Sarmiento, Babin, Quini...

Llegó sin hacer ruido. Incluso tuvo que superar un periodo de prueba para ganarse un sitio en la plantilla del Lucena. Un par de meses después, Quini es titular y se ha ganado ya un hueco en la historia del club lucentino. Su tanto al Cádiz, el 3-0 que cerró la goleada, es el número 200 del equipo celeste en Segunda División B. El primero lo firmó Antonio Manuel Sarmiento, en el 1-1 de la primera jornada de la campaña 2007-08 en el Municipal de San Pablo de Écija; el 100 se lo apuntó el francés Jean Sylvain Babin, hoy en el Alcorcón, en el 2-2 cedido ante el Caravaca en la Ciudad Deportiva en el curso 09-10.

El Lucena siempre ha cimentado sus éxitos -el mayor, el sexto puesto logrado hace dos campañas que tuvo como recompensa el billete para la Copa del Rey- en su fortaleza como local. Ya sea en el Municipal, la Ciudad Deportiva o el Ciudad de Lucena, los celestes siempre han sido un equipo temible. Lo demuestra el hecho de que 130 de sus 200 tantos de bronce los ha celebrado delante de su afición.

Una hinchada que no olvidará el poker trick de Pineda la temporada pasada ante el Alcalá. Como tampoco las alegrías que le dieron David Cabello, pichichi celeste en Segunda B con 37 dianas en tres ejercicios y hoy integrante del plantel del Sporting Villanueva, Fernando Velasco (14), Sergio Ortiz (10) o Abraham (8). De todos ellos, sólo el primero sigue en Lucena; los demás son historia. Pasado.

El presente del club se está escribiendo con letras de oro. Y el futuro es más que alentador. Sobre todo por la ilusión que transmiten jóvenes como Quini u Hugo Díaz, los dos mejores exponentes de que no hay que irse muy lejos para buscar buenos jugadores. Ambos son cordobeses y están disfrutando de su primera oportunidad en la categoría de bronce. Y tienen tanto margen de mejora como el Lucena.