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¡Qué ganas tengo de estar contigo!

  • La buena marcha del equipo y el desplazamiento más liviano del curso provocan la primera marea blanquiverde

Como cuando uno tiene la novia lejos, los momentos previos al reencuentro son realmente especiales. Uno procura que todo salga a pedir de boca, que la cena de bienvenida esté regada por un buen vino y que el ambiente del lugar sea propicio. Sin embargo, es imposible planificar cómo será ese primer cruce de miradas, ese cara a cara tras cierto tiempo enganchado sólo al teléfono. Ahí sólo se puede dejar fluir la magia y que sea lo que Dios quiera, teniendo siempre claro que las ganas son infinitas y que nada ni nadie puede entorpecer ese momento mágico. Después de los viajes con el disfraz de perdedor que deparó el añito en la élite, el cordobesismo tenía ganas de un día como el de ayer, con el equipo en una posición inmejorable en la tabla y la carretera como aliado. Porque a pesar de las más de cuatro horas de travesía, Albacete pasa por ser el desplazamiento más liviano de la temporada en una Segunda División claramente virada al norte del país.

Por esos dos ingredientes principalmente, al final más de 600 seguidores cordobesistas se dieron cita en el Carlos Belmonte. No sólo llegados desde Córdoba y su provincia, sino también desde Madrid, Cartagena y otras muchas localidades 'cercanas' a la capital manchega para dar un poco de color y sonido a un estadio mudo. Porque la afición blanquilla, lógicamente muchísimo más numerosa, quedó a merced de una hinchada blanquiverde grande se mire por donde se mire. Desde mediodía, caminar por las calles del centro o los aledaños del estadio podía confundir a cualquiera si estaba en La Mancha o en los alrededores de El Arcángel. Camisetas, banderas, bufandas y todo lo que tuviera seña de identidad cordobesista era bueno para dejar constancia de que la ciudad estaba tomada.

Sin embargo, todo eso del ambiente en la previa está muy bien... si luego tiene continuidad en el verde, en el partido. Y no será por falta de ganas o ahorro de energía. Desde una hora antes, el espacio de la grada reservado para el cordobesismo empezó a llenarse. Por cierto, con entradas adquiridas a 15 euros como se anunció durante la semana, y no a los 20 que en un primer momento pretendía cobrar -se entiende que por error- un Albacete que luego tuvo buenos detalles con los desplazados. Cánticos incesantes para ser la única zona, salvo tras los goles o en alguna de las acciones polémicas que ofreció el partido, con voz en el Belmonte. Incluso cuando la derrota ya estaba firmada. Una lástima que al final el resultado, que termina siendo lo más importante, no acompañara para hacer mejor la jornada. Tocará ahora volver a ser el mejor aliado en El Arcángel, donde la batalla está ganada de partida en número e intensidad... y hasta ahora también en los marcadores. Que no pare la racha con el Huesca.

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