Le pone fecha a su adiós
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Rafael Campanero anuncia que abandonará la presidencia en junio de 2010 dejando nombrado a un sucesor · Se muestra satisfecho con la situación del equipo y ratifica a Paco hasta final de temporada
Rafael Campanero abandonará la presidencia del Córdoba en junio de 2010. La noticia de la posible marcha del más longevo y exitoso de los presidentes que haya tenido el equipo blanquiverde en su historia se mascullaba en diversos foros desde hacía unas semanas, pero no fue hasta ayer cuando se puso una fecha a su retirada definitiva de la gestión.
Lo hizo ayer público el mandatario con un cabestrillo sosteniendo su lesionado brazo diestro. Rafael Campanero compareció en El Arcángel ante la práctica totalidad de medios de información cordobeses y escoltado por varios consejeros, Emilio Vega, Rafael Rojas y Antonio Flores.
La temática de la comparecencia fue amplia y bien diversa. De hecho, la noticia no saltaba hasta el último tramo de su discurso. Campanero explicó que seguirá en la presidencia hasta el mes de junio de la 2009-2010, una temporada antes de la finalización del plazo previsto en su contrato. Eso sí, el mandatario ha puesto como condición que para el mes de marzo de ese 2010 se conozca a su sucesor, porque su idea pasa por que "la persona que se vaya a hacer cargo del club esté conmigo y sea él quien tome todas las decisiones para la temporada inmediatamente posterior".
Campanero precisó, eso sí, que para completar su mandato debe contar con el apoyo "tanto del máximo accionista como de la afición. Si alguna de las dos partes no me quiere, me iré antes. Si esto se cumple, pase lo que pase, no voy a salir corriendo y cumpliré mi compromiso".
Lo que no pudo anunciar aún el presidente fue el nombre de su sucesor en el cargo. Básicamente porque "aún no he hablado nada con José Romero, pero eso lo tendrá que decidir el Consejo y el máximo accionista". De hecho, dio pie a múltiples elucubraciones al anunciar que la nueva cabeza visible del cordobesismo "puede estar dentro del Consejo, o podría llegar después".
Tras cincuenta años al frente de la nave blanquiverde, por su cabeza se le pasaron muchas cosas después de conseguir, por tercera vez en su vida, promocionar al equipo de su alma: "Cuando logramos el ascenso, hubo mucha gente que me dijo que me fuese, que ya había cumplido con mi objetivo. Pero yo tenía una obligación con el Córdoba y con Córdoba después de los premios y los reconocimientos".
Así que Campanero anunciaba ayer que se iba pero no por motivos de salud ("me acabo de realizar un chequeo y me encuentro perfectamente"), sino más por los propios achaques de su edad y por el inevitable relevo generacional: "Los días para mí son semanas, las semanas meses y los meses años. Además, no puedo asistir a todos los actos ni estar con las peñas y creo que el Córdoba necesita ya también una persona que se dedique plenamente al club".
Abandona el octogenario dirigente la entidad satisfecho, porque vislumbra a corto plazo un "Córdoba grande" ya que, a diferencia del "despilfarro económico de muchas temporadas", Campanero explicó que en estos instantes la entidad tiene "una afición consolidada, un estadio que se va a terminar y en el que veo pronto a catorce o quince mil socios. Eso llegará dentro de seis o siete años. Pero yo ya he puesto fin a mi etapa en esta sociedad".
Así que deja un club saneado en lo económico y con un entrenador "joven, que está demostrando que puede ser un gran entrenador en el futuro". Un técnico, por cierto, que "seguirá al frente del Córdoba, seguro, hasta el final de la presente campaña".
El presidente avaló su teoría de la conveniencia de mantener en el puesto a Paco Jémez con los datos de los muchos cambios de técnicos habituales en el fútbol. Con sorna, espetó que "ya no tenemos esa fama tan mala de trituradora de entrenadores". Eso sí, su renovación (como la de otros casos de jugadores en el último año de contrato) no se hará hasta tener asegurada la permanencia en Segunda. Las excepciones, pactadas, se cumplieron ante los casos de Arteaga y Javi Flores. Aprovechó la oportunidad Campanero para desvelar que el sevillano "tenía una oferta superior de otro equipo, pero prefirió quedarse".
No quiso tampoco dejar pasar la ocasión para alabar el comportamiento de la afición. Unos seguidores que "están teniendo un comportamiento extraordinario". A su juicio, ese "cambio" que ha observado en la predisposición de los parroquianos de El Arcángel "comenzó en el partido ante el Pontevedra y lo siguen demostrando semana a semana".
De todos modos, el plantel de futbolistas, según Campanero, ha contribuido mucho a la buena respuesta del estadio porque "en las jornadas que llevamos, el equipo ha hecho un juego de mucha más calidad y superior al de otros rivales".
Eso sí, el presidente también confesó entender las protestas por los muchos puntos perdidos en los instantes postreros en casa: "Es normal que se sientan decepcionados con los partidos que se empatan a última hora. Eso ha hecho que se enfaden. Yo soy el primero que grité hace dos domingos en mi casa cuando nos empataron en el último instante".
Al final, una pregunta sobre una hipotética despedida de la poltrona presidencial con el Córdoba dando el gran salto a Primera: "Todo ascenso debe llegar en su momento oportuno, porque no se asciende cuando se quiere, sino cuando se puede".
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