Obiora y la "esclavitud" sufrida en los Cárpatos
El nigeriano acusó al Cluj hasta de falsificar su firma
La llegada de Nwankwo Emeka Obiora a España es como un grito de libertad para un futbolista que, según se desprende de sus palabras, viene de vivir una mala aventura en Rumanía. El nigeriano recala en El Arcángel tras rescindir su contrato con el Cluj Napoca, un club al que en su despedida acusó de no haber "abolido aún la esclavitud", en clara referencia al trato recibido, e incluso de haber falsificado su firma para beneficiarse de un contrato más liviano en el aspecto económico.
Después de una breve etapa en España, donde no llegó a fructificar su fichaje por el Murcia en el verano de 2009, Obiora pasó por tres equipos en Italia hasta que en febrero de 2013 llegó a préstamo al Cluj desde el Parma con el permiso del Inter, que mantenía sus derechos, junto al transalpino Gabionetta. El tramo final de esa temporada resultó satisfactorio para el africano, que llegó a actuar en 12 partidos.
Sus actuaciones convencieron a la entidad rumana, que se decidió a abortar su contratación. El internacional nigeriano se mostró como un mediocampista con notable juego aéreo y buen desplazamiento de balón, además de una importante contundencia física. Parecía que era lo que buscaba el Cluj para tratar de volver a pelear por el título liguero.
Pero luego ya nada fue lo mismo. Ni en el aspecto deportivo ni en el personal. En el primero porque unas interminables molestias en los isquiotibiales le dejaron sin participar en el inicio del presente ejercicio, donde su última aparición se produjo el 8 de noviembre en un duelo ante el Dinamo. Si bien en lo personal todo fue a peor hasta terminar como el rosario de la aurora.
Obiora se marchó de Rumanía con escándalo. En declaraciones al portal deportivo www.stiridesport.ro, el nuevo futbolista blanquiverde se despachó a gusto en contra de los dirigentes de la entidad. "Todos tienen que saber que en el Cluj la esclavitud no fue abolida todavía. La verdad es que me han falsificado la firma y la han puesto en otro contrato, distinto al que yo firmé. Esto es un delito para cualquier institución que vela por el cumplimiento de la ley, pero no puedes hacer nada porque no soy el único jugador a quien le pasó algo así en este club", apuntó el africano, que durante su etapa en Rumanía percibió un salario cercano a los 7.000 euros mensuales.
Obiora continuó atacando a la directiva del Cluj Napoca, si bien al final no tomó acciones legales para no perjudicar al resto del grupo. "No quiero crearles problemas sólo por los jugadores que están en ese lugar. Si los demandara, los jugadores iban a sufrir muchísimo. Estamos hablando de un delito y esto se castiga muy duro", sentenció un futbolista que insistió antes de su salida en las malas artes del club.
El internacional de las Águilas Verdes denunció que le ofrecieron rebajarse el salario y, ante su negativa y siempre según su versión, los mandatarios le falsificaron la firma para beneficiarse de una rebaja económica. Una pesadilla que Obi, como desea que se le conozca en su etapa cordobesista, espera olvidar en los próximos meses a orillas del Guadalquivir.
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