Tiemblan por no llorar

El Tenerife, con una plantilla hecha para subir, sigue sin salir de la zona de descenso

Mikel Alonso trata de quitarle la pelota a Charles en un lance del encuentro de la primera vuelta.
Mikel Alonso trata de quitarle la pelota a Charles en un lance del encuentro de la primera vuelta.
Toni Cruz / Córdoba

19 de marzo 2011 - 05:02

Pasa mucho más de lo esperado. La historia de casos como el de este Tenerife tiene un guión prefijado: equipo grande, con purpurada historia reciente y una plantilla con aspiraciones de luchar por los puestos altos de la tabla que empieza fatal y termina como el rosario de la aurora.

Se ha escrito que el inicio fue fatal, pero ese adjetivo se queda corto. Bajo la batuta de Gonzalo Arconada el equipo blanquiazul únicamente cosechó derrotas. Era la cuarta jornada y a partir de ahí empezó a entrenarlo Mandiá, que tampoco es que revirtiera mucho la situación. Porque en la jornada décima consiguió la primera victoria y, en global y durante el resto del mandato del lucense (17 encuentros duró), apenas obtuvieron dos triunfos más. Llegó el baenense Tapia, quien sí parecía que había conseguido inculcarles un espíritu ganador. Tres victorias en cinco encuentros dejaron a los tinerfeños fuera de la zona de descenso por vez primera en toda la campaña, pero los tres últimos choques (Cartagena, Barcelona B y Numancia) los han saldado con sendas derrotas y han vuelto a meterse de lleno en la zona roja (tienen la salvación a 4 puntos).

Así acabará -suceda ya lo que suceda- el conjunto chicharrero esta temporada. Porque la permanencia es ya el único objetivo a su alcance a estas alturas. Un reto insignificante para el elenco de futbolistas y lo que mueve este club en las Islas Canarias.

SIN BALÓN

Únicamente sus vecinos de Las Palmas han encajado más goles (47 por 46 los chicharreros) en lo que va de competición. Este dato refleja que no ha funcionado nada bien su sistema defensivo. Y eso que piezas tiene de garantías. En la portería, Sergio Aragoneses -un ejemplo de superación personal tras haber vencido dos veces al cáncer- jugó todos los partidos el año pasado en Primera y no desentonó. El lateral diestro es un viejo y querido conocido del cordobesismo. Marc Bertrán, más allá de sus cualidades como pelotero, es un profesional íntegro que se deja la piel en cada lance. Por eso es el capitán y el alma de este equipo. En el otro costado, Beranger es también muy competitivo y conoce muy bien la categoría. Los dos centrales, tanto Pablo Sicilia como Ezequiel Luna, se conocen bien desde hace ya un par de temporadas. Todo esto hace incomprensible que el Tenerife sufra tanto en defensa. Pero sufre.

CON BALÓN

La semana pasada en Los Pajaritos, Tapia optó por colocar un claro 4-4-2 con Natalio y Nino al mismo nivel, pero por las mismas podría optar hoy por descolgar a alguno de sus dos puntas para darle mayor velocidad en un 4-2-3-1. Parece claro que el doble pivote, en cualquier caso, lo formarán Kitoko -cedido por el Granada en el mercado invernal y fijo para el técnico- y Ricardo. En el costado diestro podría actuar Julio Álvarez, que tiene un guante en su pierna, o el cordobés Juanlu Hens. Ambos poseen una técnica exquisita y son un peligro. Por la siniestra, el principal candidato es el pundonoroso jugador francoargentino Sebastian Dubarbier. Apenas lleva dos meses en el club, pero tiene un espíritu y una garra en la recuperación dignas de elogio y parece insustituible. Los dos hombres destinados al gol es muy probable que sean los mismos hoy que los del 2-1 ante el Numancia. Como a Nino le han quitado la amarilla podrá ser de la partida y le acompañará el ex cordobesista Natalio, discutido por su bajo rendimiento, pero fijo para Tapia. Y, si no, ahí está Igor.

LO MEJOR

Son un equipazo a pesar de todo.

LO PEOR

Estresados y desmoralizados.

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