Deportes

Los problemas crecen

  • El Lucena, al borde del colapso económico y con nueva fuga de jugadores durante esta semana, se juega media vida en su visita al Arcos

El trágico final acecha al Lucena detrás de cada esquina. El conjunto azulón sobrevive semana a semana como puede, con su cuerpo técnico y sus jugadores ejerciendo de administradores de un club abandonado a su suerte por una directiva incapaz de cumplir con sus compromisos y ni tan siquiera de retener a un grupo de futbolistas que empieza a resquebrajarse de manera irremediable. Y si las angustias económicas no fueran ya problema suficiente, el equipo entrenado por Rafael Carrillo Falete afronta hoy uno de esos partidos que marcarán para bien o para mal su futuro deportivo más inmediato, la visita al Arcos en el duelo aplazado de la jornada siete que dictará si la permanencia se queda a siete puntos o si los aracelitanos son capaces de recortar esa desventaja.

El calendario ha vuelto a ser caprichoso con el Lucena y ha hecho coincidir en el tiempo los mismos problemas que ya provocaron el aplazamiento de la visita al Arcos. En aquel momento, la desbandada general producida en el vestuario aracelitano obligó a la Federación Andaluza de Fútbol a dar un plazo mínimo al Lucena para rearmar su equipo. Y justo esta semana, cuando el calendario ofrecía una tregua para cumplir con aquel partido aplazado, vuelven a aparecer los problemas en la plantilla que entrena Falete. El delantero Juan Roldán y el defensa central Balta han decidido poner fin a su etapa en el cuadro lucentino. El primero de ellos lo hace tentado por una oferta del fútbol italiano, mientras que al segundo le han surgido ocupaciones laborales que son incompatibles con los entrenamientos en el Lucena, actividad por la que además ve casi imposible ingresar algo de dinero.

Así las cosas, el número de efectivos con el que cuenta Falete vuelve a ser muy reducido, especialmente en el frente de ataque, donde ya no hay ningún ariete específico. Además, los problemas económicos han generado una importante deuda con la federación en concepto de arbitrajes y demás gastos derivados de la competición, por lo que el Lucena no podrá inscribir nuevos jugadores. Al menos, las sanciones dan una tregua para el viaje a Arcos, si bien Álvarez todavía es seria duda por sus problemas en un tobillo.

La situación, cada vez más caótica, parece encaminada a provocar en un plazo no demasiado largo el abandono de la competición y la consiguiente desmantelación del club. Ante esa dura realidad se rebelan los futbolistas y el cuerpo técnico. Falete estuvo esta semana reunido con Eduardo Bouzón, el presidente de la entidad, en busca de una solución que permita la entrada de nuevos gestores al club. De cualquier modo, no será fácil que el traspaso de poderes pueda llegar a producirse en un club endeudado seriamente como el lucentino. Los problemas crecen y esta vez amenazan con llevarse por delante a la institución de manera fulminante.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios