Pierini lo tuvo y lo tiene en la cabeza

El italiano, autor del primer gol en el partido clave de la fase de ascenso de 2007, recita de memoria el once con el que el Córdoba ganó al Huesca aquel 17 de junio

Raúl Díaz /Córdoba

29 de octubre 2009 - 07:10

“Valle, Dani, Aurelio, yo, Diego Reyes, Esteban, Navarro, Guzmán, Arteaga, Asen y Pineda”. Alessandro Pierini tiene mucho fútbol en la cabeza, la misma con la que el 17 de junio de 2007 puso al Córdoba en la senda del ascenso a Segunda División al inaugurar al marcador ante el Huesca en el partido de ida de la segunda y definitiva eliminatoria del play off. Por eso no duda a la hora de recitar aquella alineación, que en la segunda parte se vio aliñada con Endika, Villa y Antonio. Todavía quedaba el encuentro de vuelta en El Alcoraz, pero se puede decir que el CCF subió aquella tarde.

Un recibimiento espectacular al llegar a El Arcángel, 17.000 personas en un estadio abarrotado y con gradas supletorias... “Tengo un recuerdo muy bonito. El equipo había pasado del miedo ante la primera eliminatoria contra el Pontevedra al entusiasmo, casi a ver conseguido el ascenso antes de jugar el partido. Dentro de la ciudad y del vestuario se respiraba como si ya hubiéramos ascendido”, recuerda el italiano, que abrió la cuenta en el primer minuto con un soberbio testarazo a la salida de un saque de esquina botado por Arteaga. “El equipo entró muy convencido. La jugada del córner ya fue una jugada de peligro. Nos pusimos 1-0 y el equipo se soltó un poquito. No hubo muchas ocasiones, pero el equipo controló casi siempre el juego. Después, el golazo de Guzmán lo sentenció todo”, matiza.

Al Tano le brillan los ojos por la nostalgia: entonces era central, el gran capitán, y ahora es el segundo entrenador. En estos años ha sido testigo de excepción de la evolución de un equipo que “ha cambiado mucho. Era un equipo bastante veterano, con mucha gente con años, y muchos se han ido. El club y el equipo han evolucionado para bien, se han asentado en la categoría aunque sea con algunos apuros. Ahora tenemos otro tipo de equipo, más joven, con gente que todavía no tiene mucha experiencia en Segunda, pero que tiene mucha hambre, muchas ganas de hacer cosas”.

El Córdoba logró abandonar el pozo de Segunda B con Rafael Campanero en la presidencia, Emilio Vega como director deportivo y Pepe Escalante en el banquillo. Ahora, casi dos años y medio después, los rostros del proyecto son otros: José Miguel Salinas, Javier Zubillaga y Lucas Alcaraz, respectivamente. No obstante, el de Viareggio puntualiza que “la gestión que hizo Campanero, y todos los que trabajaron con él, ha dado sus frutos. Ahora empieza una etapa nueva, aunque es un seguimiento de lo que empezó Campanero. Dentro de un club, la continuidad es fundamental para dar tranquilidad y para conseguir un objetivo a medio plazo”.

El equipo se salvó en la última jornada de la Liga 07-08 y el año pasado obtuvo la permanencia con dos fechas de margen. Ahora marcha en la zona media merced a su gran rendimiento en casa; el lunar está en los desplazamientos. Sin embargo, Alessandro cree que “el último partido fuera ha sido el mejor, aunque hayamos perdido. Jugamos contra un muy buen equipo, pero el equipo no dio la sensación de ser inferior, como ocurrió en Cádiz, en Murcia, y sobre todo en Sevilla y en Elche. Contra la Real Sociedad el equipo tuvo sus ocasiones, aunque ellos crearon muchas.

En este aspecto, estamos mejorando. Está claro que lo que cuenta son los puntos, y ojalá el sábado podamos llevárnoslos, para afrontar el siguiente partido fuera con más tranquilidad”. A su juicio, el Huesca “le está costando ganar, pero en los partidos que le he visto ha merecido ganar. Es un equipo que está jugando muy bien al fútbol, con un fútbol de toque, haciendo ocasiones. Hasta ahora no ha tenido suerte de cara al gol. Está claro que si los resultados no vienen entran los nervios. Tendremos que estar tranquilos, sabiendo que es un equipo que toca más que nosotros, pero nosotros tenemos nuestras armas para crear peligro”.

Entre esas armas ya no están sus cabezazos, como aquel sublime remate en un partido mítico. Ya se ha hecho a la idea, aunque “si te gusta el fútbol, el gusanillo siempre lo tienes. Pero ya tengo en la cabeza que no soy futbolista, intento verlo de otra forma. Está claro que a la gente que le gusta el fútbol le das un balón en el pie y lo primero que hace es darle una patada, pero estoy contento con lo que estoy haciendo. Esto me llena”.

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