Una cuenta pendiente

Lo de las victorias morales se queda para otros. José González volvió ayer a reencontrarse con sus jugadores en una sesión matinal en la que no se obvió la sensación de desazón que produjo el empate ante el Nàstic en El Arcángel. Ante un adversario más que notable, el Córdoba despachó una de sus actuaciones más convincentes. Principalmente en defensa, donde el hallazgo de un núcleo fijo -Raúl Navas en la puerta, Pierini y Pablo en el centro, Ceballos y Rubén en los flancos- es un avance considerable. José repitió once por primera vez. Hubo disciplina, solidaridad y entrega. Pero faltó el invitado imprescindible, el que marca el éxito de la fiesta: el gol. "Sólo nos faltó marcar", exponía ayer ante los medios Javi Flores, quien reventó literalmente sobre el césped antes de demostrar que sus condiciones le hacen, hoy por hoy, imprescindible en la formación. Se detectaba satisfacción a medias por el cero a cero.

El técnico quiere aún más. Y sus jugadores, según declaran, comparten esa ambición de crecimiento en una categoría que ya empieza a cobrarse sus primeras víctimas. En la jornada séptima cayeron dos entrenadores -Granero en el Alicante y David Vidal en el Elche-, lo que indica que la olla de la Liga Adelante empieza a hervir. Mientras tanto, el Córdoba se mueve en una zona intermedia que le exige máxima concentración. No se admiten deslices. La novatada llegó en su momento, el primer día de competición, y a partir de ahí el Córdoba ha descrito una trayectoria no brillante, pero sí solvente. Y José quiere más.

Sí, fue la quinta jornada consecutiva sin perder, la tercera vez que mantiene la portería imbatida -desde la debacle inicial ante el Hércules (0-3), los blanquiverdes han recibido sólo tres más, a medio gol por partido jugado, y uno de ellos en propia puerta- y la afición, de forma mayoritaria, reconoció el desempeño del equipo ante el Nàstic con un aplauso final. Al margen de debates estéticos, el volumen de decibelios en la grada -para bien o para mal- es siempre un indicativo fiable. "La virtud de este equipo es que tiene mucho equilibrio y pienso que el trabajo que están haciendo en el mediocampo es fundamental", indica Pierini, quien admite la carencia de resolución en ataque. Un hecho evidente -números cantan- y, a su juicio, reparable. "Por el juego creado, sobre todo en la primera parte, con muchas jugadas y centros, no conseguimos rematarlos. El equipo llega con más claridad y es algo que vendrá poco a poco", argumentó el central toscano.

Durante mucho tiempo estuvo el Córdoba anémico de puntos y, sobre todo, huérfano de estilo. Ahora comienza a tenerlo. Es el del entrenador gaditano, que parece haber dado con la fórmula para hacer del blanquiverde un equipo competente y competitivo. Con carencias, obviamente, pero "con margen de mejora", según recalcó ayer Pierini, que desde sus galones como capitán con un quinquenio de antigüedad en el club -toda una vida, quién lo iba a decir- otea un Córdoba interesante con José González. "El equipo está equilibrado, sólido y además juega bien al fútbol", apunta.

El hecho cierto es que los números dan la razón a José en su prioridad futbolística: mantener la portería imbatida. El Córdoba ha recibido seis goles: tres de ellos en la primera jornada y la otra mitad en los seis partidos siguientes. Sólo tres clubes han encajado menos: Salamanca (4), Hércules (4) y Real Sociedad (5). Charros y alicantinos ocupan, respectivamente, la primera y segunda posición. La consigna de preservar el marco multiplica las expectativas de escalar en la tabla, aunque en el caso de los blanquiverdes este reto adquiere visos de necesidad perentoria. Se trata de rentabilizar una de las producciones ofensivas más pobres de la Liga Adelante: cinco dianas. Sólo tres equipos marcan menos. El Sevilla (4), el Murcia de Clemente (3) y el Celta de Pepe Murcia (3). Los dos últimos están en puestos de descenso. Los blanquiverdes anotan lo mismo el colista Elche, que ayer destituyó a David Vidal. Pero existe una diferencia nada sutil. Los ilicitanos reciben más del doble. Lo dicho: hay que echar el candado. El Salamanca, con sólo siete tantos, es el líder. Así funcionan las cosas en Segunda.