Lavezzi, el refuerzo oculto de Sabella

El seleccionador argentino situará al jugador del PSG junto a Messi para cubrir la baja de Agüero Los albicelestes no eliminan a un rival europeo desde el Mundial de Francia 1998

C. Caminos (Dpa) Belo Horizonte

30 de junio 2014 - 05:02

Ezequiel Pocho Lavezzi se ganó un lugar junto a Messi en el ataque argentino ante Suiza en octavos de final, un desafío clave para poner fin a una larga racha de 16 años sin vencer a un equipo europeo en las instancias decisivas de una Copa del Mundo.

La última vez que Argentina sorteó a un rival europeo en la fase eliminatoria de un Mundial fue en Francia 1998, cuando venció en octavos por penaltis a Inglaterra para luego caer en cuartos ante Holanda (2-1). Y la última vez que lo derrotó en tiempo reglamentario, en el partido en sí, data de la era Maradona, 28 años atrás: el 3-2 de la final sobre Alemania en México 86.

Los últimos Mundiales fueron de sinsabores para los argentinos, eliminados en primera ronda en Corea del Sur y Japón 2002 y en cuartos de final de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, en ambas ocasiones por la selección germana. Con ese desafío a las puertas, Argentina quiere cambiar su suerte. La lesión muscular que sufrió Agüero dejó en suspenso a los cuatro fantásticos y el técnico Alejandro Sabella apostaría mañana en Sao Paulo por un delantero muy particular. No llega al nivel de superhéroe pero tiene un arranque eléctrico, un humor a prueba de todo y una capacidad para retroceder y cubrir espacios que podría ser vital a la hora de reforzar el desequilibrado mediocampo argentino.

"Lavezzi es un delantero extremo que te puede defender y ser un atacante punzante, pues es desequilibrante", señaló el número dos de Sabella, Claudio Gugnali. El campeón francés con el PSG no es un típico 9, tampoco un mediapunta que se queda arriba para esperar el pase. No, Lavezzi lo va a buscar. "Nos puede ayudar en el medio campo, se puede cambiar de sistema muy fácil con el Pocho para pasar de un 4-3-3 a un 4-4-2. También tiene gol, nos pueden aportar cosas diferentes", indicó también Maxi Rodríguez.

Cada vez son más las voces que advierten de la necesidad de reforzar la medular. El ex técnico argentino César Luis Menotti consideró en una columna difundida por Dpa que la salida de Agüero puede favorecer a Argentina "porque le va a dar otra posibilidad al equipo de ser más ancho". "Yo veo que hay muchos espacios en el medio, Nigeria nos hizo dos goles, cualquier equipo yerra goles ante nosotros o nos hace goles. Y en eso Suiza es peligroso", alertó Menotti. El lateral Zabaleta recalcó también estos días que el centro del campo "es clave". "Para tener más equilibrio sí que nos beneficiaría tener un jugador más en el medio del campo", añadió uno de los referentes del Manchester City.

Sabella los escucha, pero busca una solución que no resigne potencia goleadora, la identidad albiceleste. Y el Pocho podría ser la respuesta ante una Suiza con Shaqiri. Lavezzi entró como suplente en lugar de Agüero primero ante Irán y luego frente a Nigeria. Conformó a todos, más allá de su inesperada broma a Sabella, cuando arrojó agua con su botella en la cara al técnico. La figura de Pocho trasciende su frescura en la cancha. Ocurrente, bromista y con un look que evolucionó con el correr de los años, el delantero de 29 años y apenas 1,73 metros de altura se convirtió en el nuevo sex symbol de las argentinas.

Disfruta de los millones que gana en el PSG, pero no olvida sus orígenes humildes en Villa Gobernador Gálvez, en las afueras de la ciudad de Rosario, de donde surgió Messi, al que lo une un vínculo en los albores de la selección: cuando el hombre del Barcelona se puso por primera vez la camiseta argentina en un partido oficial, fue entrando al campo en lugar de Lavezzi durante un amistoso de la selección Sub 20 ante Paraguay en Buenos Aires.

Lavezzi tiene una trayectoria especial. Luego de haber fracasado en una prueba en Boca Juniors, comenzó a jugar en Estudiantes de Caseros, en la tercera división, donde llamó la atención del Genoa, que se lo llevó sin debutar aún en la máxima categoría. Pero para darle fogueo, lo cedió a San Lorenzo, donde comenzó a crecer y destacarse. Luego jugó cinco años en el Napoli antes de llegar en 2012 al club francés.

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