FÚTBOL SALA | PRIMERA DIVISIÓN

El esfuerzo del Córdoba Futsal se queda en vano ante el Movistar Inter (2-4)

  • A los blanquiverdes les pasa factura su falta de contundencia y varios errores defensivos ante un rival directo por una plaza en la Copa de España

Shimizu, cabizbajo mientras los jugadores del Movistar Inter celebran un gol en Vista Alegre.

Shimizu, cabizbajo mientras los jugadores del Movistar Inter celebran un gol en Vista Alegre. / Miguel Ángel Salas

El Córdoba Futsal hincó la rodilla ante el Movistar Inter en casa. Los de Josan González lo intentaron y dispusieron de muy buenas ocasiones para llevarse algo más de Vista Alegre, pero la contundencia en las dos áreas del equipo madrileño terminó por doblegar a un conjunto cordobesista, que, sin el pívot Saura por lesión, sufrió de falta de pegada en ataque y tuvo varios errores en defensa que le pasaron factura. 

Nada más arrancar, una genial individualidad de Perin puso en peligro la meta visitante con un Jesús García que se impuso metiendo una certera mano. Eso sí, luego Prieto también se vio obligado a intervenir. Vista Alegre estaba presenciando una velocidad de juego impresionante en un primer minuto con muchas ocasiones. Shimizu exigió el portero y, al instante, Raúl Gómez hizo lo mismo. Un inicio que marcaría el destino de un choque de altísima intensidad con mucho en juego.

No había pausa, los dos querían marcar cuanto antes. En la primera rotación, hubo aplausos a Jesulito, que volvía de la lesión tras varias semanas fuera por un esguince de tobillo. Sin embargo, no había tiempo para entretenerse con regresos, porque el nivel del encuentro exigía máxima concentración. Precisamente, fue eso lo que faltó en el gol que llegaría justo después. El cordobés Boyis recibió solo en la frontal desde el saque de esquina y puso el balón ajustado a la escuadra. Un fallo en el marcaje que pudo haber corregido Pablo del Moral al plantarse solo ante el meta interista, que le ganó la partida al madrileño.

En la siguiente jugada, Raúl Gómez estuvo lento para batir la portería blanquiverde tras quedarse totalmente solo. Podía pasar cualquier cosa. Mientras tanto, el Córdoba Patrimonio presionaba arriba con todo en busca del empate, pero otro error los condenaría. Miguelín, estando de cierre, falló en el pase hacia adelante que le robó Igor Carioca. El brasileño se la cedió en el dos contra uno a un Pol Pacheco que no falló con un disparo cruzado.

Álex Viana saca un disparo con Raúl Gómez tratando de cortarlo. Álex Viana saca un disparo con Raúl Gómez tratando de cortarlo.

Álex Viana saca un disparo con Raúl Gómez tratando de cortarlo. / Miguel Ángel Salas

A Shimizu le encantó el balón largo que le metió Caio. Se mordió la lengua y al primer bote la voleó con la fuerza que atesora el japonés, pero el meta de los madrileños estuvo felino tapando el disparo. Fue un intento más de los muchos que conectó un cuadro blanquiverde que comenzaba a perdonar demasiado ante el marcador adverso. Al final eso se paga, y en la siguiente, Eric Martel sacó un córner que pilló descolocado a Prieto y el balón fue repelido hacia el fondo de su propia portería.

El Córdoba Futsal no estaba muerto, pero la falta de contundencia en ataque y los despistes defensivos le estaban pasando factura. Tuvo que ser con tres goles en contra cuando por fin llegó el primero de los cordobesistas. Ricardo recogió un rechace de la zaga interista y perforó la red visitante. Por fin lo lograron, pero debían remar demasiado a contracorriente para alcanzar la épica. Los de Josan González estaban cómodos sobre el parqué. El resultado estaba siendo injusto, aunque ante este tipo de equipos con tantas estrellas, perdonar no es recomendable. De hecho, pudieron ampliar el marcador de no ser porque Prieto se lanzó de manera espectacular para salvar la internada de un Pol Pacheco que remató a puerta vacía.

Volvió a estar muy certero el arquero local ante el tiro de Saldise. También lo estuvo Jesús García para sacar una mano providencial ante la volea de Miguelín y luego un acertado pie que repelió el lanzamiento de Shimizu. El Movistar Inter acechaba la portería cordobesista en busca de noquear a un Córdoba Futsal al que se le gastó la energía en el tramo final de la primera mitad. Con un Prieto imperial bajo palos, ambos equipos se marcharían a vestuarios.

Sin fortuna para los blanquiverdes

Álex Viana robó y falló el uno contra uno. El Córdoba Patrimonio quería demostrar que no iba a poner fácil la victoria al rival con un inicio de segunda parte arrollador. Ricardo se desesperó ante un meta interista que le sacó dos grande paradas. Los suyos estaban bien sobre el parqué, pero volvieron a errar y los de Tino Pérez aumentaron su ventaja en tres goles. El gol llegó tras una pérdida de Pablo del Moral en campo propio que permitió la triangulación de Raúl Gómez, Eric Martel y Cecilio.

Pablo del Moral conduce el balón mientras es perseguido por Rafa López. Pablo del Moral conduce el balón mientras es perseguido por Rafa López.

Pablo del Moral conduce el balón mientras es perseguido por Rafa López. / Miguel Ángel Salas

Un cañito de Jesulito acabó en otra parada de Jesús García. Los blanquiverdes no podían, y eso que ocasiones crearon muchas. La intensidad subía con algún que otro encontronazo. Fuerzas igualadas y algún que otro cabreo entre jugadores. Trascurrido el ecuador del segundo tiempo, a los de Josan González se les agotaba el tiempo. Cecilio metió el susto en el cuerpo a la grada blanquiverde. Poco después, los gritos de incomprensión y protestas invadieron el ambiente de Vista Alegre porque un defensor visitante despejó un balón con la mano en su área. Los colegiados rectificaron su primera decisión y Perin tendría opción de recortar distancias desde el punto de penalti. A su derecha y con fuerza lo convirtió. Había esperanzas todavía.

Cada balón robado lo celebraban con rabia. Atacando con portero-jugador, los blanquiverdes gozaban de cinco minutos para darle la vuelta al partido. Shimizu estuvo cerca de marcar de cabeza. La zaga interista defendía como nunca. Pocos eran los huecos que encontraba un cuadro cordobés muy insistente. Pero no había tiempo para muchos más y el lamento de Ricardo tras desaprovechar una de las que tuvo lo decía todo. Muchos esfuerzos que se quedaron en vano y que dejaron al Córdoba Patrimonio con las ganas de acercarse a la Copa.

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