"Siempre me ha hecho ilusión volver""Ha sido duro decidir, pero quiero ser entrenador"

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El CCF confirma a Jorge Luque como primer fichaje para el curso 09-10 · El medio cordobés admite que "tras 14 años fuera de casa, es una oportunidad muy bonita"Alessandro Pierini explica los motivos que le han llevado a retirarse · El italiano alaba a Lucas Alcaraz, quien le echó del Racing de Santander y del que ahora será segundo

Jorge Luque golpea el balón en su etapa en el Xerez.
Cisco López / Córdoba / Toni Cruz / Córdoba

08 de julio 2009 - 05:02

Ya es oficial. Jorge Luque, tal y como avanzó El Día, se convirtió ayer en el primer fichaje del Córdoba para la temporada 2009-10. El mediocentro cordobés, que estaba libre tras finalizar su contrato con el Xerez, se compromete con el club blanquiverde para las dos próximas temporadas, con una opción para prolongar el vínculo por más tiempo si el rendimiento es satisfactorio. El jugador es una petición expresa del técnico, Lucas Alcaraz, que ya lo incorporó a su proyecto en el club azulino en 2006, la última vez que el pivote estuvo en la órbita cordobesista. Ahora, sus caminos volverán a cruzarse en El Arcángel.

Luque, que apura los días en Jerez de la Frontera, será presentado el viernes (13:00), momento en el que cumplirá su viejo sueño: enfundarse la camiseta blanquiverde del Córdoba. "Tras 14 años fuera de casa, ésta es una oportunidad muy bonita. Sabemos los problemas que siempre ha habido con la cantera en el Córdoba, por lo que volver es ilusionante; puede ser un año muy bonito", sentenció el menudo futbolista salido del Séneca. Con 14 años se fue a la cantera del Sevilla, donde llegó hasta el filial, y ahí comenzó un largo paseo por la geografía española que lo ha llevado a defender las camisetas del Mérida, el Badalona, el Alicante y el Xerez. Ahora vestirá la que, sin lugar a dudas, más ilusión le hacía: la del Córdoba.

La llegada de Lucas Alcaraz ha jugado un papel importantísimo para que el fichaje fuera posible. El cordobés manejaba propuestas del Cartagena y el Celta, pero siempre ha tenido claro que "mi primera opción es el Córdoba; me quedo con esa oferta sin dudar". Y es que el técnico granadino confía ciegamente en sus posibilidades para llevar la manija del centro del campo, demarcación en la que hasta ahora sólo tenía cabida Santi Carpintero. "Lucas me conoce, me ha visto jugar en bastantes ocasiones y confía en mí. Desde el punto de partida es importante, pero ahora me toca demostrar por qué ha confiado en mí y demostrarlo en el terreno de juego", argumentó.

El mediocentro cordobés reconoce que "desde que uno sale fuera de casa, siempre desea volver lo antes posible; siempre me ha hecho mucha ilusión jugar en el Córdoba". Más si cabe porque en el vestuario cordobesista coincidirá a partir del día 20 con el jerezano José Vega, con el que "ya estuve en el Alicante y para mí es como un hermano; ya me ha puesto al tanto de todo lo que me voy a encontrar".

Y es que los movimientos serán muchos en una plantilla que ahora mismo cuenta con apenas once efectivos y que estará marcada por un nuevo patrón, alejado de los aires de grandeza y despilfarros económicos de años anteriores: "Se va a apostar por la ilusión y el trabajo, y eso es fundamental en esta categoría, porque es muy competitiva y, si no corres, lo puedes pasar mal".

La voz de Alessandro Pierini no sonaba alegre ayer. Desde su retiro estival de Viareggio, el ya ex futbolista del Córdoba, explicaba los motivos que le han llevado a decidir -"el lunes a última hora de la noche", según confesó- su retirada del deporte en activo y su paso al cuerpo técnico. Fue una decisión meditada, aunque la presión de la dirección deportiva le obligaron a comunicarla antes de lo que hubiera sido su deseo. El jugador pidió de plazo hasta hoy, pero ya el lunes tuvo que decidirse ante la insistencia de Zubillaga.

El italiano, tras debatir con su familia sobre el ofrecimiento planteado por el riojano, aceptó su vinculación de tres años como segundo entrenador. Así, une su suerte a la de Lucas Alcaraz, el técnico que en su momento le hizo llegar a El Arcángel por su falta de aprecio en Santander. "El fútbol da muchas vueltas", recordaba ayer con risa irónica el Tano, quien alabó a su nuevo jefe: "De Lucas puede aprender mucho".

El entrenador granadino gana, de paso, con Pierini, "a un hombre que conoce la ciudad, el club y a muchos de los compañeros. Cinco años jugando en un mismo equipo es mucho tiempo".

Han sido 20 temporadas vinculadas al caprichoso giro de la pelota desde que empezara en el Udinese, por lo que no le ha resultado nada sencillo al defensor dar el paso adelante, sobre todo porque "esperaba haber seguido un año más, porque creo que físicamente aún podía dar más".

Pero al final "he optado por ese cambio porque quiero que mi futuro sea entrenar y la oferta del Córdoba es muy buena para poder progresar". En los planes de Pierini entra "sacarse el título nacional de nivel tres" ahora que podrá disponer de más tiempo libre. El toscano -que regresará a España para incorporarse a la pretemporada- aún no ha hablado con Alcaraz, con el que a partir del día 20 trabajará codo con codo.

Lo más curioso de esta nueva situación será dar órdenes desde otro lugar a algunos de los que fueron sus compañeros sobre el verde durante esta temporada recién acabada: "Sí, eso será más extraño, pero también en parte es lo que más me gusta".

El último partido del central fue el 6 de junio pasado. Fue el día en el que su equipo consiguió la permanencia un año más en la categoría de plata al superar por un contundente 4-1 a Las Palmas. Después de aquello, y debido a la larga temporada, Juan Luna Eslava prefirió darle descanso en los dos últimos compromisos ligueros. Ni uno ni otro pensaron en su posible despedida, porque ambos veían claramente factible su continuidad en el equipo.

Pero cambió el panorama y Pierini se quedó sin decirle adiós a su afición. Por eso ahora muchos reclaman que se le regale esa oportunidad por todo lo que representó para su club, un equipo al que llegó para evitar la caída a Segunda B en enero de 2005 y del que se va como un ídolo. Él no se pronuncia abiertamente: "Aún no he pensado en eso, pero sería bonito".

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