7 semanas sin el 9

Quedó en fuera de juego cuando su equipo se encontraba a cuatro puntos de la zona de descenso. Tras su definitivo regreso (de suplente y para remontar un 0-1 con treinta minutos por delante), el Córdoba quedó a tres puntos del pozo.

Javi Moreno ha pasado 49 días prácticamente (excluyendo los anecdóticos siete minutos del duelo frente al Cádiz) sin sentirse jugador. Siete semanas. Mes y medio largo. ¿Castigo? ¿Simple exigencia de un entrenador que no se casa con nadie? ¿Amenaza ante unas complicadas negociaciones para su renovación? Conjeturas sin respuesta (todavía).

La historia comienza el primer día de febrero. Emilio Vega buscaba un delantero para fortalezar su equipo. De hecho, hasta el último instante negoció con Congo, Rubén Castro y Natalio. Pero nada.

La pelota quedaba en el alero de una plantilla, a juicio del director deportivo, suficiente para conseguir el objetivo inmediato de la permenencia. El punto de mira, sobre todo, estaba en la delantera.Y eso que goles no le faltaban al Córdoba. Moreno, en esos momentos, era el segundo máximo anotador del conjunto (4 goles) sólo superado por Asen.

Su último tanto, frente al Sporting, llegó sólo tres jornadas antes de que Paco decidiera dejarlo fuera por primera vez por decisión técnica. Era la primera en sus últimos tres años de cordobesista.

La noticia pilló a todos los medios por sorpresa. El equipo blanquiverde se jugaba la vida en Tarragona, en un campo muy complicado y venía, además, de dos derrotas consecutivas en casa (las primeras de toda la temporada). En el marco de esa catárquica apuesta por la lucha se puede entender esa primera ausencia del valenciano. Y el experimento salió bien... a medias. Sólo un golazo de Juanlu maquilló el naufragio de un once que no fue capaz (como siempre) de mantener el inicial gol de Arthuro.

Precisamente fue el resurgimiento del brasileño, cuestionado hasta ese momento, el que pudo invitar a Paco a volver a dejar fuera a Javi Moreno ante el Málaga. Y debió acertar. Porque el atacante volvió a ser clave en la victoria de su equipo desde la suplencia. Otro de los factores, así mismo, que pueden explicar que el entrenador se olvidara del valenciano fue la introducción (en ese partido y ante el Alavés) de Arteaga como media punta por detrás de un único atacante nato.

Casi nadie se extrañó de que Javi no viajase a Sevilla. Por eso de la buena racha. Su baja ya no era tanta novedad. Pero el Córdoba dio otra vez la de arena y muchos, en la grada, recordaban al carismático atacante. A pesar de otro gol de Arthuro.

Luego llegaron dos desencantos y una alegría. Insuficientes para conseguir esa tranquilidad exigida por todos. Y Paco, esta vez más convencido que antes del partido del Cádiz, volvió a llamar al valenciano. La afición, que no atiende a otra razón que no sea la del corazón, le demostró con su cariño que no le olvidaron en ese tiempo de divorcio.