Córdoba - racing · el otro partido

Vuelve el espectáculo

  • El conjunto blanquiverde se estrena en casa con un gran ambiente en la grada. Los pupilos de Berges recuperaron las buenas sensaciones que mostraron durante los amistosos de pretemporada.

Como si nada hubiera cambiado, una marea blanquiverde inundó El Arcángel un día más. Pero no era un día cualquiera, tanto por la hora (las diez de la noche de un domingo), como por el evento. 81 días después del último partido en casa de la pasada temporada -el choque del play off frente al Valladolid-, el templo cordobesista volvía a vestirse de gala para recibir a su equipo. El estreno de la campaña en casa se convirtió en la noche de los reencuentros.

En primer lugar, el reencuentro del Córdoba con su afición. Una hinchada que acudió en masa a pesar de la atípica hora y que no se cansó de animar a su equipo. Había mono de fútbol y se notó desde una hora antes del pitido inicial, con los aledaños del coliseo ribereño a rebosar y largas colas en las taquillas y la tienda para adquirir una entrada.

El salto de los equipos propició un déjà vu en la grada cuando miles de gargantas corearon al unísono el himno del cincuentenario. Una preciosa costumbre adquirida la temporada pasada y que tiene visos de mantenerse.

En la Tribuna los socios más veteranos se saludaban efusivamente, contentos de volverse a verse tras un largo verano. En el Fondo Sur, otro reencuentro, el de Brigadas Blanquiverdes con su ubicación original, el sector central de dicha grada. La comunión entre afición y equipo fue total. Especialmente emotivo fue el reencuentro de Dubarbier con la grada, que rompió en aplausos cuando el argentino ingresó en el terreno de juego. La misma reacción se produjo con la salida de Fede Vico, que volvió apresuradamente de su concentración con la selección española sub 20 para no perderse la vuelta a casa.

La noche de los reencuentros también tuvo grandes novedades, como el estreno en casa del nuevo delegado cordobesista, Carmelo Salas. También hizo su debut el flamante speaker de El Arcángel, que durante el descanso se encargó de convertir el estadio en una gran discoteca al aire libre, donde sonaron todos los éxitos musicales del verano.

En la grada visitante, los dos únicos aficionados del Racing que acompañaron a los de Fabri se reencontraron con la tristeza de la derrota, la segunda del campeonato en otros tantos encuentros. Pese al mal partido de su equipo, ambos aguantaron hasta el pitido final, negándose a dejar solo a un conjunto que vagaba tristemente por el campo.

Pero el reencuentro más importante que se produjo anoche fue el del Córdoba con la victoria y con el acierto de cara al gol. López Silva maravilló a la grada con su genialidad y acabó con el debate de la falta de puntería. El debut en casa se convirtió en la mejor oportunidad para que la afición blanquiverde renovara sus aspiraciones de vivir otro año de ilusión. El espectáculo volvió anoche a El Arcángel.

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