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Con los resultados electorales aún coleando en el ambiente, una de las causas del cambio también encuentra su reflejo en el fútbol español. En un simple repaso a los banquillos se observa que numerosos entrenadores han sido cuestionados en lo que se lleva disputado de campeonato, pero sólo uno ingresó en las listas del paro y no precisamente por motivos deportivos, como le ocurrió en el Mallorca a Michael Laudrup, que dejó el equipo ante sus desavenencias con Lorenzo Serra Ferrer.
Pocos equipos pueden presumir de no haber dudado del inquilino de su banquillo. Salvo los cuatro primeros clasificados, y algún otro como el Espanyol, que tuvo muy claro su lugar en la Liga, los nombres de los técnicos han ido apareciendo dentro de las críticas. Desde Pellegrini en el Málaga, cuando perdió tres encuentros consecutivos, a Juan Carlos Garrido en el Villarreal, pasando por Gregorio Manzano o los muy cuestionados Pepe Mel o Philippe Montanier, quienes prácticamente se juegan el puesto en el duelo que los enfrenta el próximo domingo en el Villamarín. Uno y dos puntos de los últimos 24 han obtenido Betis y Real Sociedad, respectivamente, lo que coloca a ambos técnicos en el punto de mira.
Pese a todo, sólo una destitución esta temporada, frente a las cuatro que se acumulaban el pasado año a estas alturas. Entonces, el Sevilla ya había abandonado su apuesta por Antonio Álvarez para colocar a Gregorio Manzano, el Málaga despidió a Jesualdo Ferreira para fichar a Manuel Pellegrini a golpe de talonario, el Zaragoza dejó de contar con José Aurelio Gay para ponerse en las manos de Javier Aguirre y el Almería abandonó el discurso académico de Juanma Lillo para colocar a un José Luis Oltra que tampoco acabó la temporada.
Ahora, los presidentes y sus consejos de administración no toman decisiones a la ligera, ante la falta de recursos económicos para afrontar un despido y la contratación siguiente. En clubes como el Betis, incluso el coste sería mayor con el equipo fuera de la zona de descenso, lo que echa el freno a los dirigentes. En otros como el Racing, en concurso de acreedores y sin un dueño que asuma el mando, ni se pasó por la cabeza destituir a Héctor Cúper y el tiempo le ha otorgado la razón con la dedicación del argentino.
Si se analizan los banquillos desde la temporada 2008-09, fecha en la que comenzó a hablarse de crisis, a estas alturas ya se habían ejecutado más destituciones que en este campeonato, con Osasuna, Recreativo y Espanyol cambiando de técnico. Un año antes, Atlético y Racing sustituyeron a Abel Resino y Juan Carlos Mandià por Quique Flores y Miguel Ángel Portugal, respectivamente, y en las dos jornadas siguientes les tocaría a Zaragoza y Almería. Ahora la carestía económica obliga a los dirigentes a aguantar más que en otros tiempos a sus entrenadores.
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