Juanmi dinamita y Pepe Díaz hace de Pepe Díaz
Ni en Almendralejo -una de las capitales del Romanticismo y donde nacieron Espronceda y Carolina Coronado- hubo mucho lugar para el amor en esta pretemporada sin tregua. El Córdoba jugó un partido irregular, severo, elevado y exigente. Enfrente tuvo a un Extremadura que, por mucho, ha sido el mejor de los enemigos en lo que va de estío (mejor, incluso, que el Xerez). Un equipo liderado por un delantero cuyo nombre aún evoca terrores en el cordobesismo -Sabino marcó algunos en El Arcángel- y que quiso más durante todo el tiempo que le duró el fuelle.
Por esa intensidad, en la primera parte los de la Tierra de Barros fueron bastante mejores. A la doble pareja de pivotes alineada por Lucas Alcaraz (Jorge Luque-Beobide) les incomodaba muchísimo que el fornido Sabino se descolgara hasta el centro del campo para peinar balones a sus compañeros de ataque. Por esa vía llegaron las mejores oportunidades de los locales, que hacían soñar a sus fieles (muy muy fieles) del Francisco de la Hera.
De esos 45 minutos prácticamente fútiles sólo se salvó la voluntad de Javi Flores, la seguridad de Camille (apunta a titular) y, sobre todo, la figura de Díaz de Cerio. No necesita el donostiarra demasiado para hacer mucho. Sus primeras pinceladas con su nueva camiseta esbozan un delantero imprevisible, inteligente y efectivo. Su disparo en el 22' fue como un rayo. Nadie lo esperaba ni por el abúlico fútbol de su equipo ni por la propia historia del encuentro. Pero sólo el travesaño impidió un merecido gol.
Ya en la segunda parte, el número 23 encontró el auxilio de Juanmi Callejón. El motrileño debutó en el descanso -como lo había hecho en Roquetas De Cerio- y cambió el rumbo del asunto. Su banda es profunda y su velocidad -pese a no estar todavía al cien por cien- es una garantía para todas las suertes del fútbol. Porque cuando el Córdoba no era capaz de atacar, el interior encontraba resquicios en la cada vez más extenuada cobertura extremeña (en esos momentos su técnico ya había introducido varios cambios). Pero, y acaso esto sea lo más importante, cuando por fin marcó Pepe Díaz (otro que estuvo genial y no sólo por el tanto) fue la aportación más decisiva de Callejón a la hora de jugar a la contra.
De hecho, a partir del tanto, Alcaraz dio entrada a Usero por Javi Flores y mutó así el sistema táctico a un 4-5-1 en el que daba toda la responsabilidad a ambas bandas. De la diestra de Callejón ya se ha escrito, pero aún no lo suficiente de lo que puede dar Charles al juego de los blanquiverdes. Con De Cerio pasa por ser uno de los jugadores que mejor entiende los movimientos de ataque. Ayer su perla fue una asistencia de tacón que Javi Flores empotró en el larguero de Tete.
En suma, y en la noche del día en el que fueron publicados dos fichajes de una tacada, un encuentro más -el sexto- en el que el Córdoba ha demostrado que no se toma a risa los errores. Los gritos de Lucas -anoche tampoco paró quieto- en cada despiste son como un despertador para un equipo que alterna momentos de genialidad con otros en los que parece que se desconecta del juego. Lo mismo que les pasa a los enamorados cuando visitan la tierra del Romanticismo.
EXTREMADURA: Tete; Samir, Rodolfo, Nieto, Rafita; Juanma Morán, Ruiz, Yeyo, Inarejos; Sabino y Chicote. También jugaron Troiteiro, Teo, Juan Germán, Rafa, Pereyra y Cristian. CÓRDOBA: Alberto García; David de Coz, Richy (Alberto, 69'), Agus, Camille; Pascual (Juanmi Callejón, 46'), Beobide, Jorge Luque, Javi Flores (Usero, 81'); Charles (Dañobeitia, 87') y Díaz de Cerio (Pepe Díaz, 69'). Gol: 0-1 (78') Pepe Díaz. Árbitro: Pardo Martínez (extremeño). No mostró tarjetas. Incidencias: Sexto amistoso del Córdoba. Unos 1.500 espectadores en el Francisco de la Hera de Almendralejo. Césped en mal estado.
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