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El fichaje del centrocampista Benjamín Zarandona, ex jugador de Valladolid, Betis y Cádiz, por el Palencia de Tercera es el último caso de jugador ilustre que intenta regatear a la jubilación alejado de la elite, pero no el único. De hecho, en la ciudad castellana coincidirá con Agostinho. El portugués llegó a ser el fichaje estrella del París Saint Germain galo en la 2001-02. Son dos casos, pero hay muchos más ejemplos de futbolistas renombrados que siguen en activo alejados de los focos. En muchas ocasiones no es por dinero, sino por afición.
Benjamín, de 32 años, estuvo preseleccionado por Javier Clemente para el Mundial de Francia 98 y ha vivido los años boyantes del fútbol con la llegada de las televisiones de pago. Firmó contratos importantes y su traspaso al Betis fue el más caro de la historia del Valladolid.
Que muchos futbolistas siguen jugando al margen de intereses económicos lo corrobora el ex jugador asturiano Santiago Cuesta Díaz, Santi Cuesta, internacional sub 21 que dejó la profesión antes de entrar en la treintena y tras pasar por el Valladolid, Espanyol, Toledo, Castellón, Ceuta y Cacereño.
Santi Cuesta explica que muchos de esos futbolistas que están en Tercera juegan por pura afición: "Conozco a muchos de ellos, coincidí en la selección con Cuéllar, por ejemplo. Es gente que juega por raza y por afición. Jordi Lardín es amigo mío y ha estado jugando en equipos modestos de Cataluña sólo por seguir conectado al deporte".
Distinto es el caso de Víctor Ferreras, que dejó el fútbol a los 27 años tras pasar por Valladolid, Sevilla y Hércules. A Ferreras le motivaba más hacerse cargo de la empresa de ambulancias que dirigía su padre en Benavente (Zamora) y se apeó del fútbol aún en la elite.
Santi Cuesta también tomó ese camino, aunque un poco más tarde. A los 29 años se cansó de hacer las maletas cada verano y dio prioridad a su familia. "No me compensaba estar cada año en un sitio y lejos de casa, así que decidí atender mis negocios de hostelería en Valladolid y estar con mi familia. Ahora mato el gusanillo jugando con los veteranos del Valladolid".
Otros prefieren estar todavía con ficha. Así, en el pasado reciente de la Segunda B ha habido varios internacionales absolutos. Es el caso del riojano De Pedro, que hace poco más de un año jugaba en el Burgos. También fue intencional en una ocasión el central Unai, quien ahora está en el Gavá tras vivir sus mejores momentos en el Villarreal. Un caso similar es el de Dani García, ex jugador de Barcelona, Mallorca y Zaragoza, entre otros. Fue olímpico en Atlanta 96 y militó la temporada pasada en el Rayo Majadahonda madrileño.
Hay jugadores que, como Dani García, acaban actuando en Tercera. Manel, que fue internacional sub 21 cuando actuaba en el Racing de Ferrol, está en el Narón gallego. En el Narón también está Cuéllar, uno de los casos más llamativos de esta categoría. Ángel Manuel Cuéllar, ex jugador del Barcelona y del Betis, milita en este club por cuestiones personales.
Otro caso curioso es el del defensa Cordón, ex del Atlético de Madrid, que jugó algunos minutos en la temporada del doblete e incluso cobró la prima de aquella histórica campaña para los colchoneros. Es madrileño, fue internacional en categorías inferiores con la selección española, pero con apenas 30 años juega en el Villaralbo de la Regional porque su novia es de aquella localidad zamorana.
Y la lista es aún más larga: De Paula en la Ponferradina, Losada en el Lugo, Chema en la Cultural, Tevenet en el Orihuela, Pablo Paz en el Vera, Giovanella en el Coruzo...Todos tuvieron su minuto de gloria pero ahora los focos iluminan a otros.
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