Del Málaga al Zaragoza, el credo de El Arcángel

José Vega saluda a Gastón Casas.
José Vega saluda a Gastón Casas.
R. D. / Córdoba

19 de enero 2009 - 05:02

El Arcángel vibró el sábado con uno de esos duelos que, con el paso de los años, resisten en la retina colectiva. El Córdoba se reconcilió con su hinchada a costa del Zaragoza, en un encuentro que evocó el triunfo de la campaña anterior ante el Málaga. Ambos partidazos encierran muchas similitudes... y muchas diferencias.

Jornada 24 de Segunda División en el campeonato 07-08, entonces Liga BBVA. El Málaga se presentó en El Arenal como colíder, emparejado con el Numancia. En un choque televisado por Canal 2 -ahora Canal Sur 2-, el cuadro dirigido por Paco Jémez -hoy golfista- se hizo acreedor a ponerse por delante. Pero el conjunto de Muñiz -actualmente en Primera con el Racing- silenció el ambiente en su primer acercamiento, ya al filo del descanso: gol de Cheli. Sí, Cheli, uno de los objetivos de Zubillaga. Afortunadamente, Arthuro, relevo en el minuto 33 del lesionado Arteaga, empató todavía en el primer acto. Desafortunadamente, Ito se fue a la calle en el minuto 51 por dar un manotazo a Apoño. En medio de la tortura que suponía contener a un poderoso rival con diez, Pablo Ruiz saltó más y mejor que nadie en un córner botado por Cristian Álvarez y anotó el 2-1. Las gradas de El Arcángel se tiñeron de emoción.

El orgullo blanquiverde resurgió el pasado sábado, 17 de enero de 2009. 10.400 fieles se dieron cita en el estadio con la extraña sensación de que algo maravilloso podía pasar. Y volvió a ocurrir. Delirio. Proeza de las que hacen afición. Fútbol en estado puro frente al mejor equipo de la categoría.

El Zaragoza conectó el Ebro con el Guadalquivir con su vitola y sus números de favorito: 33 puntos, tantos como el Xerez, equivalían a comandar la tabla. Con respecto a aquel cruce con el Málaga, en el once cordobesista sólo permanecían Pierini, Cristian Álvarez y el doble pivote, formado por Ito y Katxorro. El de Almendralejo, expulsado aquel 9 de febrero de 2008, asumió esta vez un rol ejemplar, pleno de garra y saber estar. Arteaga ha pasado de lesionarse a reemplazar a un compañero damnificado, Guzmán; ahora es suplente de José Vega, el autor del tanto de la victoria. La victoria que arrincona a los incrédulos.

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