Sin divismo y con el sello de los humildes
Alcorcón | córdoba · EL RIVAL
La Segunda significa para el Alcorcón la prórroga de un sueño iniciado en octubre


En Alcorcón algún año se acordarán de todo esto con nostalgia. Mientras tanto están viviendo en un precioso sueño gracias a la dedicación de un puñado de profesionales del balón entrenados por uno de esos antidivos que, de vez en cuando, sorprenden a los periodistas que ya sólo entienden del binomio Madrid-Barça. El año pasado, cuando Valdano paseaba por las gradas del Santo Domingo, ajeno a lo que le quedaba por encajar, contaba a los periodistas que le acompañaban que visitar este campo era "una lección de humildad". Algo de eso trae el Alcorcón y su feudo. Segunda en esencia. Modestia a todo trapo y un fútbol bonito e ingobernable. Uno sostenido por un delantero que se define como de los de "la vieja usanza" y una solidaridad incontestable en un 4-4-2 firme y que no da tregua al rival. Han llegado a coquetear con las alturas en una circunstancia imposible y ahora, con los pies en el suelo, se hallan en la encrucijada que le ha de conducir, si la lógica es lógica, a luchar por la permanencia. Pero la lógica no se responsabiliza del 4-0 al Madrid...
SIN BALÓN
A los alfareros les viene francamente mal la baja de Manu Herrera. No sólo por la calidad de un arquero que subió el año pasado a Primera con el Levante, sino por el carácter que imprime a su defensa. Ha intentado competir con una máscara que proteja su nariz rota, pero finalmente deberá ceder su puesto a Raúl Moreno. El resto de la zaga la compondrán los carrileros Nagore (diestro) y Ángel Sánchez (zurdo) y los centrales Javi Hernández (que regresa después de su lesión) y Rueda.
CON BALÓN
Los amarillos han desplegado un brillante juego de ataque en varios partidos. Especialmente memorable fue la exhibición a la contra ante el Rayo. La velocidad es la principal de sus armas. Salen con urgencia cuando el rival se desespera y, si tienen prisa por remontar, no dudan en apelar a su perfecto conocimiento de las escasas dimensiones de su verde para colgar balones en busca de su sensacional delantero Quini.
El doble pivote, bastante creativo, lo compondrán Rubén Sanz y Sergio Mora, acaso su jugador más preclaro. El veterano Fernando Sales se colocará en el extremo diestro y aún no se sabe si por el otro carril correrá Carlos Martínez o Samuel, un pivote reconvertido. Arriba, para marcar, la noche y el día: Quini lleva nueve dianas y Borja, muy querido en este club, aún no ha mojado.
LO MEJOR
En su campo muerden.
LO PEOR
Llevan cinco derrotas seguidas.
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