Golazo fuera del campo

Íñigo Díaz de Cerio no echa balones fuera. El delantero cogió ayer el toro por los cuernos en rueda de prensa en un alarde de coherencia y "autocrítica". En Vigo no jugó y ante el Xerez ni siquiera fue citado. Lejos de buscar excusas, el fichaje estrella del proyecto asume que debe ponerse las pilas para hacer cambiar de opinión a Lucas Alcaraz, quien tiene a Pepe Díaz y Charles como titulares e incluso confía antes en Oriol Riera. Éste es su resumen: "Algo estaré haciendo mal yo para quedarme fuera de la lista".

El jugador cedido por el Athletic admitió ayer que verse fuera de la convocatoria "fue un palo personal, pero eso quiere decir que los compañeros están mejor que yo. En los entrenamientos tengo que ganarme volver a entrar. Deseo entrar y poder ayudar". No ha pedido explicaciones al técnico, consciente de que "ni me las dieron ni tienen por qué darlas. Aquí somos 24 o 25 jugadores del primer equipo, las convocatorias son de 18 y el que va es porque ha hecho méritos en los partidos y entrenamientos para ir. Y el que no va, tendrá que trabajar y apretar más para ganárselo en la siguiente. Yo ni pedí ni quiero explicaciones, porque ya sabemos que el mundo profesional funciona así y no dejamos de ser todos iguales. Sólo queda ganarse el puesto entre los 18, y si puede ser entre los 11, mejor". "No hay que engañarse. Vengo aquí con la intención de jugar, pero yo y los otros 24 compañeros que están. Cuando uno tiene expectativas de jugar y no dispone de todos los minutos que a uno le gustaría, hay que reflexionar y siempre hacer autocrítica. Lo más fácil quizá es decir joder, es que no me pone... Pero no. He pensado, he reflexionado sobre mí mismo y lo único que me queda es demostrar que puedo dar muchas cosas y sumar mucho aquí, que es para lo que he venido", agregó.

Lleva poco más de un mes con el grupo y el clima le está jugando una mala pasada. "No voy a mentir. Me está costando un poco adaptarme al calor, cuando hay días de altas temperaturas me encuentro más vacío. Me pasó el miércoles pasado en el entrenamiento, me encontré vacío vacío. Pero físicamente me siento bien, cada vez mejor. Creo que el problema no viene por ahí, simplemente para el míster los compañeros están dando mejor rendimiento que yo", explicó.

A su juicio, "se ha jugado mejor de lo que refleja la clasificación y el equipo ha hecho méritos para tener más puntos". Eso sí, ante el Xerez "se nos puso el partido cuesta arriba y es difícil jugar en casa con esos resultados y con la ansiedad que te genera jugar delante de tu público. Fue difícil afrontar la segunda parte, porque mentalmente el equipo estuvo nervioso. Al final llegó el 0-2 y la gente se fue descontenta. Pero sólo llevamos cuatro jornadas y no hay que dramatizar, sobre todo en la Segunda, que es larga. Tenemos mucho margen para mejorar, y en eso estamos".

El sábado lo vio "sufriendo, como uno más. Parece que por estar en la grada te salvas de la quema, pero el 0-2 duele a los 25, no sólo a los 11, 13 o 14 que juegan. Estás arriba, pero sabes lo que pasa por el cuerpo y la cabeza, y no es agradable ver a los que están contigo todos los días pasando un mal rato. Sólo queda, cuando bajas, intentar animar a la gente y tranquilizarles, porque uno se va nervioso después de la adrenalina del partido y se sufre mucho. Pero también tienes ganas de ayudar en lo que se pueda".

Afortunadamente, el fútbol da revancha. "Si ganas en Cartagena, todo lo anterior, si no olvidar, si se puede vivir de otra manera", señaló el punta vasco. En el vestuario ansían "demostrar que lo del otro día fue un accidente".

Iñigol sabe que "es difícil mandar mensajes cuando de cuatro partidos has sacado un punto", pero solicita "paciencia. Son 42 jornadas y el equipo todavía tiene mucho más que dar. Son dinámicas que en el fútbol muchas veces con cambiarlas de un día para otro podemos hablar y cambiar el mensaje rápidamente. Por nuestra parte vamos a intentar darlo todo para que la gente vuelva a ilusionarse".