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Con mando en plaza (2-0)

  • El CCF retoma su idilio con El Arcángel a costa de un rival menor Apariciones Alberto García evita el 0-1, López Silva abre la lata con clase y Ruymán sentencia en propia puerta. El equipo apunta alto.

El Córdoba sigue aquí. No se ha ido. El 0-0 en Murcia había arrojado algo de incertidumbre, pero bastó el primer partido de la temporada en casa para ratificar que el destino de Paco Jémez estaba en Primera (es colíder con el Rayo Vallecano). Porque Rafa Berges ofrece garantías para prorrogar el sueño del ascenso. El Racing de Santander expuso sus penurias en El Arcángel e hincó la rodilla con una pincelada de un artista, López Silva, y un patinazo del debutante Ruymán. Asimismo, rindió pleitesía a Alberto García, imbatido después de 180 minutos. El CCF era favorito ante un recién descendido, cumplió con los pronósticos y se engancha a la zona alta de la clasificación desde el principio.

Un cólico nefrítico dejó fuera de combate al gran capitán, Gaspar Gálvez, a última hora. Berges se decantó por Alberto Aguilar en detrimento de Kiko Olivas como acompañante de Tena en el eje de la defensa. La otra novedad en el once con respecto al de Murcia, que además implicaba un retoque en el modelo táctico, era la inclusión de otro volante, Carlos Caballero, en perjuicio de un delantero, Joselu.

El Racing sacó de centro, pero no tardó en regalar la pelota con una patada a seguir. Como cabía esperar, el balón fue del Córdoba desde el principio. Con toque y toque y recuperaciones en zonas muy adelantadas. No se había cumplido el minuto 3 y Mario Fernández ya había blocado un zapatazo de López Silva, mientras que Patiño no llegó por muy poco a una rosca del codiciado Fernández.

El Racing aguantaba agazapado pero Alberto García tuvo que marcar su particular golito con una estirada felina a tiro de Longás, que se había quedado solo en el corazón del área gracias a una dejada de un perro viejo como Gaizka Saizar. El portero fue coreado por una grada que le adora. Una grada semivacía, por cierto, por aquello de la fecha y el horario: a finales de agosto y al borde de la madrugada.

La gente se vino arriba cuando López Silva agitó su varita mágica. Al borde del cuarto de hora, la enésima incursión del CCF por la derecha cuajó con el golazo del onubense, cuya sangre de horchata es un soplo de aire fresco. Sobre todo, cuando fluye en el área. Su definición fue de Primera.

El conjunto de Fabri se vio obligado a limitar la especulación, a estirarse. López Garai incrementó la atención en las transiciones por dentro. Con el vasco como ancla, Abel Gómez y Carlos Caballero aparecían por aquí y por allá en la elaboración en el campo enemigo. El madrileño llegó a pisar el área, mas resolvió con un zurdazo mordido, tras llevarse un balón dividido en la frontal. Un motivo para la esperanza en pleno crecimiento cántabro: Alberto García volvió a lucirse en un testarazo picado de Saizar a centro de Gai Assulin y Jairo no atinó en un derechazo cruzado con tiempo para perfilarse. Los extremos visitantes erosionaban una zaga inestable y amparada en la agilidad de su guardameta.

El Córdoba parecía reservar energías y la posesión se equilibró. Sin el cuero, el equipo había perdido el control, aunque Abel conectó con Patiño en un gol invalidado por mano y López Silva volvió a testar a Mario Fernández. Esas acciones ofensivas, la recuperación del mando con combinaciones propias de balonmano y sobre todo la ventaja en el marcador dejaron un poso agradable al descanso.

El Racing tenía que dar un paso al frente. De la caseta regresó más fiero, más intenso. De inmediato, Dorca se ganó la primera y única amarilla de la noche por un patadón a Pedro. Y Assulin, empeñado en recrear aquella figura juvenil que pasó por las canteras del Barcelona y el Manchester City, se mostró más vivo que el resto al apropiarse de un balón muerto, tirar de zancada y lanzar a los guantes de Alberto.

El Córdoba no estaba cómodo, pero ayer asomó una virtud de equipo grande: es capaz de crear peligro de repente. En pocos toques, concretos y verticales, Pedro y Patiño se plantaron en las proximidades de Mario con aviesas intenciones. Abel recuperó el pulso y los laterales se desmelenaron: a un centro de Fernández desde la línea de fondo continuó una asistencia de López Silva y un zurdazo blandito de Fuentes desde cerca. ¡Los dos laterales a tumba abierta con el partido ganado! El Córdoba es así desde la temporada pasada y su gente, orgullosa, vibra.

A Fabri se le amontonaban las dudas porque su equipo, que había amagado con buscar y encontrar el empate, estaba fuera de combate. Fueron los mejores minutos de un Córdoba que convirtió a Mario en el blanco de la diana. Con paciencia en la administración del esférico, intensidad y todo el descaro del mundo, las oleadas se sucedieron sin cuajar en el luminoso.

Llegó el momento de las rotaciones. Julián Luque y Dubarbier, recibido con una atronadora ovación porque ha antepuesto el fútbol a la plata, reemplazaron a Jairo y Caballero, respectivamente. La misión de ambos era insuflar nuevos bríos por las alas a dos bloques que iban acusando el desgaste. López Silva, tan versátil él, se marcó una diagonal de bandera que no acabó en gol por los pelos desde su nueva posición de enganche. No obstante, su formidable arrancada no cayó en saco roto: Abel colgó el córner provocado por el número 19 y Ruymán, descentrado, cabeceó hacia su portería. 2-0 a falta de 20 minutos.

El debut del lateral estaba condenado al fracaso. También se estrenó en el Racing otro recién llegado, el ex del CCF Óscar Pérez, que sacudió a Pepe Díaz en la primera intervención del carbulense. Se había retirado Patiño; más allá del gol, indispensable en cualquier ariete que se precie, el de San Sebastián de los Reyes se gana el sueldo en cada encuentro con un derroche que embauca.

El Córdoba no se resignaba a pegar voleones indiscriminados, en plan Barça, y el Racing contaba los segundos para irse a la ducha sin más arañazos. Entró Quique Rivero y quedaban los aplausos para otra promesa, más consagrada: Fede Vico. Todo a pedir de boca.

Los diez últimos minutos sobraron. Los titulares estaban cansados, los suplentes querían agradar y el tanteador era incontestable. A pesar del colchón, a pesar del desahogo con el balón (65-35 en el porcentaje de posesión), el conjunto de Berges no dejó de presionar y punzó hasta el final por si caía el tercero. Con una personalidad que lo hace único.

Ficha técnica:

2 - Córdoba CF: Alberto García, Fernández, Alberto Aguilar, Tena, Fuentes; Pedro (Fede, min. 83), López Garai, Abel Gómez, López Silva; Caballero (Dubarbier, min. 65); Patiño (Pepe Díaz, min. 77).

0 - Racing de Santander: Mario; Francis, Rochela, De la Hoz, Ruymán; Jairo (Luque, min. 65), Longás (Osca Pérez, min. 76), Héctor Yuste (Rivero, min. 82), Dorca, Assulin; Saizar.

Goles: 1-0, min. 15: López Silva; 2-0, min. 71: Ruyman, en propia puerta.

Árbitro: Juan Martínez Munuera (Colegio valenciano), que amonestó al cántabro Dorca.

Incidencias: Partido de la segunda jornada de Segunda División A, disputado en El Arcángel, con terreno de juego en irregulares condiciones, ante 8.537 espectadores.

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