El CCF recuperó el clásico 4-4-2 de la Liga, pero apenas si tuvo un par de llegadas claras en todo el partido. Ante un Xerez muy bien plantado, ordenado y sabiendo qué hacer en cada momento, el conjunto blanquiverde nunca encontró su juego. No había espacios para el toque, los organizadores estaban tapados y las bandas, tapiadas. Sobre todo la izquierda, al colocar Berges a un diestro (Fernández) en lugar de alguno de los zurdos que tiene (Fuentes estaba en el banquillo, Dubarbier en el campo y Cerra, como es habitual, en la grada). Más piedras para entorpecer un camino que en las últimas semanas se ha complicado.
La lesión de Patiño, un punta más combativo, la trató de solventar el técnico con Joselu, pero en el descanso tuvo que tirar de la casta de Pepe Díaz. Ahí el equipo encontró algún hueco más, pero no los suficientes para ganar. Sobre todo cuando en el tramo final se quedó con diez. Eso dibujó un 4-4-1 con Fernández y Dubarbier en los laterales y Pepe y Pedro por delante. Ya tocaba no perder.
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