Balonmano | Liga Asobal

El Ángel Ximénez supera el trámite del colista y tiene vía libre para soñar

Tincho Jung intenta superar la defensa de Cavalcanti.

Tincho Jung intenta superar la defensa de Cavalcanti. / Fernando Lago / Liga Asobal

El Ángel Ximénez tiene licencia para soñar. La victoria ante el colista, el Club Cisne BM (27-30), deja sellada la permanencia una temporada más en la Liga Asobal del conjunto de Puente Genil, que se asienta aún más entre los ocho primeros, quedando a solo dos puntos de la quinta plaza, que da billete para Europa. A siete partidos para la conclusión del campeonato y con el primer objetivo en la mano, es el momento de buscar algo grande.

Como ya ocurriera el pasado domingo ante Anaitasuna, las paradas del veteranísimo Álvaro de Hita y el 6:0 defensivo destacaron en el marcador al Ximénez tras el descanso, dejando sin respuesta a una escuadra gallega a la que le pudo la presión, ya que un triunfo le permitía situarse a dos puntos de la permanencia que marca el Frigoríficos del Morrazo, que había perdido en la pista del BM Logroño.

Así, el Ángel Ximénez dominó de principio a fin. De partida, apoyándose en los goles del portugués Gonçalo Ribeiro, golpeó a su rival con un 2-5 de salida, pero varias paradas de Ramírez dieron aire al Cisne (5-6, minuto 11) hasta que De Hita empezó a tocar balones en su portería.

El técnico local, Javier Márquez, paró el partido cuando su rival recuperó la renta de tres goles (5-8). Su equipo creció desde su trabajo defensivo, pero desaprovechó hasta tres ataques para empatar, incluidos dos lanzamientos de siete metros. Y el cuadro de Puente Genil, tras un carrusel de exclusiones en ambos equipos, logró mantenerse por delante en el marcador (13-14, descanso).

En el arranque del segundo tiempo, Ramírez dejó de tocar de balones, todo lo contrario que Álvaro de Hita, agigantado en su portería. Entre él y Pomeranz dispararon al Ximénez, obligando a Márquez a pedir tiempo muerto (16-20, min.38).

El técnico del Cisne metió en pista al portero brasileño Franzini, pero el problema de su equipo estaba en el ataque posicional. La defensa 6:0 planteada por Paco Bustos era un muro infraqueable para el equipo gallego, que supo explotar dos faltas en ataque de Javi Muñoz para acercarse en el marcador.

Bustos paró el partido, y su equipo recuperó la tranquilidad (18-23). El choque era una partida de ajedrez. Márquez detuvo de nuevo el duelo. Planteó una defensa individual, pero las paradas de De Hita acabaron con el sueño pontevedrés de puntuar ante un Ángel Ximénez que quiere soñar con Europa.

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