Pepe, hundido, se refugia en su casa El temerario Casquero fracasó a lo Panenka
Fútbol l Liga BBVA
El defensa no acude al entrenamiento voluntario y acepta las reprimendas
Pepe, central portugués del Real Madrid, está hundido anímicamente por la imagen que ofreció al agredir a dos jugadores del Getafe tras cometer un penalti, y se refugió en su domicilio, rodeado de su familia, sin acudir al entrenamiento voluntario en la ciudad deportiva de Valdebebas.
Pepe está avergonzado de la imagen que ofreció en el estadio Santiago Bernabéu, como reconoció a Efe en una conversación telefónica. Apenas ha podido dormir unos minutos, desolado por la brutal agresión que realizó sobre Casquero y el posterior golpe que asestó al uruguayo Albín.
El defensa madridista prefirió refugiarse ayer en su familia y será hoy cuando regrese a los entrenamientos junto a todos sus compañeros. En las próximas horas Pepe intentará ponerse en contacto con Casquero y Albín, para transmitirles su arrepentimiento y pedirles disculpas. E incluso está meditando la posibilidad de verlos en persona. El Real Madrid va a sancionar económicamente a Pepe, por la mala imagen que ofreció, y el jugador está dispuesto a asumir la cuantía económica que le imponga su club.
No es la primera vez que Pepe pierde los nervios en un partido de fútbol, aunque nunca de esta forma y con esta repercusión. Lo que le ocurrió es algo que no se recuerda en la Casa Blanca desde que un mito como Juan Gómez Juanito pisó la cabeza de Lothar Matthaeus en un partido de la Copa de Europa ante el Bayern en Munich. Como el mítico 7 blanco, Pepe confesó que durante unos segundos, del penalti no señalado sobre Higuaín a su acción, tuvo la sensación de sufrir un momento de enajenación, a lo que sumó la frustración de cometer un penalti a dos minutos del final que podía haber costado las opciones al título del Madrid.
Posteriormente, una vez calmado tras su paso por la ducha, comunicó su arrepentimiento a los colegiados y pidió perdón a todo el mundo a través de la prensa. El defensa portugués de nacimiento brasileño pidió, entre lágrimas, perdón públicamente a Casquero y admitió que será castigado, aunque dijo que confiaba en que no es un futbolista violento. "Nunca en mi vida me ha pasado algo igual. Fuera del campo soy alegre y voy bien por la vida. Procuro ver las cosas malas de otra manera. No sé que me ha pasado. He tenido una actitud que para mí no tiene explicación", añadió.
Casquero, por su parte, aceptó las disculpas, aunque espera que el defensa reciba su castigo. "Estar tirado en el suelo cuando te han hecho un penalti y que te pisoteen no tiene nombre. Acepto las disculpas, pero nada va a cambiar su acto de cara a los que tengan que tomar cartas en el asunto. Es un gran futbolista, pero está vistiendo la camiseta del Real Madrid, no la de un barrio".
A pesar de las críticas por su osadía y por su grave error, el jugador del Getafe Casquero no sólo no se arrepiente de haber lanzado -y fallado- un penal "a lo Panenka" en el partido ante el Madrid, sino que lo volvería a patear de la misma manera.
"No me arrepiento", dijo ayer ante el clamor de los aficionados de su equipo y del Barcelona, rival del Madrid por la Liga, y las críticas de su propio entrenador y hasta de los oponentes.
"No tengo que pedir perdón en absoluto. Lo tiré así porque estaba convencido de que era lo mejor. Lo único que sucedió es que golpeé mal", se justificó.
"Qué absurdo". Éste es el comentario más utilizado para calificar la acción de Casquero, un jugador que perdió la oportunidad de ser un héroe para convertirse en villano.
La escena está dando la vuelta al mundo. Quedaban cuatro minutos para el final del partido y el marcador reflejaba un empate a dos tantos. Pepe derribó a Casquero en el área y el árbitro pitó penalti. Era una oportunidad de oro para que el Getafe se llevara un triunfo que le alejaba de los puestos de descenso.
Momento de máxima tensión. Casquero se va a por el balón, va a lanzar y elige el "estilo Panenka". Apenas golpea el balón, que sale suave hacia el centro de la portería. Casillas, que iniciaba el vuelo hacia un lado, rectificó su apuesta inicial y lo agarró tranquilamente.
Casquero se llevaba las manos a la cabeza, pero el castigo aún no había terminado. Casi inmediatamente, el Madrid montó un contraataque y el argentino Higuaín marcó el gol que volteaba un partido con un final de infarto. Casquero acababa de vivir el peor momento de su carrera deportiva.
No se recuerda una acción similar en la Liga española en un lance tan trascendente como el protagonizado por Casquero. "Sólo él sabe lo que se le pasó por la cabeza, nadie lo entiende", dijo Víctor Muñoz al término del partido. "Tirar un penalti así es una falta de respeto", opinó Juande Ramos. Y a pesar de todo, Casquero sigue firme en su temeraria decisión.
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