Pepe no se rinde

El punta de Almodóvar no ha jugado ninguno de los cinco últimos partidos y ni siquiera viajó a Riazor

R. D. / Córdoba

30 de marzo 2012 - 05:02

Pepe Díaz atraviesa sus horas más bajas en el Córdoba. Se traslada en el tiempo a la temporada 08-09, la de su anhelado fichaje por el equipo de su tierra, cuando José González apenas le dio bola y Juan Luna Eslava tardó en ponerle como titularidad en perjuicio de Natalio, el reclamo invernal de aquella campaña. El de Almodóvar, elevado a los altares con sus 15 goles en la Liga 09-10, que le valieron la renovación hasta 2013, se ha convertido en el cuarto delantero a las órdenes de Paco Jémez: no ha participado en ninguno de los cinco últimos partidos, y ni siquiera entró en la convocatoria para viajar a La Coruña la semana pasada. Pero él, bravo por naturaleza, no se rinde.

No lo hizo en el citado ejercicio 08-09, y tuvo premio: su irrupción en el once en la jornada 38, tras el punto de inflexión por el 5-0 en Vallecas, coincidió con una racha de tres victorias consecutivas que certificó la salvación. En el partido definitivo, un 4-1 a Las Palmas, estrenó su cuenta, a la que le faltaba la guinda: anotó el 2-1 definitivo, con su hoy compañero Alberto García como portero del Murcia, en el último partido de su paisano Rafael Campanero como presidente blanquiverde.

Aquel broche simbólico le sirvió como catapulta: con Lucas Alcaraz como valedor, firmó 15 tantos en la Liga 09-10 y otro en la Copa del Rey. En el curso siguiente se le mojó la pólvora, aunque maquilló sus números en la recta final del campeonato para terminar con seis dianas, las mismas que Oriol Riera.

El concurso de acreedores hizo mella en un futbolista que, amenazado por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), no fue reclutado para la concentración de pretemporada en La Manga y se vio obligado a rebajar sustancialmente sus emolumentos para quedarse -lo mismo ocurrió con Gaspar-. A sus 31 años, y a pesar de manejar varias ofertas, no quería moverse de casa. El déficit físico no le impidió abrir la Liga como titular, aunque una lesión muscular en el estreno ante el Almería le hizo perder el puesto en beneficio de Patiño.

Semanas después, a mediados de noviembre, le tocó asumir el mayor palo de su vida: su padre falleció. Para él fueron su único gol en esta Liga, el 3-1 en Guadalajara, y otro más en la Copa, el 1-0 al Betis. Charles, Airam Cabrera y Patiño están por delante en las quinielas de Paco, que con el 4-1-4-1 sólo tiene sitio para un referente ofensivo, pero esto es muy largo. Mientras, como siempre, Pepe se deja la vida en cada entrenamiento.

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