios días se rinde culto al vino en Córdoba. De nuevo, las colas han aparecido a mediodía y han sido muchos los asistentes los que han tenido que esperar para poder acceder al interior y comenzar a degustar los vinos. 

"Hemos venido a echar un rato entre las amigas y beber alguna que otra copa de vino cordobés", acierta a decir Marta San Juan, una joven acompañada por otras tres amigas, que han decidido cambiar "las cañas y las tapas de cualquier sábado" para acudir a la cata.

Ellas han tenido suerte porque han podido acceder apenas pasados unos minutos de las 13:30 porque ya venían con la lección aprendida de la jornada del pasado jueves. "Vimos las fotos por twitter de que había gente esperando tres horas y, por eso, hemos venido media hora antes y hemos tenido suerte", explica.

Y suerte han tenido porque apenas media hora después de que entraran en la cata, la cola ya sobrepasaba la altura del centro de salud Centro, ubicado en la avenida de América.

Colas para acceder a la Cata del Vino Montilla-Moriles.

Un hecho que, por cierto, lamenta Raúl Cruz, de Bodegas Los Patios, quien reconoce a el Día que "hay muchos aspectos que mejorar para la entrada sea más accesible y más cómoda para el público". A su juicio, desde la organización y los propios participantes, "tenemos que dar respuesta a la gente de manera más profesional". 

A pesar de ello, está satisfecho por los días previos de la cata, ya que "las ganas y la ilusión han vuelto después de dos años difíciles", en alusión a la pandemia del coronavirus. Sin embargo, reconoce que aún es pronto para comenzar "a recuperar las ventas por el aumento de los costes".

Cruz, no obstante, destaca la importancia de esta cita, ya que sostiene que "este tipo de eventos son un escaparate para los jóvenes y otros públicos; es el momento ideal para enseñar que no solo hacemos fino". Durante estos días, continua, "ha venido mucha gente joven y han podido conocer nuestra apuesta: vinos jóvenes de variedades de uva de la zona, los vinos semi-dulces y los clásicos de la Denominación de Origen". 

Eso de que han vuelto las ganas y la alegría es una sensación que también expone Rafael Cobos, de la bodega Pérez Barquero. "La cata ha ido muy bien estos días y se vuelve a respirar ilusión y alegría", subraya. Como ejemplo, alude "al lleno que tuvimos el jueves y las colas que había ayer -viernes- incluso con la lluvia". 

Desde este expositor también apuestan por los "vinos blancos jóvenes, que son los más demandados", señala, al tiempo que reconoce que entre el sector juvenil también se están empezando a reclamar "los vinos generosos de la gama Gran Barquero, que tienen 25 años y tienen curiosidad por probarlos".

"Están siendo unos días muy intensos y la gente tiene muchas ganas de disfrutar", resume Francisco Luis Hidalgo desde el expositor de la Cooperativa La Unión de Montilla, hasta el que se acerca "un público muy de edad muy variada". "Por la mañana vienen personas más adultas", asegura. Vinos afrutados, verdejo y también de tinaja son los caldos que más solicitan quien se acerca hasta su stand.

La Cata del Vino Montilla-Moriles, que rinde homenaje a la hostelería este año, se celebra hasta mañana domingo 24 de abril y en ella participan un total de 26 bodegas y ocho restaurantes cordobeses.