Feria de Córdoba

Día de comidas y reencuentros familiares

  • Los más pequeños se convierten en protagonistas del cierre del primer fin de semana

  • Las casetas se llenan de familias y grupos de amigos que centran sus actividades en un almuerzo en común

La familia de la pequeña Julia en su llegada a la Feria.

La familia de la pequeña Julia en su llegada a la Feria. / Juan Ayala

El domingo de Feria es el encargado de mostrar el lado más familiar de esta celebración. Desde bien temprano, y a pesar de la incansable presencia del sol, grupos de familias y amigos acuden al recinto para celebrar encuentros que se han convertido en una cita inamovible en la mayoría de los casos. Es un día también para que lo más pequeños visiten la Feria por primera vez y se vistan con los trajes típicos.

Es el caso, por ejemplo, de la familia de la pequeña Julia, que ha visitado por primera vez El Arenal con toda una variedad de casetas por conocer. Acompañada de sus padres, abuelos y tíos, ha comenzado a cumplir con “la tradición de venir el domingo de Feria para comer e ir a algunas casetas”.

Sus padres, Mamen y Alejandro, la han vestido para la ocasión y han planificado un día en familia para que la pequeña comience a conocer una de las mayores celebraciones de la ciudad.

Como esta familia, muchas personas aprovechan la entrada por la portada para inmortalizar su paso por la Feria y aprovechar el conjunto que ofrece la misma con la fuente central, tradicional punto de encuentro para multitud de personas.

Fotos de todos los ángulos y con todas las poses, desde el selfie a la foto de grupo, todas las opciones son válidas para añadir instantáneas que reflejen el esplendor del día, de las galas y de la compañía elegidas.

Entre las calles de las casetas pasean los carruajes guiados por caballos, que ofrecen un paseo por todo el recinto a las personas a bordo, y familias con carritos y pequeños de la mano que buscan el lugar idóneo para sentarse a comer algunos platos y cobijarse, al menos por un rato, del sol.

En esas se encontraban Isabel y Sergio, que han realizado su visita incondicional al domingo de Feria acompañados de sus hijas y familiares para disfrutar del día juntos. Aun así, no es el único día que acuden al recinto, “solemos venir también los miércoles y los viernes”, aunque el domingo es el día de reunión, “porque a las niñas les gusta también ir a los cacharritos”.

Sergio e Isabel pasean con su familia entre las casetas. Sergio e Isabel pasean con su familia entre las casetas.

Sergio e Isabel pasean con su familia entre las casetas. / Juan Ayala

Para Isabel y Adriana, además de las atracciones, lo mejor de la Feria es el juego de lo patos “para llevarse a casa algunos regalos”.

El calor no ha pasado desapercibido en esta jornada familiar, como bien sabe la madre de Elba y Zenobia, las últimas en llegar a la familia Palacios, que ya el año pasado “nos hicieron irnos a la nada porque no aguantaban el calor”.

Pero esta vez, con la lección aprendida, las pequeñas van a disfrutar “porque nos hemos traído abanicos e incluso un ventilador con batería”, y así han conseguido “ver los cacharritos” y aceptar las paradas en las correspondientes casetas.

Por su parte, y ya sentados en la mesa, la familia de Inmaculada ha cumplido “con la tradición del primer fin de semana de Feria”, en la que los hermanos se reúnen para compartir momentos y acercar a las niñas a la familiar y la Feria.

Para ellas, la cita es sinónimo de diversión ya que, según señala Inmaculada, “si no les gustara no se vestirían”. Y es que, en realidad, tienen el espíritu que comparte su familia: “todo lo que sea un jolgorio nos gusta”. Por ello, tanto el ambiente de las casetas como las atracciones propician un gran día en familia para ellas.

Los hay, sin embargo, que no tienen el domingo como referencia para la visita a El Arenal, pero que este año, como explican Santi y Marian, “hemos cambiado el sábado por el domingo y es la primera vez que venimos con las niñas vestidas de gitana”.

Aunque a sus hijos les gusta “bailar y el ajetreo”, evitan días demasiado cargados como el miércoles. “Preferimos los días tranquilos, aunque sí que hemos venido al alumbrado”, afirman.

Para muchas familias, esta tradición está tan arraigada que incluso tiene sitio fijo para la celebración del almuerzo. La familia de Ana celebra cada año en la caseta de la Hermandad de la Estrella una comida “en la que vamos toda la familia: los abuelos, mis padres, los primos pequeños”.

Asegura que a todos les encanta la Feria, y que cuando quedan aprovechan todo el día para estar en el recinto y disfrutar, aunque ella también acude con amigos y conocidos para disfrutar del resto de días de la cita.

Cristina, Maripili y Cristina quedan juntas en la feria desde hace cinco años. Cristina, Maripili y Cristina quedan juntas en la feria desde hace cinco años.

Cristina, Maripili y Cristina quedan juntas en la feria desde hace cinco años. / Juan Ayala

Además, el domingo no sólo se disfruta en familia, o al menos en algunos casos no son necesarios los lazos de sangre para comprometerse a que este día sirva para cumplir con uno de los encuentros entre amigos. Es el caso de Cristina, Maripili y Cristina, que han convertido el domingo en un día especial en el que sacar sus trajes de volantes y recorrer la Feria.

“Llevamos quedando cinco años, desde que empezamos la carrera”, señalan, y asisten “para comer y montarnos en algunas atracciones, lo que los vestidos nos permitan”. Aun así, confiesan que no es el único día en el que visitan El Arenal, y que también sacan partido a las fiesta que ofrecen las casetas.

Con este domingo se cierra el primer fin de semana de una celebración que la ciudad espera durante todo un año y que disfruta durante más de una semana. Por delante quedan días en los que las cenas de empresa y los encuentros de estudiantes protagonizarán la actividad que se viva en la Feria.

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