Rafa Lozano sigue imparable y ya está en cuartos de final del Mundial de Boxeo

Dominio apabullante y sensación de que está llamado a hacer algo grande. Así se puede definir el segundo combate de Rafa Lozano en los Mundiales de Boxeo que se están celebrando en Liverpool (Inglaterra). El púgil cordobés se ganó el billete para los cuartos de final del gran evento del año al derrotar con una gran solvencia al italiano Tommaso Sciacca, que apenas pudo oponer resistencia ante el dominio del cuadrilátero que exhibió Lozano, uno de los favoritos a conseguir una medalla en la categoría de -55 kilogramos.

Rafa Lozano ya había dejado muy buenas sensaciones en su primer combate en Liverpool, en el que pasó por encima del francés Christopher Hippocrate, anotándose la victoria por decisión unánime de los cinco jueces. Y en cuartos de final volvió a plasmar su superioridad, esta vez ante el italiano Sciacca, al que dominó desde el primer asalto, a pesar de que un par de jueces vieron ganador al italiano en ese inicio del combate. El púgil cordobés no bajó el pistón en ningún momento para disipar dudas y se apuntó el segundo y el tercer asalto con más contundencia si cabe, para terminar saliendo con el puño en alto de su segundo combate en este Mundial.

Este miércoles, Rafa Lozano afronta el combate más decisivo, el de cuartos de final. Una victoria le abriría las puertas de las medallas y le pondría en el camino de pugnar por el oro, que es el objetivo con el que el púgil natural de Córdoba ha acudido a este Mundial. El rival de Lozano será el mongol, de nombre impronunciable, Bilguunsaikhan Kharkhuu. Un rival duro que viene de derrotar al azerí Huseynov, que partía entre el ramillete de favoritos al podio.

Pero, más allá de la entidad de su contrincante, Rafa Lozano sigue dejando unas sensaciones más que convincentes sobre el ring y confirmando los pronósticos que lo señalaban como claro candidatos a conquistar las medallas. Por el momento, el cordobés disputará por primera vez en su carrera unos cuartos de final del Mundial, aunque en su cabeza la meta está aún más alta.