49 abriles no son casi nada
córdoba cf
También fue en Huelva y en abril (el día 1 de este mismo mes), pero de 1962. Esa tarde, los pupilos de Roque Olsen necesitaban un punto en su duelo ante el Recreativo para certificar el ascenso directo a la elite, porque el Málaga -su rival por ser campeón y que finalmente disputó la promoción ante el Racing- jugaba en su casa ante el Murcia que no tenía ningún interés en ganar (de hecho, los boquerones vencieron fácilmente 2-0).
Numerosos aficionados se desplazaron desde Córdoba -entonces el polvo del camino se notaba mucho más- en cualquier tartana que rodara y de la que pudieran disponer para no perderse ese momento histórico.
Por eso, cuando Homar primero y Miralles (tres veces) después decantaron definitivamente la balanza del lado visitante, se organizó una fiesta en la ciudad colombina (que no se vio enturbiada ni por las piedras lanzadas por algunos exaltados que entonces no entendían de hermanamientos) que se prolongó durante la caravana blanquiverde, finalmente recibida en cortejo triunfal desde La Carlota hasta la entrada en la capital.
Desde aquel duelo pasaron 13 años hasta que el Recreativo y el Córdoba volvieron a coincidir sobre un verde, y durante una década sus enfrentamientos fueron un clásico de Segunda. Especialmente doloroso para los visitantes fue el 5-0 del curso del desplome a Segunda B (82-83). En ese encuentro, el delantero onubense Toledano coló un tanto del que no se olvidan en la capital del Odiel.
Los dos conjuntos vivieron sus peores tiempos en los 90. Ambos luchaban codo con codo por escapar del pozo de la categoría de bronce y cada año eran grandes candidatos a la muy exigente fase de ascenso. Indirectamente, gracias al apoyo del Recre en el Colombino, el equipo entonces dirigido por Perico Campos se metió en el play off del 96. Un empate a dos de los albiazules -que no se jugaban nada- ante el Málaga hizo buena la victoria del Córdoba al Xerez. Favor de hermano que otra vez, de paso, fastidiaba al conjunto malacitano.
El buen ambiente entre aficiones se hizo nota común cuando, ya en el nuevo siglo, compartieron sufrimientos y gloria en la categoría de plata. Paradójicamente, en la temporada 03-04 la victoria del bando de Miguel Ángel Portugal en Huelva provocó el cese del entrenador local, Paco Herrera (ahora en el Celta); un año más tarde, el 3-1 y la bronca de la grada (todo el estadio, los recreativistas también, coreó el "Crispi, vete ya") obligaron a Orizaola a despedir al técnico. Los recuerdos más recientes para los aficionados cordobesistas, desde el retorno a Segunda de 1999, son casi todos amargos.
En las campañas 99-00 y 00-01, la historia fue similar: se disputaban las primeras jornadas del campeonato (la segunda y la tercera) y la ilusión era la nota predominante en las expediciones blanquiverdes, adiestradas por Escalante, pero el Decano se llevó los choques de igual manera (1-0 y sin alardes). Un año más tarde, en la jornada cuarta, fue Crispi -quien ya había suplido a Verdugo- quien sucumbió en el fortín del Colombino.
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