La actitud negociadora del Cajasol en las últimas temporadas es un tema criticado por un sector de los aficionados. Llama la atención que a la hora de desprenderse de jugadores tenga que pagar y cuando quiere hacerse con alguno deba abonar igualmente.

Un caso sintomático ha sido el de Michal Ignerski. El ya ex capitán cajista no entraba en los planes de Pedro Martínez y su paisano Joan Plaza era de la misma opinión. El polaco cobraba demasiado dinero para el rendimiento que aportaba, según ellos. Tenía la sartén por el mango el alero alto al disponer él únicamente de una cláusula en su contrato para marcharse, no así el club, que debía ponerse de acuerdo con sus agentes para que dejara de pertenecer a la disciplina sevillana, teniendo un año firmado más otro opcional.

Pues nada menos que unos 150.000 euros se ha llevado Ignerski a su bolsillo del presupuesto de los hispalenses. El internacional polaco había arreglado su futuro con el Bruesa a expensas de desvincularse del Cajasol. Al final, sobre 25 millones de las antiguas de pesetas para él, más lo que gane en San Sebastián.

Ha sido ésta una política habitual en los últimos tiempos, aunque más a menudo a la hora de firmar a algún jugador con contrato. Hace dos veranos fue Andrés Miso quien llegó a bombo y platillo a San Pablo procedente del Alta Gestión Fuenlabrada -club que sigue moviéndose rápido en el mercado y ayer se hizo con el base Chris Thomas-. El equipo madrileño sacó tajada del interés hispalense. En torno a 250.000 euros fue la cantidad estipulada por los fuenlabreños para dar luz verde a la salida de su jugador exterior. El Cajasol pagó.

Más sonada resultó la incorporación de Juanjo Triguero. Bien es cierto que el conjunto sevillano necesitaba fichar a nacionales por cuestión de cupos, pero parecía sobredimensionado el dineral que abonó por el valenciano: 500.000 euros. Nada menos que medio millón para el CB Murcia, teniendo en cuenta que el pívot apenas contó para Comas cuando coincidieron en su anterior etapa.

También por Milisavljevic hubo que soltar dinero, aunque en menor cuantía (50.000 euros) para sacarlo del Lietuvos Rytas con destino San Pablo. Ahora, con una campaña más firmada, no cuentan con él y habrá que volver a pagar para romper el contrato.