Fútbol | Tercera RFEF

El Córdoba B se apunta un intenso derbi ante el Ciudad de Lucena (1-0)

  • Un gol de Ale Marín dio los tres puntos al filial blanquiverde, que se mantiene invicto, ante un conjunto lucentino que peleó el empate hasta el final

Ale Marín celebra el tanto que le dio la victoria al Córdoba B sobre el Ciudad de Lucena.

Ale Marín celebra el tanto que le dio la victoria al Córdoba B sobre el Ciudad de Lucena. / Juan Ayala

Un tanto de Ale Marín decantó el derbi cordobés entre el Córdoba B y el Ciudad de Lucena. Con dos equipos muy renovados, los de Diego Caro suman así su primer triunfo y se mantienen invictos tras dos jornadas disputadas en el Grupo X de Tercera RFEF. Por su parte, el conjunto lucentino, que debe engrasar la maquinaria -tiene muchas armas para solucionarlo- arranca el curso con su primer revés.

Tras sumar su primer punto ante el Ceuta B, el filial blanquiverde apostó por mantener la base del equipo, aunque Diego Caro hizo una modificación en su once inicial tras dar entrada a Rober, sancionado en la primera jornada, por Juanma Bernal. El resto eran los mismos que jugaron en el Alfonso Murube. Con la base del 4-2-3-1, el técnico villarrense mantuvo su apuesta con Tala como central y con Rafa Castillo como extremo derecho.

Por su parte, el Ciudad de Lucena, tras descansar en la jornada inaugural, formó con un once al estilo Dimas Carrasco. El técnico astigitano mantiene su fe en el 4-1-4-1 que tan buenos resultados le dio en cursos anteriores, en los que se quedaron a las puertas del ascenso a Segunda División B. Eso sí, toca empezar de cero con una plantilla muy renovada, a la que llegaron esta misma semana Rubén Navas y Mustafá Troncoso. Y aún no está cerrada.

En un escenario como El Arcángel, el Ciudad de Lucena, poco a poco, se fue haciendo con el control del balón, lo que fue desesperando a Diego Caro en el banquillo cordobesista. El técnico villarrense estuvo muy encima de sus jugadores, a los que trató de activar y tener muy metidos en el envite. No quiso dejar huecos fáciles para un activo conjunto celeste, animado desde la grada por varias decenas de seguidores lucentinos.

A pesar de los intentos de frenar al juego aracelitano, los de Dimas Carrasco empezaron a llegar al área de Lluis Tarrés. A los nueve minutos de juego, David España probó fortuna con un lanzamiento que se marchó ajustado al palo izquierdo de la portería cordobesista. Poco después, una falta ejecutada por Mario Ruiz se envenenó y salió por encima del larguero.

Mario Ruiz, capitán del Ciudad de Lucena, protege el balón en el duelo ante el Córdoba B. Mario Ruiz, capitán del Ciudad de Lucena, protege el balón en el duelo ante el Córdoba B.

Mario Ruiz, capitán del Ciudad de Lucena, protege el balón en el duelo ante el Córdoba B. / Juan Ayala

Pero el Córdoba B se fue asentando en el campo y fue equilibrando las fuerzas en el encuentro. De hecho, un pase en largo de Manolillo desde la banda izquierda lo cazó Ale Marín en el otro costado para batir de tiro cruzado a Javi Cuenca. Primer tiro a puerta y gol, mejor imposible para el filial blanquiverde. El gol, además, sentó como un jarro de agua fría a los lucentinos. Dos minutos después, Naranjo tuvo el 2-0, pero su disparo se estrelló en el palo derecho de la portería celeste. 

Con Manolillo sangrando por un golpe en la nariz, la peor noticia posible fue la lesión de Naranjo. El ex del Loja se tuvo que retirar antes de llegar a la media hora de juego. Con nueve en el campo, Diego Caro movió ficha rápido e introdujo a Juanma Bernal, colocando a Rober en la punta de ataque del filial cordobesista. 

El Ciudad de Lucena estaba tocado y le vino bien la pausa de hidratación. Dimas Carrasco activó a los suyos y empezó de nuevo a controlar el partido en el tramo final de esta primera mitad. Sin embargo, los lucentinos no tuvieron claras ocasiones de gol y Lluis Tarrés se mantuvo muy seguro en todo momento, lo que sirvió al filial cordobesista para irse al descanso con una mínima renta.

Intensidad sin premio celeste

Tras el receso, los dos técnicos movieron el banquillo. Dimas Carrasco metió en el campo a Iván Henares por Carlos García para tener más el balón. El ex del Salerm se colocó junto a Mario Ruiz para activar el juego de ataque. Por su parte, Diego Caro introdujo a Álex Durán por Iván Martínez, lo que llevó a Rafa Castillo a retrasar su posición inicial para colocarse como lateral derecho.

Esta segunda mitad se le pudo poner de cara al Ciudad de Lucena. Sólo se llevaba un minuto de juego cuando Brian Triviño entró por el costado derecho y puso el pase atrás hacia David España, pero el ex del Pozoblanco se topó con la parada de Lluis Tarrés. De nuevo, esta acción hizo que Diego Caro le metiese intensidad a su equipo, algo dormido tras salir de vestuarios.

Con el paso de los minutos, el Ciudad de Lucena no encontró el ritmo deseado que quería implantar ante un Córdoba B ordenado y que no daba un balón por perdido. Eso hizo que el choque se nivelase y que las ocasiones de gol escaseasen. Sin embargo, el duelo entró en una fase de revolución, en el que cualquier error podría costar caro. Y lo tuvo cerca Javi Forján, que se fue de un pasivo Valtteri, pero su vaselina, ante la salida de Lluis Tarrés, se fue fuera por poco.

En la recta final, Dimas Carrasco movió de nuevo el banquillo, al dar entrada a Chico Ruiz, Joel Armengol y Rubén Navas. El técnico astigitano dejó una defensa de tres y las ayudas de Joao, los celestes se fueron a por el tanto del empate. Además, empezaron a apretar en la salida del balón local, lo que llevó a algún despiste defensivo. Eso sí, sin asustar en demasía a la parroquia cordobesista.

La pelota era del Ciudad de Lucena, mientras los blanquiverdes achicaban agua como podían e intentaban sorprender a la contra. Por ello, Diego Caro refrescó el ataque, al dar entrada a Juan Andrés y Joaquín. La tensión se palpaba en el campo y en los banquillos. El gol pudo caer por cualquier lado. En un desajuste defensivo o en una contra. Chucky Pierce lo intento con un gran cabezazo que se topó con una enorme intervención de Lluis Tarrés. Eso hizo que creyese la afición lucentina, que empezó a animar a su equipo. No hubo tiempo para más y el derbi se lo llevó un renovado Córdoba B que pudo con el poderío del conjunto lucentino.

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