El filial del campeón del mundo

Mezcla de tres generaciones exitosas, el equipo de Luis Milla luce las mismas virtudes de los mayores

José Carlos León / Córdoba

14 de noviembre 2011 - 05:02

"Tenemos la presión añadida de ser el filial del campeón del mundo". Lo dijo Ander Herrera minutos después de derrotar a Suiza (2-0) en la final del pasado Europeo sub 21, unas palabras y una filosofía que marcan el estilo del conjunto de Luis Milla.

En ese partido, el ahora jugador del Athletic hizo el primer tanto. Superada la categoría, hoy no estará en El Arcángel, pero sí Thiago Alcántara, el hombre que metió el segundo gol en la victoria ante los helvéticos y que esta tarde volverá a dirigir a un equipo que no sólo luce en el pecho el orgullo de la estrella, sino que emula la calidad de la campeona del mundo.

España presentará en Córdoba un equipo que mezcla tres generaciones ganadoras. Jugadores como el propio Thiago, De Gea, Montoya o Muniaín fueron campeones de Europa sub 21 en Dinamarca. Un mes después, los sub 19 repitieron éxito en Rumanía con una generación en la que estaban jugadores como Sarabia o Álvaro Vázquez, que ya han dado el salto a la sub 21. Entre medias, la única decepción del verano mágico del fútbol español llegó en el Mundial sub 20 de Colombia, donde la hornada de Marc Bartra, Oriol Romeu, Koke, Isco, Planas, Rodrigo, Hugo Mallo o Jordi Amat cayó en cuartos de final frente a Brasil. Todos ellos estarán en El Arcángel, formando un bloque temible del que además se han caído por lesión otros referentes como Canales o Dani Pacheco. Por el momento, su primer objetivo es clasificarse para el Europeo sub 21 de Israel 2013, pero antes la mayoría será la base del equipo que el próximo verano tratará de lograr el oro olímpico en los Juegos de Londres.

A las órdenes de Luis Milla, aquel fino mediocentro que lució en el Barcelona y el Real Madrid de los 90, la sub 21 juega con un 4-1-4-1 que apuesta por el control del balón, el toque y la llegada ofensiva por encima de la presencia.

Por nombres, España asusta. Empezando por la portería, David de Gea se hizo grande en el Atlético de Madrid y en apenas unos meses ha conseguido hacerse con la difícil portería del Manchester United pese a la alargada sombra de Van der Saar.

La defensa está dominada por el Barcelona, un club que no sólo ha hecho bandera del juego preciosista, sino que también se ha convertido en un vivero de zagueros con experiencia en Segunda y con apariciones en el primer equipo. Muniesa -hoy puede ceder su puesto a Íñigo Martínez-y Marc Bartra son los dueños del centro, mientras que en los laterales Montoya y Planas ofrecen solidez defensiva y recorrido ofensivo en los carriles.

El enganche es para Oriol Romeu, otro producto de la Masía que el pasado verano salió rumbo a la Premier, como en su día pasó con Cesc. Su destino fue el Chelsea, un gigante en el que ha empezado a ganarse la confianza de Vilas-Boas y donde está formando una medular íntegramente española junto a Juan Mata.

La magia llega en la línea de cuatro que maneja el centro del campo, un entramado que tiene como principal misión adueñarse del balón y anular la capacidad creativa del rival. A partir de ahí, el talento fluye por sí solo y busca los huecos que guían hacia la portería contraria. Las incorporaciones ofensivas, las diagonales y el juego en corto o las aperturas por las bandas abren las zagas contrarias como cuchillos ardientes en la mantequilla.

Ahí la clave es Thiago. Si la Roja tiene a Xavi e Iniesta, la Rojita tiene a Thiago, el hombre que aplastó al Córdoba el año pasado en el Mini Estadi dirigiendo a un maravilloso Barça B y que tiró la puerta del primer equipo hasta hacerse un hueco en la plantilla de Guardiola. El jugador del Barça ya ha dejado de ser el hijo de Mazinho, y ante la amenaza de que Brasil quisiera poner su talento al servicio de la verdeamarelha, Del Bosque ya le ha hecho debutar con la selección absoluta, de la que está llamado a ser una referencia en la próxima década.

Junto a él estarán su compañero Isaac Cuenca -el último descubrimiento de Guardiola- y Sarabia, que el pasado verano tuvo que salir del Madrid tapado por las estrellas de Mourinho para buscar fortuna en el Getafe. El malaguista Isco, titular el pasado jueves ante Estonia, podría dejar hoy su sitio a Iker Muniaín, el incisivo prodigio del Athletic que le da aún más mordiente al equipo de Milla.

Y arriba estará Rodrigo, la estrella de las categorías inferiores del Real Madrid que el pasado verano fue traspasado al Benfica por seis millones de euros. El hispanobrasileño hizo tres de los seis tantos ante los estonios elevando sus cifras con la sub 21 hasta un total de diez goles en siete partidos -siete en los cuatro de clasificación para la Eurocopa-, un espectacular promedio de 1.75 tantos por encuentro. La cifra se eleva a 17 goles en los 20 partidos que en el último año ha disputado entre la sub 19, sub 20 y sub 21, lo que le convierte en el estilete perfecto para un equipo que hoy puede dejar vista para sentencia su clasificación para la Euro 2013 y que asegura el nivel competitivo de la selección absoluta para la próxima década.

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