Con un pedigrí sueco (1-0)
Fútbol
El CCF vuelve a los puestos de 'play off' tras una victoria fraguada con un gol de penalti de Caballero y un excelente trabajo defensivo. Los locales jugaron con diez durante 49 minutos.
Bienvenido a la república independiente de mi casa. Con ese eslogan, la multinacional sueca Ikea buscó en afianzamiento en España hace unos años, cuando ya sus productos empezaban a proliferar por muchos hogares. Quizás sus muebles no sean los mejores, quizás luzcan mucho menos que otros, pero en situaciones de crisis, dan el apaño de una forma más que salá. Por eso la gente los compra y, al contrario que muchos otros establecimientos, los escandinavos facturan más que cuando las vacas eran bastante más gordas. Porque al personal le da igual tener que coger el taladro, rebuscar para encontrar esa caja de herramientas que estaba en desuso y echar la mañana montando algo parecido a un puzzle. Todo eso da igual cuando al final uno llega a su salón y ve el mueble colocado, con la televisión encima y las botellas perfectamente dispuestas para su disfrute. Es lo mismo que pasa cuando los lunes el personal se va al periódico, busca la clasificación y ve a su Córdoba en puestos de play off de ascenso con 17 puntos. Ahí se olvidan los buenos momentos del día del partido, el sufrimiento por la presión del rival, los malos ratos por las decisiones arbitrales… Todo eso queda en poco menos que una anécdota, pues es inevitable sacar a relucir una sonrisa que tiempo atrás fue borrada de forma brusca.
Esta sensación se adelantará a hoy después de que el equipo de Villa enterrara ayer las dos derrotas cosechadas en las salidas a Las Palmas y Lugo con una demostración de entrega, solidaridad y esfuerzo que minimizó los errores, que los hubo, en un partido de los que pueden marcar un cambio de tendencia. El CCF salió con las ideas claras, con un dibujo más ofensivo de lo normal, con Caballero y Abel llevando el peso del centro del campo y Uli Dávila echando una mano a Xisco en ataque. En definitiva, la idea que el técnico manejó durante toda la semana con el único cambio, obligado, de Janse por el lesionado Luso en el lateral derecho. Sin embargo, el desarrollo del choque mientras hubo igualdad numérica evidenció que aún hay muchas cosas por pulir en este paso al frente. Porque el Sabadell, sin hacer nada del otro jueves, jugó de tú a tú a un equipo volcado a la banda derecha de un Pedro que hizo casi de todo. Para bien y para mal, aunque en esto último contara con la inestimable colaboración de un árbitro un tanto desorientado. Los catalanes aprovecharon que el CCF se partía más de la cuenta para ganar casi todas las segundas jugadas, para aprovechar al máximo los espacios entre la defensa y el centro del campo, donde las llegadas por sorpresa de Caballero al ataque dejaban luego a Abel demasiado solo para salvar la papeleta defensiva. Y ahí, con dos o tres pases, el cuadro visitante ponía en apuros a la defensa, algo desubicada sobre todo por los costados.
Con todo, fue el Córdoba el que empezó asustando con una buena combinación entre Xisco y Pedro que acabó con el alicantino por los suelos sin que el colegiado viera nada punible ante la acción de Kiko Olivas. Parecía que la cosa empezaba bien, pero nada más lejos de la realidad. El Sabadell presionaba bien arriba, provocando una serie de pérdidas consecutivas -una no supo aprovecharla Gato- que mermaron por momentos la confianza de la zona trasera. De nuevo Gato estuvo a punto de sacar petróleo de dos fallos consecutivos de Samu y Armando. Fue la antesala al primer gol, tras un penalti, esta vez sí mucho más claro, de Carlos Hernández a Pedro. Quedaba la duda de si lo volvería a tirar Xisco tras sus dos fallos, pero el balear se quitó de en medio, siendo Caballero el que tomó la responsabilidad para hacer feliz a todo el cordobesismo.
Había que ver ahora cómo sentaba el gol a ambos equipos. Y lo primero que quedó patente es que al Sabadell le afectó bien poco porque Tamudo estuvo a punto de limpiar la escuadra izquierda de Saizar, que respondió con una manopla espectacular. Poco a poco, y con el propósito de recuperar la seguridad atrás, el CCF se replegó un tanto y empezó a juntar las líneas para minimizar esos fallos que daban aire a los visitantes, obligados a dar un paso hacia delante. Eso provocó alguna salida a la contra, si bien en la más clara el exceso de individualismo de Uli Dávila impidió una resolución ante Nauzet. La respuesta arlequinada no se hizo esperar y fue de aúpa, aunque el enésimo desajuste sólo permitió a Tamudo estrellarse con el larguero con un cabezazo solo en el área pequeña, de esos que sacan la vena de Villa por muy lejos que ande.
El partido caminaba impasible hacia el descanso con el guión claro. Pero, tras una nueva intervención brillante de Saizar ante Gato, el colegiado quiso meter un puntito de pimienta a la cosa con la más que rigurosa expulsión de Pedro. Quedaba claro que esas decisión dibujaba un panorama muy diferente para la segunda mitad. Con diez hombres, Villa apostó por sacrificar a Uli en la banda derecha, pertrechando dos líneas de cuatro por detrás de Xisco. La posesión pasó a ser monopolio del Sabadell, que aceptó el capote y pasó a jugar en campo contrario, aunque con enorme dificultad para superar el perfecto muro defensivo blanquiverde. Aníbal inquietó hasta en dos ocasiones, pero en ambas fue incapaz de dirigir su remate a la portería cordobesista.
Entonces llegó la hora de los actores secundarios. Salamero metió a Collantes y Longás, pasando a Arteaga al lateral. La respuesta de Villa buscó reforzar la medular, el verdadero sostén del equipo, con Gálvez y Pelayo, que lo primero que hizo fue probarlo con un zapatazo que no encontró portería por muy poco. Quedaban 20 minutos de sufrimiento, y más cuando el Sabadell quemó sus naves con Edgar, otro punta, dejando huérfano el lateral zurdo. Era el momento de dejarse el alma sobre el verde. Como le tocó hacer a Fran Cruz tras romperse en una carrera con Edgar. La solución de emergencia fue meter a Gálvez atrás. Y casi lo primero que tuvo que ver el zurdo fue un paradón de Saizar tras un tiro de Collantes desde la frontal que se envenenó tras rozar en Edgar. Parecía que era el día, aunque fuera con agonía. A pesar de las constantes llegadas de los catalanes, las más claras la tuvo el CCF en dos contras con Strahman como protagonista. En la primera el argentino se topó con Nauzet, héroe también en otro mano a mano con López Silva ya en el alargue. Hubiera sido un puntazo, para evitar la angustia. Pero ya saben, hoy cuando miren en periódico, nada de eso se recordará…
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