"Si dejamos la puerta a cero, tendremos muy cerca el ascenso"

José Luis Navarro del Valle (Aranjuez, Madrid, 20-05-36) es por derecho propio uno de los jugadores más emblemáticos de cuantos han vestido la camiseta blanquiverde y el que más partidos ha jugado defendiendo sus colores. Sabe lo que es jugar con el Córdoba en Tercera, Segunda y Primera División, siendo el único jugador cordobesista que ha militado en las tres categorías, además de haber logrado ascensos a la categoría de plata y la élite con los blanquiverdes. En total, acumuló 319 partidos con el conjunto de la ribera del Guadalguivir, firmando una docena de goles. Llegó a Córdoba en la campaña 55-56, la segunda de existencia del club, de la mano de José Juncosa y siendo presidente de la entidad José Cruz Conde. Y en Córdoba se quedó hasta la campaña 69-70, un total de quince temporadas. Navarro ocupaba la demarcación de central, aunque igualmente era alineado como lateral e incluso en el centro del campo. Su sobriedad defensiva, su toque de balón y su pegada tanto en el despeje como en el remate fueron avales suficientes para ser uno de los titulares indiscutibles durante muchas temporadas consecutivas.

-Empecemos por el pasado. Usted vivió el primer ascenso del Córdoba, de Tercera a Segunda División, el 29 de abril de 1956, tras derrotar al Ceuta por un claro 4-0.

-Córdoba acogió aquel ascenso casi como el de Primera unos años después. El campo estaba abarrotado y fue importantísimo para la ciudad por lo que significó en todos los ámbitos, tanto deportivos como no.

-Ahora el ambiente es parecido al que se hubo cuando se logró aquel primer ascenso a la élite. ¿Qué ambiente se respiraba entonces antes del decisivo duelo ante el Recreativo?

-El ambiente era muy bueno, había una gran ilusión y unas tremendas ganas de lograr el ascenso a Primera. Llegamos a Huelva convencidos de que el choque era decisivo y recuerdo que el entrenador, Roque Olsen, y el presidente, José Salinas, nos reunieron a la plantilla y nos hablaron de la trascendencia del partido, que era el ser o no ser para lograr el salto definitivo de categoría. Roque Olsen nos fue inculcando sus ideas y nos hablaba constantemente de lo que teníamos que hacer en ese partido. Salimos con una intensidad grande, sabíamos lo que había en juego. Y todo nos salió a pedir de boca. Ganamos 0-4. Subió el Coruña en el grupo Norte y nosotros en el grupo Sur. Luego jugamos un partido para ver quién era el campeón de los dos grupos y logramos el título.

-¿Era el Córdoba favorito para el ascenso desde el inicio de la temporada o se fue fraguando su posición con el devenir de las jornadas?

-Desde el principio éramos uno de los favoritos, pero tuvimos un pequeño bache en el que salimos de los puestos de arriba, aunque nos recuperamos rápidamente. El Málaga era el que podía habernos quitado el primer puesto, pero el triunfo en Huelva nos llevó al ascenso. Además, ellos no ganaron el último partido. De aquel equipo recuerdo a todos los jugadores, destacando sobre todo Miralles, un delantero nato muy práctico y efectivo, valiente y peleón; era necesario en la plantilla. Luego no nos podemos olvidar de Juanín, que en paz descanse, un interior que en el campo mandaba y se situaba muy bien, que iba muy bien de cabeza y le pegaba magníficamente a balón parado. Además, no nos podemos olvidar de Simonet, Riaji, Homar, Paz... todos con una gran calidad. En definitiva, teníamos una plantilla y un conjunto extraordinarios, de mucha categoría. La base luego en Primera fue prácticamente el mismo equipo.

-Con los recuerdos tan frescos que tiene, imagino que se sabrá de carrerilla el equipo que jugó en Huelva y culminó el ascenso a Primera División?

