Elecciones Municipales Córdoba 2019

El voto útil como recurso

  • En el tramo final, los candidatos advierten de los riesgos –para ellos– de votar al adversario, porque eso puede derivar en acuerdos de gobierno sorprendentes

Isabel Albás (Cs), Pedro García (IU) y José María Bellido (PP) en el debate en la Loyola organizado por Onda Mezquita, al que declinó asistir el PSOE.

Isabel Albás (Cs), Pedro García (IU) y José María Bellido (PP) en el debate en la Loyola organizado por Onda Mezquita, al que declinó asistir el PSOE. / Juan Ayala

La campaña de las elecciones municipales entra en su recta final. Solo quedan unos días para convencer a los muchos indecisos y hacer buena la teoría de que en las horas previas a la votación es posible conseguir esos apoyos que aún están en el aire. Cada uno tiene su fórmula y los partidos han articulado sus mensajes, pero al final, todos los candidatos apelan de una forma u otra al mal llamado voto útil, pero para ellos, claro está.

Se ha visto en los debates de esta semana –tanto en el del martes en el Rectorado como en el descafeinado de ayer en la Loyola Andalucía, del que se ausentó el PSOE–, de manera que cada cual considera que votar al otro tiene sus riesgos porque eso se puede traducir luego en pactos que nadie espera, o sí. Es algo tan antiguo como la propia política misma, tanto como lo de guardarse un golpe de efecto mediático para los momentos finales y cuyo efecto real es más que discutible.

Se vio ayer y se verá hoy en Córdoba. El candidato del PP, José María Bellido, presentó a bombo y platillo su Pacto con Córdoba en el que “recoge toda la ilusión, pasión y ambición por situar a nuestra ciudad donde se merece”.

Mientras, la candidata del PSOE, Isabel Ambrosio, tendrá hoy su momento de gloria con la presencia de Pedro Sánchez en un acto en la Casa de las Campanas, donde se supone que habrá algún anuncio que tenga que ver con esta ciudad, o no.

Lo cierto es que en la estrategia de los candidatos sigue latente el hacer pensar al votante si su apoyo a otra fuerza tiene razón de ser. Así, Bellido, preguntó ayer a los votantes de Cs “si quieren cambio” en el gobierno local, porque “a lo mejor su voto a Cs acaba reforzando un gobierno del PSOE con Isabel Ambrosio de nuevo”, de manera que “podemos llevarnos una sorpresa si nos equivocamos el 26 de mayo”.

La candidata de Ciudadanos, Isabel Albás, dejó caer que “los votantes del PSOE deben saber sí votar al Partido Socialista supone que gobierne IU y tengamos cuatro años más de parálisis”, mientras que el aspirante de IU, Pedro García, señala en una entrevista en este periódico que su partido es la izquierda real y que los socialistas “se venden por cuatro votos normalmente”.

Para rematar la jugada, la candidata socialista, Isabel Ambrosio, insistió en que es ella quien se merece una gran mayoría –se supone que para evitar un pacto con IU– y llamó a la “movilización masiva de todos los cordobeses progresistas el próximo 26 de mayo, porque es mucho lo que se está jugando la ciudad”. Añadió que el PSOE “es el único partido que puede frenar de nuevo a la derecha, para que Córdoba siga avanzando y la coloquemos en el lugar que le corresponde”, si bien “no todo está hecho y no nos debemos confiar y relajar”, razón ésta por la que “no se puede quedar ningún voto progresista sin depositar en las urnas”.

En cualquier caso, y por mucho que se llame a la responsabilidad al votante, lo que tienen que claro los partidos es que sin resultados sobre la mesa es complicado predecir qué acuerdos son posibles y viables. No obstante, a modo de resumen, y visto lo visto, se pueden realizar algunas afirmaciones, algunas de perogrullo y otras no tanto. El PP prefiere un pacto con Ciudadanos y, si no hay más remedio, llegar a un acuerdo parecido a lo ocurrido en Andalucía con la presencia de Vox, que es muy posible que quiera alguna concejalía.

El PSOE aspira a gobernar en solitario a tenor de lo que intuyen por las encuestas publicadas y las no publicables. En caso de pacto, tendrá que elegir entre IU y Cs, pero dependerá del resultado que obtenga cada uno. Parece que el color naranja no disgusta del todo a los socialistas.

IU sabe que con los sondeos en la mano su opción de gobierno pasa por un acuerdo con el PSOE y a esperar que Podemos entre, o no, en Capitulares. No se baraja otro escenario. Ciudadanos es a día de hoy el socio que buscan PP y PSOE, pero los naranjas no acaban de aclarar su postura. A nadie escapa que su objetivo real es conseguir ese ansiado sorpasso al PP, poco probable pero que lo cambiaría todo. Al final, todos los votos son útiles, que no es lo mismo que sean convenientes para los intereses partidistas de cada uno. 

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