Judo

El camino olímpico para Julia Figueroa ya está escrito

Julia Figueroa, en un combate del reciente Mundial de Budapest.

Julia Figueroa, en un combate del reciente Mundial de Budapest. / IJF

El momento más esperado para Julia Figueroa en los últimos cinco años ya está aquí. La judoca cordobesa afronta desde la madrugada de este sábado la competición en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, una cita que llega un año después de lo previsto y que supone para Figueroa la gran reválida a su excelente trayectoria internacional. Una competición especial por lo que engloba, que también lo será por el idílico escenario que la acoge.

El imponente Nippon Budokan, todo un templo del judo, será uno de los pocos pabellones de estos Juegos condicionados por el coronavirus que pueda acoger público. Y es que los japoneses no iban a quedarse sin disfrutar de la competición olímpica del que es uno de sus deportes nacionales. Una disciplina tan apasionante como cruel, en la que el trabajo de todo un ciclo olímpico puede deparar la gloria o la más amarga decepción, un sentimiento que a Julia Figueroa ya le tocó vivir en Río 2016, cuando un primer mal combate le costó la eliminación en apenas unos minutos.

Todos los sueños, las horas de entrenamiento, el sufrimiento físico y los sacrificios consagrados a la práctica del judo por la deportista cordobesa se vuelven a poner en juego en el tatami en una competición trepidante en la que solo vale ganar. Julia asume el reto con naturalidad y ambición, convencida de que el podio olímpico espera, en lo que sería la culminación a una trayectoria para enmarcar.

Una vez dejados atrás los problemas en un hombro que lastraron a la cordobesa el año pasado, sus últimas apariciones internacionales han dejado ver un estado de forma físico magnífico y una confianza reforzada. Esa baza será muy importante para Figueroa, que en Tokio parte como quinta cabeza de serie en los -48 kilogramos, competición que presenta un cartel impresionante, en el que no falta ninguna de las diez mejores luchadoras del mundo. Estará la siempre regular Distria Krasniqi, como cabeza de serie número uno; la jovencísima y sin embargo gran favorita Daria Bilodid (Ucrania); la japonesa Funa Tonaki, dispuesta a dar la primera alegría al pueblo nipón; la argentina Paula Pareto, que defiende la corona olímpica, y un largo listado de contendientes a dar la sorpresa desde un discreto segundo plano.

El primer reto para Julia Figueroa será derrotar a la turca Gulkader Senturk y asentarse así en una competición que no permite errores, al menos en las dos primeras rondas, pues después sí se abre la vía de la repesca como camino secundario al podio. La cordobesa parte como favorita en esta primera ronda, aunque tendrá enfrente a una rival peligrosa, que ocupa el puesto 29 en el ranking mundial, pero que sabe lo que es pisar el podio en citas internacionales. Será a partir de las 4:00 de la madrugada del viernes al sábado (hora española) cuando la competición olímpica eche a andar con el peso mínimo femenino.

Si consigue superar esa primera criba, Julia Figueroa reafirmará su confianza para seguir avanzando en una parte del cuadro exigente, pero sin las tres primeras cabezas de serie en el camino hacia semifinales. La segunda rival de la cordobesa saldría del combate entre la israelí Shira Rishony (decimoquinta en el ranking mundial) y la colombiana Luz Álvarez (la número 53 mundial). Y esa segunda ronda, de superarla, permitiría a la cordobesa contar ya con bala en la recámara de la repesca, antes de afrontar el cruce de cuartos de final.

Si consigue el paso a las semifinales o se ve relegada a la repesca por la medalla de bronce, Figueroa tendrá unas horas de tensa espera hasta que a las 10:00 (hora española) del sábado arranque el bloque final de combates, en el que se decidirán las medallas. Ahí sueña con estar Julia, en la que bien podría ser la primera medalla para la delegación española en estos Juegos. El camino hacia la gloria olímpica para la cordobesa ya está escrito.

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