-No se me olvidará en la vida. Prácticamente era el mismo que había jugado durante toda la temporada. Jugamos Benegas, Simonet, Martínez-Oliva, Navarro, Martínez, Costa, Riaji, Juanín, Miralles, Paz y Homar. Recuerdo que en los primeros minutos marcó Homar, dándonos la tranquilidad suficiente para afrontar el resto del partido con garantías. Antes del descanso recuerdo que marcó Miralles y ya en el segundo tiempo, dos goles más suyos cerraron definitivamente el partido.

-Usted no pierde detalle de este Córdoba, bien en el propio estadio o por televisión cuando sus compromisos no le permiten acudir a El Arcángel. ¿Cómo ha visto al equipo esta campaña?

-El equipo empezó muy bien la temporada, los jugadores se empleaban con genio y ganas, y se veía un equipo muy bien colocado sobre el terreno de juego. Luego atravesó un bache que les hizo alejarse de la zona de arriba y se situó cerca del descenso. Pero la llegada de Ferrer le revitalizó. El nuevo entrenador colocó y situó a los jugadores de distinta forma, les cambió el chip y volvieron a entonarse; han ido de menos a más desde su llegada. Ahora cierran muy bien atrás, defensivamente están muy bien. Quizás no hemos encontrado el gol en muchas ocasiones, pero los jugadores trabajan, han ido de menos a más, y eso es importante. Creo que llegan al momento decisivo en la mejor situación. El equipo que va hacia arriba tiene muchas posibilidades de ganar y de lograr los objetivos.

-¿Cómo ve la eliminatoria definitiva que tiene que afrontar ahora frente a Las Palmas?

-Veo al Córdoba con muchas posibilidades porque el equipo fuera de casa está sacando muy buenos resultados, crea mucho más peligro fuera que dentro. Si ganáramos aquí y dejáramos la puerta a cero, e incluso empatando sin goles, creo que lo tendríamos muy cerca. Pero en fútbol nadie puede ir tranquilo, pues dos más dos no son cuatro. Un equipo con el ascenso en juego no puede ir nunca tranquilo, debe ir concentrado al máximo, pendiente del contrario, al que deben tener estudiado de antemano, aunque luego no salgan de la misma manera.

-¿Encuentra alguna similitud entre este último asalto y el que se libró entonces en Huelva ante el Recreativo?

-No tienen comparación. Son épocas distintas. Se juega de una forma diferente. Ahora están más arropados atrás. El fútbol ha variado mucho. Antes había otras tácticas y estrategias. Nosotros teníamos muchos y buenos lanzadores. Ahora los marcajes son más férreos. Se trabaja menos la estrategia, aunque los campos y los balones son mucho mejores. Pero el Córdoba de esta temporada pelea mucho, defiende bien y se arropan bien. Tiene dos jugadores como Pedro y López Silva que desbordan fácilmente, llegando muchas veces hasta el pico del área, desequilibran y disparan. Esperemos que López Silva se recupere y juegue porque puede ser determinante y es necesario para el equipo porque Las Palmas atrás es algo lento. Tienen una plantilla mayor, con muchos jugadores veteranos. Creo que ahora mismo, con el entusiasmo, el genio y el fútbol que está haciendo el Córdoba, nos podemos llevar el gato al agua. La eliminatoria podría resolverse en El Arcángel. Si marcamos y ganamos aquí, veo muchas posibilidades, ya que el Córdoba fuera está muy bien.

-¿Qué significaría para Córdoba el ascenso?

-Sería un triunfo importantísimo. El campo se llenaría todos los domingos, sería una fiesta. El aficionado tiene muchas ganas de volver a ver al equipo en Primera, y esto serviría a la ciudad para coger un nuevo impulso. Llegaría mucha gente de fuera, con lo que ello significaría de cara al turismo y a los negocios; en definitiva, la ciudad también saldría ganando. Por historia y por ciudad no tengo ninguna duda que el sitio que le corresponde al Córdoba es estar entre los mejores.