La plantilla del Córdoba regresó en la mañana de ayer a los entrenamientos tras las vacaciones estivales. Los jugadores se dividieron en dos grupos, unos para realizar las pertinentes pruebas médicas y el resto para ejercitarse suavemente a las órdenes de José González.

Las nueve de la mañana era la hora marcada para que el nuevo Córdoba comenzase a rodar. Las sonrisas, las presentaciones de rigor entre los recién llegados y el resto de compañeros -junto con la despedida de Diego Reyes, quien ni siquiera se vistió de corto- y más de una, y dos, y tres... caras de sueño marcaron el ambiente en el inicio de la jornada. Los más madrugadores fueron Valle y Cristian Álvarez, que a las 8.30 ser personaron en el estadio. A partir de ahí uno a uno fueron arribando al feudo blanquiverde.

Una vez ataviados con la ropa de entrenamiento, los integrantes del plantel cordobesista comenzaron con el trabajo. Las cinco incorporaciones junto a los jugadores de la primera plantilla con alguna molestia física -es el caso de Asen, Endika o Aurelio-, más Cristian Álvarez, Valle, Ito y Pierini partieron hacia la Clínica El Brillante, acompañados del médico del club, Javier Bejarano, en la que se sometieron al rutinario reconocimiento médico. El doctor Manuel Flanco fue quien se encargó de realizar las pertinentes pruebas médicas, tales como una analítica completa, una prueba de espirometría -medición de la capacidad respiratoria de los pulmones-, un electrocardiograma y una ecocardiografía.

Los demás jugadores permanecieron en las dependencias del estadio, donde el técnico José González les dio la bienvenida con una breve charla sobre el circulo central del césped de El Arcángel.

Tras unos minutos, los futbolistas realizaron una breve sesión de estiramientos sobre el propio tapete verde a las órdenes del preparador físico Esaú Sánchez y concluyeron con unos minutos de carrera continua. Una vez realizada la primera toma de contacto, se dirigieron hacia el sala de musculación en el interior del recinto, justo al lado de donde decenas de socios aguardaban para renovar su abono. Algunos tímidos aplausos y gritos de ánimo se produjeron a su paso. Una vez en el interior del gimnasio, los jugadores realizaron un circuito de musculación. Por la tarde, ya con el grupo al completo, González dirigió en la Ciudad Deportiva la primera sesión de entrenamiento.