Economía

El chismorreo del día en las bodegas

  • Garvey y Zoilo Ruiz-Mateos mantienen su actividad normal entre cotilleos sobre la detención de su actual propietario

 La detención ayer del empresario valenciano Ángel de Cabo, actual dueño de Nueva Rumasa a través de la sociedad Back in Business, no alteró ayer la actividad en las bodegas jerezanas antes propiedad de la familia RuizMateos. Aunque la noticia no pasó desapercibida, los comentarios que suscitó forman parte de los chismorreos entre el personal, señaló un directivo de las bodegas, quien recordó que Back in Business tiene retiradas las facultades de gestión y administración de las firmas bodegueras de Nueva Rumasa acogidas a concurso de acreedores. Todo lo que ha habido son cotilleos, los mismos que generó una entrevista reciente en televisión a Begoña Ruiz-Mateos, la hija del fundador de Nueva Rumasa que se ha querellado contra su padre y sus hermanos por estafa. 

Las mismas fuentes aseguraron que ni en Garvey ni en Zoilo Ruiz-Mateos –las dos bodegas en las que se mantiene la suspensión de las facultades a De Cabo y Compañía– se ha mantenido contacto alguno desde hace meses con los ‘valencianos’, que no han vuelto a dar señales de vida desde que los administradores concursales se hicieron cargo de la gestión por orden de la titular del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz.  

La actividad fue la normal de estos días, en los que en las bodegas jerezanas se intensifica el trabajo por la campaña de Navidad, la de mayor salida de los vinos de Jerez, indicaron las fuentes consultadas por este periódico, que si bien desconocen el impacto que pueda tener a largo plazo el arresto de De Cabo y de al menos otro directivo de Back in Business –su mano derecha Iván Losada, director general a la sazón de Nueva Rumasa– en el curso de la Operación Crucero relacionada con el blanqueo de capitales y ocultación de bienes,  tampoco creen que pueda influir demasiado en el futuro de las bodegas, ni siquiera en caso de que finalmente desembocara en liquidación.

Actualmente no influye para nada y aunque las participaciones sociales de las bodegas siguen estando en su poder, las decisiones corresponden a los administradores y a la jueza, insistieron las fuentes, no sin recordar que hay una diferencia básica entre los casos de Marsans y Nueva Rumasa, ya que mientras en el primero fue el propio de Cabo el que solicitó el concurso tras su compra, en el segundo, la operación de compraventa –que se firmó en septiembre del año pasado al precio simbólico de un euro la acción– se cerró con posterioridad a la declaración de los procesos concursales.

Es decir, en las bodegas de Nueva Rumasa no cabe la posibilidad de que se haya incurrido en alzamiento de bienes porque cualquier operación está bajo control de los administradores desde el primer día, motivo por el que las fuentes de la dirección consultadas por este medio precisaron que no ha podido salir un euro de las bodegas.

Los trabajadores de Garvey y Zoilo Ruiz-Mateos dedicaron ayer más tiempo a los preparativos del almuerzo de Navidad que celebrarán ambas plantillas conjuntamente –y que un empleado dejó claro que pagarán de su propio bolsillo para evitar suspicacias–, que a la detención de De Cabo, que en ningún momento se ha dejado ver por las instalaciones de Jerez, ni antes ni después de la retirada de las facultades de administración. Los trabajadores tampoco se sorprenden de los tropiezos judiciales del empresario valenciano, pues en el curso de la investigación que instruye la Audiencia Nacional sobre la presunta estafa a los tenedores de pagarés de Nueva Rumasa, en la que también está implicada la familia Ruiz-Mateos, el juez Pablo Ruz ya emitió un auto en febrero en el que atribuía a De Cabo “prácticas de extorsión, coacción y/o amenazas a administradores concursales, jueces de lo Mercantil u otras personas que pudieran hacer peligrar sus planes”.

La última noticia que se tenía de De Cabo en Jerez antes de su detención fue por una nota informativa de respuesta al anuncio de José María Ruiz-Mateos sobre la posibilidad de recuperar las bodegas jerezanas. En el breve comunicado, el empresario valenciano se limitó a señalar que no descartaba la posibilidad, si bien dejó entrever que Ruiz-Mateos debía asumir para lograrlo los costes de la transacción y del seguimiento de los distintos concursos,  a los que aseguró haber destinado elevados recursos personales y materiales.

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