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Rafa Muñoz volará mañana rumbo a Marsella para conocer las instalaciones del Cercle de Nageurs Marseille y negociar su marcha al club francés, donde continuaría su preparación después de dos años en la Residencia Blume de Barcelona.
En principio, el nadador cordobés tendrá que negociar las condiciones del fichaje, tanto en las condiciones económicas como deportivas. Muñoz espera que el club galo se haga cargo de los gastos de manutención y que le sufrague la beca que hasta la pasada temporada estuvo recibiendo por parte de la RFEN. En caso de cerrar el acuerdo, y según la reglamentación vigente, el mariposista podría tener doble licencia, ya que además de competir con los colores blanco y oro del CN Marsella podría mantener su ficha con el Navial en las competiciones españolas.
El nadador del Parque Cruz Conde ha recibido buenos informes de la mallorquina Tatiana Rouba, que desde un tiempo se entrena en el club marsellés con buenos resultados.
"Se me abren nuevas expectativas", reconoce Muñoz, "porque allí tienen un buen equipo de velocistas y estaría encantado de entrenarme con ellos". Algunas de las estrellas de la natación gala como Frederick Bousquet -ex plusmarquista mundial de los 50 libres en piscina corta- o el gigante Alain Bernard -campeón olímpico en los 100 libres en Pekín- serían algunos de sus compañeros de entrenamiento a las órdenes de Romain Barnier, una de las leyendas de la natación gala. "Sólo con estar con ellos ya me conformo", reconoce Muñoz, que en Marsella ve "una vía de crecimiento" en su carrera.
El cordobés quiere progresar "igual que los demás, y a lo mejor en España iría más lento". Su reciente experiencia olímpica, donde quedó fuera de las semifinales, ha hecho que el nadador cordobés -con apenas 20 años- se replantee su futuro a corto y medio plazo y busque nuevas vías de desarrollo, "porque quiero tener las mismas facilidades que mis rivales en cuestión de médicos, entrenamiento o gimnasio, y aquí en España será más complicado". "El ejemplo es Phelps", incide Muñoz, "porque uno se pregunta cómo puede ganar ocho medallas nadando todos los días en pruebas diferentes. Yo lo he tocado y es un ser humano, no es una máquina", dice el cordobés, que necesita nuevos desafíos para continuar una progresión que corre el riesgo de estancarse.
En todo caso, Muñoz quiere tener cuanto antes cerrado su futuro, ya que tras la participación en Pekín se tomó un periodo de descanso que acabó el pasado lunes, cuando comenzó sus entrenamientos en Vista Alegre. "Es cierto que esto me está provocando un poco de incertidumbre", reconoce, algo que está afectando a su preparación y a su vida diaria, "porque hace un par de semanas que no duermo y que tampoco puedo comer, porque sé que de esta decisión dependerá mi futuro en los próximos años".
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