Quemado en el infierno

El sueño del ascenso murió en el infierno de Manises. El mismo lugar en el que hace un año comenzó el caminar del Lucena una quimera llamada Segunda División, ayer se enterró bajo un ambiente caldeado a más no poder. El mismo recibimiento, hostil, ya hacía presagiar que mantener el 1-0 de la ida no iba a ser nada fácil. Más si cabe si el equipo celeste pierde la seguridad defensiva que lo ha llevado a firmar la segunda mejor campaña de su historia merced a una segunda parte del curso que no puede quedar empañada por esta derrota. Porque caer ante un equipo con mayor presupuesto y construido con el único objetivo de dar el salto de categoría entraba dentro de la lógica.

Pero el Huracán tuvo que sudar más tinta de la que pueda parecer echando un simple vistazo al resultado. Más o menos lo que sufrió la Ponferradina hace un año. Con todo, el cuadro valenciano fue superior los 90 minutos ante un rival impotente para desplegar su juego, sobre todo en la segunda mitad, y que no dio sensación en ningún instante de poder remontar el marcador cuando se le puso cuesta arriba mediado el primer periodo.

El partido arrancó con un Huracán muy metido, gracias al empuje de su público. Pero el Lucena no se arrugaba y estiraba sus líneas en busca de dar un susto. Aún así, Omar dispuso de la primera ocasión tras un robo de balón de Pablo Morgado continuado por una acción a la contra que la defensa lucentina neutralizó.

A medida que iban transcurriendo los minutos, el Lucena se iba sintiendo cada vez más cómodo. El conjunto celeste se hizo dueño del medio campo e impuso el ritmo del partido frente a los de Nico Estevez, que no lograban crear ninguna acción de ataque de forma continuada ni, por supuesto, ninguna clara opción de peligro sobre el marco defendido por Limones. Los locales, ante la imposibilidad de entrar por las bandas, optaron como segunda opción por los balones colgados, buscando la estatura de Fabiani.

Pero el Huracán igualó la eliminatoria a los 17 minutos tras un desacierto de la zaga visitante. Llegaron entonces los peores instantes del Lucena, que comenzaron a descuidar las labores defensivas. Para colmo de males, el segundo no tardó en llegar. Era lo peor que le podía pasar al equipo de Falete, que se veía por debajo en la eliminatoria a las primeras de cambio.

Pero tras el segundo gol local, los de Falete parecieron despertar y comenzaron a aproximarse con cierto peligro al área defendida por Paco. Fede dispuso de la ocasión más clara en un córner que encontró la respuesta del meta local. Seis minutos después, de nuevo Fede, con un lanzamiento de pierna derecha pudo lograr la igualada, pero Paco apareció de nuevo.

El dominio del Lucena era evidente sobre el terreno de juego, pero no podían con el muro que el meta puso en su marco. El cuadro lucentino merecía mejor fortuna, pero llegó al descanso con el resultado desfavorable en contra y, eso sí, la esperanza de que un gol le valía para seguir vivo.

Tras el descanso, los visitantes salieron con fuerza y concentrados, como en los últimos minutos de la primera mitad, dispuestos a inclinar de nuevo la eliminatoria de su lado. Las jugadas cercanas al área manisense se sucedían una y otra vez, pero sin ser lo suficientemente definitorias como para crear peligro. El juego de ataque del Lucena se disipaba y el partido se convertía en una lucha en medio campo por el balón, sin generarse claras ocasiones para ninguno de los dos conjuntos.

La entrada en el campo de Álex Quillo y Javilillo, dejando sólo a Fede en la punta de ataque, era otro cartucho que ponía en funcionamiento Falete para intentar que el equipo se reforzara en la medular y creara más oportunidades de gol. Sin embargo, cuando parecía que el equipo mejoraba con las permutas, los de Estévez lograron el tercer tanto en una de sus escasas aproximaciones de la segunda mitad. La serie se ponía muy cuesta arriba.

Con el 3-0, el juego se volvió brusco. Todos los nervios acumulados desde los instantes previos salieron a la luz para poner punto y final a una serie muy trabada. Una jugada embarullada, en la banda, entre Juanjo y Javi Salero y que acabó con ambos expulsados fue el origen de todo el lío. Posteriormente, Capdevila recibía la segunda amarilla por lo que, en los últimos instantes de encuentro, los lucentinos jugaron con un hombre más sobre el terreno de juego. Algo que ya no les valió para nada, ya que fueron minutos igual de tensos y polémicos, con Gavilán también en la ducha anticipadamente. Fue un triste final para una eliminatoria que debe ser el germen del crecimiento futuro.

Árbitro: Pinto Herrera (tinerfeño). Expulsó al encargado de material del Lucena, Sebastián Moyano (90') "por levantarse del banquillo, salir del área técnica y discutir con un jugador adversario".

Tarjetas: Amarillas Carlos Martínez (19'), Fabiani (34'), Paco (39') y Fede (82'). Rojas Javi Salero (90'), Juanjo (90'), Capdevila (71' y 90') y Gavilán (92').

Goles 1-0 (17') Fabiani. Saque de esquina que despeja la zaga, el balón vuelve hacia el área y Fabiani, en posible fuera de juego, supera a Limones con una vaselina. 2-0 (22') Pomares. Despeje corto de Limones que aprovecha Pomares para engatillar desde la frontal del área y superar al meta con un potente disparo. 3-0 (79') Carreño. Contra de libro llevada por Javi Rubio por la banda derecha que ve la llegada de Carreño para que el sevillano, a un toque y a la carrera, fusile a Limones.

Incidencias: Partido correspondiente a la vuelta de la primera eliminatoria del 'play off' de ascenso a Segunda División disputado en el estadio Vicente Martínez Alcalá de Manises ante unos 2.300 espectadores, con algo más de medio centenar llegados desde tierras lucentinas. Abundante presencia policial en las gradas debido a los incidentes previos acaecidos con el autobús lucentino, lo que hizo que el encuentro comenzara con 15 minutos de retraso.