Con la horma de su zapato

El Córdoba se vio sorprendido por el Numancia, que encontró aliento al borde del descanso y exprimió un tramo de desconcierto por los problemas físicos de Oriol Riera y Charles para dar la vuelta al marcador. Juan Carlos Unzué, cuestionado por los malos resultados recientes, fue agasajado por sus jugadores en la celebración del tercer y definitivo gol del partido, que como los dos anteriores llegó a balón parado. El acierto en la estrategia fue el factor diferencial en el cruce entre el sistema 4-4-2 de Lucas Alcaraz, quien arriesgó en el último cuarto de hora con un 3-2-3-2, y el 4-1-4-1 rojillo.

DEFENSA

A pesar del 4-1 endosado por el Barcelona B, un equipo con un estilo similar al del rival de ayer, Alcaraz prolongó su confianza en la línea de cuatro integrada por David de Coz, Richy, Tena y Camille, con Alberto Aguilar como pivote de contención en detrimento de Usero. El engranaje defensivo funcionó, ya que el Numancia, con Del Pino como único referente arriba pero sin fijar a los centrales, Barkero y Cedric abiertos y Dimas y Garmendia apoyando desde la segunda línea, sólo inquietó a Alberto García con lanzamientos desde fuera del área. El combinado soriano acaparó la posesión a raíz del 1-0, aunque sin crear oportunidades claras... hasta el determinante minuto 43.

El Córdoba no estuvo a la altura en la defensa de las acciones a balón parado. Del Pino (1,76 metros) saltó más y mejor que nadie para materializar el 1-1 tras un córner botado por Barkero a pie cambiado. Asimismo, el punta remachó en el área pequeña un toque de Dimas, también con la cabeza, después de que Barkero lanzara desde la izquierda y el balón cruzara el área dos veces.

La coyuntura obligó a Lucas a arriesgar. Los cambios naturales de Pepe Díaz (por Oriol Riera) y Usero (por Alberto Aguilar, ya con 1-2) precedieron al de Jonathan Sesma, sustituto de Camille en el 75'. El Córdoba pasó a jugar con tres atrás y pudo encajar el 1-3 en una contra esporádica de Dimas en la última acción del choque. Curiosamente, el Numancia empezó sin un delantero nato (Del Pino no suele jugar tan arriba) y acabó con dos, los Vélez (Ion e Íñigo).

ATAQUE

El Córdoba se las prometía muy felices con un arranque con personalidad. Esto es, con Jorge Luque dirigiendo y David de Coz y Camille auxiliando en las bandas a Juanmi Callejón y Arteaga, respectivamente. Por si fuera poco, funcionó la pizarra: Arteaga tocó en corto hacia Camille cuando todos esperaban el envío al área, el lateral habilitó a Charles y el brasileño, roto el fuera de juego, tuvo el tiempo necesario para controlar, esperar el bote del balón y fusilar a Lafuente. Aún no se había cumplido el minuto 20.

Con todo a favor, el Córdoba se dejó dominar. Quizá pensando que su línea positiva en casa era un aval suficiente. Pero el Numancia le fue comiendo el terreno y empató muy cerca del intermedio. A pesar del revés, el conjunto blanquiverde quiso poner las cosas en su sitio desde la reanudación... y lo que hizo fue encajar el 1-2. A partir de entonces, el CCF atacó con corazón (léase Pepe Díaz), buscando dejadas provechosas en el área, y cabeza (Luque), con Callejón en una banda, Sesma en la otra y Arteaga como enganche. Pero casi nadie confiaba en la igualada en El Arenal.

VIRTUDES

El Córdoba mandó en el inicio de los dos periodos. Charles firmó un golazo en una acción ensayada.

TALÓN DE AQUILES

El Numancia fue creciéndose con el permiso del cuadro local, que encajó dos tantos parecidos.