El Córdoba ha puesto sus ojos en Juan Pablo. El espigado delantero sevillano está libre después de finalizar su contrato con el Sevilla Atlético y cuenta con numerosos pretendientes en la categoría de plata. Uno de ellos, según confirmó ayer mismo su representante, Rafita, es el equipo blanquiverde. Emilio Vega ya ha entablado conversaciones con el agente para conocer de primera mano la situación del ariete, también pretendido por el Xerez y el Rayo Vallecano, que ya intentó su contratación la pasada campaña.

Sin embargo, el jugador tiene muy claro que no quiere alejarse de su tierra. "Tanto el Córdoba como el Xerez son dos buenos equipos y, además, están cerca de casa. Sé que han preguntado por mí, pero nada más", indicó. Sus palabras las reafirmó Rafita, que admitió que "el jugador está valorando las opciones que tiene de seguir en Segunda. Muchos han preguntado por él, entre ellos el Córdoba, pero no hay nada serio aún".

Juan Pablo es un delantero que se ajusta a la perfección a lo que quiere José González: un ariete alto, corpulento, con gol, que juegue bien de espaldas a la portería y que ofrezca una alternativa al juego del equipo. No en vano, el futbolista nacido en Puebla del Río hace 25 años -cumplirá los 26 el próximo 5 de noviembre- es uno de los techos de la categoría con sus 190 centímetros de altura.

Sin embargo, este dato no le impide ser también un peligro con el balón en los pies. El Córdoba pudo comprobar su capacidad para inquietar a la defensa rival en el partido de vuelta del pasado ejercicio. Con los blanquiverdes ganando 0-1 en el Sánchez Pizjuán, Fermín Galeote, técnico del filial hispalense, dio entrada en el campo a Juan Pablo y el partido cambió por completo. Pese a que el cigarrero no marcó, sí jugó un papel determinante, pues sufrió las dos faltas que originaron los tantos de la remontada sevillista.

Juan Pablo explotó en la temporada 2005-06 con el Algeciras -antes el futbolista había militado por Portuense, Écija, Dos Hermanas, Lucentino y Sporting Mahonés-, con el que consiguió 15 tantos en el grupo IV de Segunda División B. Estas magníficas prestaciones llamaron el interés de numerosos equipos, entre los que se encontraba el Córdoba.

Sin embargo, la jugosa propuesta de enrolarse en el primer filial de un conjunto con la proyección del Sevilla resultó un obstáculo demasiado serio para los cordobesistas. Ahora, el club hispalense ha decidido no hacer efectiva la cláusula para prorrogar su contrato y ha dejado un dulce en el mercado.