Fútbol Sala | Primera División

Las claves del mal momento del Córdoba Futsal

  • Los blanquiverdes caen al descenso por primera vez desde que militan en Primera, al encadenar tres derrotas en sus últimos cuatro partidos

Jesulito, Prieto y Koseky, abatidos tras uno de los goles recibidos ante el Betis Futsal.

Jesulito, Prieto y Koseky, abatidos tras uno de los goles recibidos ante el Betis Futsal. / Juan Ayala

El Córdoba Futsal Patrimonio de la Humanidad atraviesa uno de sus momentos más delicados desde que milita en Primera División. La derrota ante el Betis Futsal empujó a los blanquiverdes a los puestos de descenso por primera vez desde que militan en la élite, una zona que exceptuando el accidentado inicio del presente curso con un partido aplazado para empezar y una derrota en el segundo, no habían conocido desde que lograran dar el salto a la máxima categoría.

Tres tropiezos en los últimos cuatro partidos han situado al equipo que entrena Josan González en el decimosexto puesto, a un punto de la salvación, pero ya con el nerviosismo de verse en la zona pantanosa de la tabla.

El mal momento del equipo cordobés no tiene una única razón. Muchos son los factores que explican el bache. Algunos crónicos como la falta de pegada o los problemas defensivos. Otros, inesperados como la fragilidad mental del grupo en los momentos calientes de los encuentros. Y algunos, incontrolables, como la falta del plus que suponía un Vista Alegre lleno o los contratiempos que el coronavirus está deparando en el calendario.

Ese cúmulo de circunstancias es el que ha provocado que el conjunto blanquiverde se encuentre en puestos de descenso al inicio de la segunda vuelta. Una situación todavía reversible, pero que necesita de la reflexión conjunta de cuerpo técnico y jugadores para superar una serie de factores que han minado el rendimiento del equipo y que se podrían resumir en las siguientes claves.

El gol cuesta un mundo

Los problemas con el gol son una constante en el Córdoba Futsal y quizás uno de los factores más complicados de revertir. La definición es lo que más dinero cuesta y para uno de los equipos más modestos en cuanto a presupuesto es normal no destacar en exceso en esa faceta. El equipo blanquiverde supo lidiar bien ese déficit el curso pasado jugando a marcadores bajos y basando su fortaleza en la exigencia defensiva, algo que este año no está terminando de encontrar.

Con 39 goles anotados en 15 partidos jugados, el Córdoba Patrimonio es el tercer peor ataque, solo superado por el Ribera Navarra y un Jaén Paraíso Interior cuyos guarismos están condicionados por los muchos partidos aplazados que arrastra.

En la faceta ofensiva, Alberto Saura es un oasis dentro del equipo. El pívot murciano suma 12 dianas y es el tercer máximo goleador de la liga. Su aportación se mantiene ahí tanto en los buenos como en los malos partidos. Sin embargo, el de La Unión echa en falta más acompañamiento en esa tarea ofensiva. Los siguientes anotadores están ya muy lejos de sus números y son Zequi con seis goles y Jesulito con cinco.

Flagrantes despistes defensivos

Ante la dificultad para hacer goles, el Córdoba Patrimonio debe crecer defensivamente. Los 46 goles encajados por el equipo no son un mal registro, pues hasta siete equipos en la liga encajan más. Sin embargo, el equipo de Josan González está acusando en exceso unos preocupantes despistes defensivos, que no son propios de un equipo de élite. Buena parte del trabajo en ataque y de la voluntad del equipo se ve tirado por la borda por errores puntuales que son perfectamente evitables.

Los mejores momentos del equipo cordobés han llegado cuando los marcadores se han movido en tanteos bajos. En las dos últimas citas, ante el Valdepeñas y el Betis, el Córdoba Futsal ha encajado 13 goles. Una cifra totalmente insostenible atendiendo a la modesta generación ofensiva del equipo.

La fragilidad mental

Fruto de esos despistes defensivos, el Córdoba Patrimonio está padeciendo ciertas desconexiones mentales en los momentos calientes del partido que están costando muy caras. Los dos últimos partidos son el exponente más claro, pero es un mal endémico que el equipo viene sufriendo desde el inicio del curso.

Esas lagunas en el aspecto psicológico llevan al equipo a dejar marchar los partidos de manera flagrante cuando se produce un contratiempo. Nadie le puede negar a los jugadores de Josan González el espíritu combativo, pero en muchas ocasiones la reacción llega cuando ya es demasiado tarde. En Valdepeñas fueron tres, y ante el Betis cuatro, los goles recibidos en apenas unos minutos. Esa fragilidad mental para reponerse de los golpes del rival está pasando factura.

El factor Vista Alegre

Una de las grandes diferencias respecto al curso anterior está en el factor pista. El Córdoba Futsal es uno de los equipos con mayor masa social de la liga, lo que el curso pasado supuso una gran ventaja por el ambiente que se generaba en su pabellón. El coronavirus cambió de plano ese aspecto y en la actual coyuntura, jugando sin público en las gradas, los blanquiverdes no tienen ese empujón extra que se echa muy en falta.

Los números hablan por sí solos. De ocho partidos jugados en Vista Alegre, el equipo cordobés solo ha ganado tres, con dos empates y tres derrotas. Atendiendo a lo complicado que es sumar fuera de casa en esta liga, ese déficit de puntos como local pesa demasiado.

Los avatares del covid-19

Al principio de curso, todos los equipos sabían que el coronavirus sería un enemigo más a tener en cuenta. El Córdoba Patrimonio ha conseguido mantener los contagios a raya y lejos de su plantilla, pero eso no quita para que el club haya sufrido los vaivenes de la pandemia.

Sin haber dado un solo positivo, el equipo blanquiverde ha visto como seis de sus partidos se han tenido que reprogramar en la primera vuelta. Tres de ellos (ElPozo Murcia, Movistar Inter y Jaén Paraíso Interior), aún están pendientes de jugarse y obligarán al equipo de Josan González a afrontar un calendario apretadísimo. Un factor incontrolable que ha jugado una mala pasada al conjunto cordobés.

Dos citas clave

En la situación actual, y antes de que el calendario ponga por delante a los equipos más duros de la competición, el Córdoba Patrimonio necesita reaccionar cuanto antes. Para ello, las dos próximas citas se antojan trascendentales. El conjunto cordobés visitará en dos semanas al Burela, para recibir después al UMA Antequera en Vista Alegre. Antes los gallegos, además, el goal average está complicado tras la derrota en Vista Alegre. Con los malagueños parece más asequible, pues en la primera vuelta se produjo un empate en Antequera.

Entre medias podría situarse la visita del Movistar Inter, aún sin fecha concreta después de acordarse el 23 de febrero pero ahora con nueva propuesta de la RFEF para el 11-F. En todo caso, de esos dos partidos ante dos rivales directos por las salvación dependerá en buena parte la forma en la que el Córdoba Futsal llega al tramo final de la competición.

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