Prosa y verso, mezcla ideal

Lo importante es ganar, ya sea con el 4-4-2 o el 4-2-3-1. El Córdoba, apelando a las dos vías del fútbol (la estrategia mecanizada y el genio individual), derrotó al Girona con dos goles en la segunda parte: de Asen, a balón parado, y de Javi Flores, en acción personal.

DEFENSA

El entramado defensivo del Córdoba se enfrentaba a la movilidad de Arnal y Gabri. Y solventó el trabajo del primer acto con comodidad. El doble pivote integrado por Matamala y Dorca expuso su calidad en el primer cuarto de hora, pero se fue desinflando. Antes dejaron un ejemplo de su despliegue en una jugada en la que el primero pisó el área y el segundo cazó el rebote y disparó desde la frontal. Un medio con gol es un medio al cuadrado. Que se lo digan al propio Dorca, que en el minuto 52 volvió a probar fortuna desde fuera del área con un zapatazo que se estrelló en el travesaño. Ito lo intentó en el otro bando, emulando su incorporación en el 1-0 al Sevilla Atlético.

El Córdoba defendió con todos en las acciones a balón parado. Sin embargo, Serra y Arnal cabecearon consecutivamente en una ocasión para reflexionar. Por lo demás, el cuadro catalán apenas creó peligro, ni siquiera cuando Chechu y Raúl Martín buscaron las cosquillas a Ceballos y Rubén al cambiarse de banda. El zurdo dejó su sello en un cruce en pugna con Arnal, presto para quedarse solo.

Pablo Ruiz evitó el 0-1 en el inicio del segundo tiempo al aguantar y rebañar el cuero a Arnal, que había recibido de Gabri y estaba listo para fusilar a Navas. El central volvió a resultar clave en un codo con codo con Gabri, en el 65'. Por entonces, el Girona ya iba perdiendo y Agné había modificado el modelo: Jito, un ariete puro, por Arnal.

El Córdoba pasó sus peores momentos tras marcar, abusando de las faltas. Sin embargo, llegó el 2-0 y el Girona, sin bajar los brazos, aceptó la cruda realidad. Más aún cuando se quedó con diez y Gaspar reforzó el doble pivote -una alternativa- en los compases finales.

ATAQUE

Rafa Ponzo no intervino en la primera mitad. El Córdoba no estuvo suelto, como ya había previsto José González, aunque llevó la iniciativa. La pretensión de hacer llegar balones a los interiores -Ceballos trataba de ayudar en ataque, pero Rubén muy poco- no fue muy allá, salvo en un par de aperturas de Ito hacia Cristian Álvarez y en un centro de Arteaga que Gastón Casas cabeceó al lateral de la red. El desmarque del argentino, al primer palo, fue la excepción en unos movimientos demasiado previsibles.

Asen ofreció su particular dinamismo como falso mediapunta, tratando de amortiguar envíos en largo y conectar con sus compañeros. Así, espesos, los blanquiverdes centraron sus esfuerzos en provocar faltas o córners y rentabilizar los errores en la entrega de los rivales, que permitían montar transiciones rápidas. Asimismo, el Córdoba inquietó con una herramienta tan rudimentaria como los saques de banda de Cristian Álvarez, bien por sorpresa hacia Gastón Casas, bien en busca de Pierini, convertido en referente aéreo.

La pizarra funcionó, por fin, con una asistencia de Cristian y un remate de Asen. Con ventaja, ya en el ecuador del segundo periodo, José recurrió al 4-2-3-1 patente con Javi Flores, relevo de Gastón Casas. Tocaba tener más consistencia y matar el partido con el segundo. Y la apuesta salió a la perfección, porque el Córdoba empezó a combinar y Flores dibujó una pequeña obra de arte para poner El Arcángel a sus pies. El de Fátima rozó el tercero con un derechazo lejano.

El tramo final sirvió para dar minutos a Guzmán -Cristian terminó en la izquierda-. El pacense provocó la roja a Serra en una contra.

VIRTUDES

La pizarra cuajó: golazo de Asen. Queda reiterado que el 4-2-3-1 es un esquema productivo, sobre todo con el viento a favor. Otra jornada con la puerta a cero.

TALÓN DE AQUILES

A raíz del 1-0, el Girona apretó y puso el triunfo en entredicho.