Pilar Cernuda
La mayor corrupción jamás conocida
real sociedad | córdoba
La Real Sociedad pagó a principios de temporada el haber comenzado muy pronto los entrenamientos con vistas a superar la ronda previa de la Europa League. Á las órdenes de Jagoba Arrasate pasó la primera ronda ante el Aberdeen escocés, pero no pudo con el Krasnodar ruso. Esta pronta eliminación pasó factura a los donostiarras en la competición liguera.
Un solo triunfo en las diez primeras jornadas, aunque con tres empates, sentenciaron al técnico que comenzó la temporada. El relevo llegó de Escocia. Un prestigioso David Moyes, extécnico entre otros del Arsenal y el Manchester United ingleses, aceptó el reto de sacar del pozo de la tabla al conjunto txuri urdin. Dicho y hecho, pues aunque ha costado tiempo la adaptación mutua de plantilla y entrenador, la realidad es que tras su triunfo de la pasada jornada ante el Getafe, la Real ha abierto ya una importante brecha sobre las posiciones de descenso e incluso mantiene aspiraciones de ocupar nuevamente una plaza europea, dependiendo de los resultados que consigan los equipos españoles en estas competiciones.
La reacción fue inmediata a la incorporación del técnico escocés. Aún sin sentarse en el banquillo, la Real Sociedad derrotó al Atlético. Desde entonces, sólo el Villarreal, el Rayo, el Real Madrid y el Valencia, le han superado. Además, el técnico no solo no sumó en el mercado invernal ningún elemento a su plantilla, sino que sufrió en la visita al Santiago Bernabéu la lesión de Carlos Vela, su máximo goleador que, aunque ya está recuperado, lleva seis jornadas fuera de los terrenos de juego.
SIN BALÓN
El primer precepto que Moyes trata de imprimir en todos los clubes que ha dirigido es el rigor táctico. Sus equipos juegan siempre en bloque con un sistema tipo 4-2-3-1 en el que la línea defensiva y la medular juegan muy juntas, con el fin de que el bloque no se parta. Con esto, el preparador británico busca rápidas recuperaciones de balón y transiciones veloces hacia la portería contraria.
Precisamente el meta Rulli, que estuvo un par de meses de baja por lesión, fue una de los cambios que David Moyes dio al equipo a las pocas semanas de su llegada. Y no es que Zubikarai lo estuviera haciendo mal, pero las prestaciones del argentino, que además de tener unas condiciones excepcionales para su puesto posee un excelente manejo de balón, convencieron al nuevo preparador por su contribución a ese juego directo que en ocasiones busca para su equipo. Porque los potentes y precisos saques de Rulli permiten montar rápidas jugadas a la contra.
Por delante, mantiene una línea de cuatro en la que se han consolidado Zaldua y Yuri en los laterales, e Íñigo Martínez y Ansotegui, con Mikel González como recambio para cualquier contingencia, en la dupla central. De la Bella y un jovencísimo Aritz Elustondo ocupan los costados de la defensa cuando los teóricos titulares sufren alguna lesión o sanción.
Tras el relevo técnico, los laterales suben con mayor asiduidad. Los hombres de banda tienen mayor movilidad y propician espacios por fuera que deben ocupar los defensores, a los que el preparador británico les exige buscar siempre la segunda jugada en ataque.
Por el centro de la defensa, el intocable Íñigo Martínez y su acompañante suelen tapar bien la línea de pase, tienen un potente y efectivo juego aéreo y son muy contundentes en un despeje que orientan buscando a Xabi Prieto, Castro o Agirretxe. Cuando tienen el balón en los pies, si no encuentran con rapidez a uno de los dos pivotes, Granero o Pardo, buscan el pase largo sobre los costados. Además, si ven mucha distancia entre la referencia ofensiva y la portería contraria, lanzan a Agirretxe.
CON BALÓN
En el juego de la Real se acentúa la importancia del papel que tiene el doble pivote, en el que se han afianzado Granero y Rubén Pardo, aunque Bergara es también muy utilizado por Moyes, bien de inicio o como uno de los recambios a lo largo del encuentro. En las últimas jornadas, Granero y Pardo -infrautilizado por Arrasate- son la referencia del juego realista, los que manejan y deciden lo que hacer ya que, además de ser dos jugadores muy bien dotados técnicamente y con una gran vocación creativa, trabajan a destajo para recuperar e iniciar. Granero trata de guardar más las espaldas, mientras que Pardo tiene más libertad de movimientos, aunque ambos tienen un excelente pase y un gran disparo a media distancia cuando se acerca al portal rival.
Moyes ha imprimido cierto aire británico al juego txuri urdin y en las transiciones defensa-ataque se entretienen poco. Los jugadores donostiarras recuperan y, si no lo ven claro, buscan con velocidad el juego directo tratando de encontrar a Agirretxe o a las incorporaciones de los dos hombres de banda, Xabi Prieto -con un gran toque de balón- por la derecha y Chory Castro -habilidoso, rápido y con un gran desborde-, por la izquierda. Incluso Vela, ya recuperado de su lesión, podría tener minutos. Siempre, contando con la movilidad entre líneas de Canales, jugador con una gran visión de juego y una técnica muy depurada.
LO MEJOR
Atraviesa por un espléndido momento de forma.
LO PEOR
Los espacios que en algunos momentos ofrece en las transiciones defensa-ataque.
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