La salida de Coca o el principio del fin de la marca CCF

En una sala de prensa atestada de periodistas y compañeros actuales y antiguos, José Manuel Coca puso fin a su lustro como director comercial del Córdoba en una comparecencia elegante. Contuvo la emoción y repartió agradecimientos a diestro y siniestro: presidentes, consejos de administración, colaboradores, prensa, afición... y la familia, por supuesto. Sentado entre Javier Jiménez y Carlos Hita y con Carlos González enfrente, durante 20 minutos exprimió los micrófonos. El consejero delegado asume la parcela comercial y el secretario general, el marketing. En un clima cordial, el máximo mandatario reconoció "un enfado: que te vayas".

Coca no se siente triste, sino "muy contento, muy feliz, muy satisfecho y orgulloso del deber cumplido". Según el cordobés, "a veces hemos mirado más por esto que por nuestra casa. Era una misión dura, pero había que hacerla". "Aquí hay que implicarse al cien por cien, pero llega un momento en que las personas que lo dan todo creen haber cumplido un ciclo. Y lo más honrado es decirlo y hacerlo. Los toreros tienen que saber llegar a la cara del toro y pasárselo cerquita, pero también irse de la cara del toro. Es de tíos llegar a los sitios, acometer los proyectos y saber cuándo deben acabar. Por eso es mi decisión. Sin resentimiento hacia nadie", resumió.

Aseveró que González y Jiménez "no sólo no tienen nada que ver en mi decisión, sino que han depositado su confianza desde el primer día que han estado aquí y han demostrado un cariño personal, valorando un trabajo que se había realizado y que hay que seguirlo". "Les deseo lo mejor porque todo lo bueno que le pase a este club me pasará a mí en cierta manera. Siempre he dicho que la suerte te tiene que pillar trabajando, pero en el mundo del fútbol y en lo deportivo hace falta esa pizquita de suerte para que se conjuren los astros y las cosas salgan bien. Seguro que con las ganas e ilusión con las que se lo están tomando, las cosas saldrán, pero hay que dar tiempo y paciencia", agregó Coca, que dedicó palabras especialmente emotivas a Rafael Campanero ("me enseñó a amar al club"), Emilio Vega, Antonio Romero Campanero, Elías Cabrera y Carlos Hita, "un amigo y un gran jefe". En CCFR confirmó que seguirá acudiendo a El Arcángel, porque "si torea mi torero, no puedo estar sin saber lo que ha hecho".

Se va "sintiendo que ésta es mi casa, y espero que esta casa entienda que se va un hijo". El impulsor de la marca CCF, un sello autóctono en vías de extinción, se queda "con casi todos los días en que viniendo a trabajar veo a un chiquillo al que la madre lleva al colegio con el chándal, el polo o la sudadera del Córdoba. No hay palabras, precio, club ni empresa que pague eso".